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Moodboards para explicar ideas geniales

Por: Sebastián Arias Zuluaga 

sariasz@ucentral.edu.co

Fotografía: Sergio Ramirez

El pasado 28 de septiembre, en las instalaciones de la Universidad Central se celebró el Central Fest, en el que se invita a diferentes colegios, donde se conocieron las diferentes escuelas, programas, espacios, entre otras. Dentro de la celebración se realizaron diferentes talleres sobre las respectivas carreras, en este caso les hablaré sobre el taller de Comunicación Social y Periodismo “Moodboards para explicar ideas geniales”.

La actividad fue liderada por dos profesores de la escuela: Andrés Naranjo y Marisol Cortés. Su intención principal fue incentivar a los estudiantes a que escogieran el programa dentro de nuestra institución, además de ayudarlos a que escojan una carrera que realmente les apasione. La actividad tenía un enfoque en la creación de ideas y un taller de inmersión sobre el uso de los moodboards.

El término “moodboards” hace referencia a un muro de inspiración, donde se plasman ideas de manera creativa y en la mayoría de los casos, se presentan como un folleto con elementos visuales que narran una idea. Y el proceso para realizarlo, es hacer una retroalimentación del tema a tratar, trasladar la lluvia de ideas al papel y para finalizar depurar los datos que no sean necesarios.

El profesor Naranjo mencionó dos frases muy importantes para realizar la actividad y en general para ejercer esta bonita profesión, “Una frase, un concepto, una idea” haciendo énfasis que así puede comenzar un gran proyecto a través de una simple idea, se puede crear algo muy grande. “No silencies tus pensamientos” nunca hay que silenciar nuestros ideales, siempre hay que demostrar lo que sabemos y tenemos.

La actividad fue construir un moodboard de su propio colegio, cuál es la marca personal de la institución. Los estudiantes se dividieron en grupos de a 4 y tuvieron 15 minutos para realizar el folleto, con marcadores, colores y lápices. Poniendo en práctica los fundamentos presentados en el taller.

Liceo Femenino de Cundinamarca Mercedes Nariño

Folleto de la marca personal del colegio.

Su folleto representaba el empoderamiento femenino, además de la existencia de diversidad dentro del colegio y su símbolo que es una mariposa, el cual representa la libertad. Añadieron un lema: “El acto más valiente de una mujer es pensar en sí misma y en voz alta”.

Moodboards de los colegios.

Liceo Femenino de Cundinamarca Mercedes Nariño Y Manuel de Socorro Rodríguez

A diferencia del otro moodboard, esté contaba con dos colegios. En el primero mencionaron que su institución tiene énfasis en ciencia, cuidado ambiental y animal. Y en el segundo colegio añadió los colores representativos que son: “verde, azul y rojo”, añadió que era un colegio mixto y tenía énfasis en literatura.

Para conocer un poco más del evento, síganos en Instagram como @concentrikamedios, para estar más al tanto de estas actividades, y ver nuestros contenidos multimedia.

redaccion-concentrika-medios

Candidatos a la alcaldía de Bogotá

Por: Sebastián Arias 

sariasz@ucentral.edu.co

La primera vuelta de las elecciones a la alcaldía de Bogotá se realizará el 29 de octubre, cuando los nueve candidatos lucharán por ser el segundo puesto político más importante de Colombia, después del Presidente de la República. En aras de garantizar el derecho a la información veraz y oportuna estipulado en la Constitución Nacional, en Concéntrika presentaremos a cada uno de los candidatos, para que los votantes tengan suficientes elementos de juicio: Carlos Fernando Galán, Jorge Luis Vargas, Rodrigo Lara, Enrique Robledo, Gustavo Bolívar, Juan Daniel Oviedo, Diego Molano, Nicolás Ramos y Rafael Quintero.


La elección es considerada una de las decisiones más importantes que toma la ciudadanía, puesto que a raíz de esto escogemos el rumbo que tomará la ciudad. Sin embargo, estamos acostumbrados a votar por el que diga nuestra familia, nuestros amigos, los medios masivos de comunicación, pero no nos ponemos en la tarea de indagar a cada uno de los candidatos, para votar con criterio.
Por esta razón, en las siguientes semanas se estarán publicando en Concéntrika varios artículos en donde se indague sobre la vida, educación, trayectoria y propuestas de cada uno de los candidatos, previo a las votaciones.


Partidos


Cabe resaltar que ninguna de las candidaturas está liderada por alguna mujer: las 9 opciones son encabezadas por hombres. Los partidos y movimientos políticos que encontramos en esta candidatura a la alcaldía de 2023 son:

-Nuevo Liberalismo: Carlos Fernando Galán.
-Pacto Histórico: Gustavo Bolívar.
-Con toda por Bogotá: Juan Daniel Oviedo.
-Dignidad y Compromiso: Enrique Robledo.
-Reconstruyamos Bogotá: Diego Molano.
-Liderazgo Amplio de Renovación Avanzada (LARA): Rodrigo Lara.
-Cambio Radical: Jorge Luis Vargas.
-Alianza Democrática Amplia (A.D.A): Rafael Quintero.
-Más Acciones Menos Rostros: Nicolás Ramos.


En esta elección contamos con 5 partidos políticos y 4 candidatos que se lanzaron por firmas en los que encontramos a Ramos, con 125.000 firmas; Lara con 212.000; Oviedo, 102.100 firmas, y Molano, un aproximado de 117.000.

Las encuestas empiezan a marcar la tendencia, para el próximo huésped del Palacio de Liévano / Infografía: William Fuquen

Encuesta Invamer
El pasado 27 de septiembre se presentó la última encuesta de intención de voto, podemos encontrar en primera posición a Galán, con el 32,9%; después sigue Bolívar, con 22,6%; en tercera posición, Oviedo, con 20,5%; Robledo, con el 6,5%, ocupando la quinta posición Lara, con 5,2%, siguen Diego Molano quien cuenta con 4,6%, el exgeneral Vargas con el 2,1%; casi finalizando esta lista encontramos a Ramos, con el 0,3% y Quintero, con el 0% de intención de voto, adicionalmente el voto en blanco supera a cinco candidatos con el 5,3%.

Encuesta CNA

Según la encuesta presentada por el Centro Nacional de Consultoría sobre la intención de voto realizada a mediados de septiembre, encontramos en primera posición a Galán con el 29%; Bolívar de segundo puesto con 20%; después sigue Oviedo, con 17%; Robledo ocupa el cuarto puesto con 6%, ocupando la quinta posición Molano se encuentra con 5%. Siguen Lara y el ex general Vargas, los dos con el 3%; casi finalizando esta lista encontramos a Quintero, con el 1% y Nicolás Ramos, con el 0% de intención de voto, como dato adicional el voto en blanco tiene el 6%, estando por encima de cuatro candidatos.


Por otra parte, es importante comprender que las encuestas no presentan la realidad sobre la intención de voto, puesto que solo se analizan una pequeña cantidad de casos de una población bogotana de aproximadamente 7.910.000 millones de personas. Por ende, no decida su candidato basando su criterio en lo que presentan las encuestas. Como mencioné al inicio del artículo, a lo largo de estas semanas en la página web de Concéntrika Medios encontrará los perfiles de cada uno de los candidatos, para que se decida por el que más le gusta o con el que se sienta más identificado.

La-Igualdad-en-el-trabajo-Concentrika

Periodismo contra violencia de género

Como parte de la gestión de relacionamiento con el sector externo de la Escuela de Comunicación Estratégica y Publicidad de la Universidad Central, se realizará junto a Profamilia el proceso de formación y convocatoria “reconstruyendo narrativas”. El propósito es brindar a estudiantes de Comunicación Social y Periodismo de último año las herramientas necesarias para la elaboración integral y humana de notas y contenidos periodísticos sobre casos de violencia basada en género, para evitar caer en la revictimización y el sensacionalismo.

La Igualdad en el trabajo
La Igualdad en el trabajo

El proceso incluye dos módulos y un conversatorio, que serán llevados a cabo este jueves 27 de septiembre, el lunes 25 de octubre y el viernes 24 de noviembre, organizados de la siguiente manera:

Módulo 1: Periodismo con enfoque de género (4 horas) miércoles 27 de septiembre, 6 pm – 10 pm

¿Qué es el periodismo con enfoque de género? Avances en Colombia.
¿Cómo narrar la violencia machista?
¿Cómo no informar sobre VBG?

Módulo 2: Prácticas para transformar las narrativas (4 horas) lunes 25 de octubre, 6 pm – 10 pm

¿Cómo narrar las violencias basadas en género contra mujeres y personas LGBTI1+?
Herramientas para no caer en la revictimización y el amarillismo
Buenas prácticas del periodismo con enfoque de género

Conversatorio y presentación de proyectos seleccionados (2 horas) viernes 24 de noviembre

Incidencia positiva del periodismo en el Estado, la creación de leyes y mecanismos de protección.
¿Cómo el periodismo se convierte en herramienta para la creación de políticas y leyes sobre el tema?
¿Por qué es importante usar los medios de comunicación en la búsqueda de soluciones a la problemática?

Como resultado del proceso de formación, la idea por parte de Profamilia es otorgar un reconocimiento a las y los estudiantes de comunicación social y periodismo que
trabajen por visibilizar el fenómeno de las violencias basadas en género y la importancia de trabajar por un periodismo ético y responsable, que permita disminuir las cifras de Violencias Basadas en Género, y acabar con las creencias erróneas que la justifican.

Alejandra Quintero Nonsoque, directora del Programa de Comunicación Social de la Universidad Central, informó que “se están buscando propuestas periodísticas novedosas (escritas, audiovisuales o radiales) que ayuden a repensar la narrativa que existe frente a la violencia basada en género en Colombia”. Se premiará la mejor propuesta por cada universidad.

En total se otorgará:

  • Dos momentos de mentoría desde Profamilia para productos periodísticos.
  • Certificación de participación desde la universidad en alianza con Profamilia.
  • La participación es voluntaria.
  • Cierre de convocatoria: 10 de noviembre de 2023.

En el caso específico de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Central, inicialmente se trabajará con la clase de Géneros, Formatos e Interactividad, pero los estudiantes que no estén en la clase y quieran participar, pueden hacerlo si cumplen los siguientes requisitos:

  1. Estudiantes de séptimo y octavo semestre de la carrera Comunicación Social y Periodismo.
  2. Las y los participantes deben asistir a las dos sesiones propuestas como módulos.
  3. Pueden participar individualmente o en grupos de máximo 4 personas para presentar la propuesta.
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Universidad Central, presente en Festival Smartfilms 2023

Con el nombre El cine en tiempos agitados, entre los días jueves 28 y sábado 30 de este mes se realizará en Bogotá la novena edición del Festival Smartfilms 2023, en el que la Universidad Central participa como entidad de apoyo y con la intervención del docente Erick Gómez en calidad de panelista.

Por: Javier Correa Correa

Logo Smartfilms 2023

La participación del profesor Gómez, integrante de la Escuela de Comunicación Estratégica y Publicidad, será el sábado 30 en la conferencia Los crímenes: alimentando la morbosa audiencia, en la que debatirá con Miguel Ángel del Río, Sebastián Camelo, Ivonne Niño y Pipe Cano, bajo la moderación de Mauricio Navas Talero.
El evento será a las 6 de la tarde del sábado, en el Teatrino del Centro comercial Bima, ubicado en la Autopista Norte con calle 232.
Smartfilms es el festival de cine hecho con celulares más grande del mundo y contará con la presencia de destacados directores de cine de todo el mundo, como Pedro Alfonso, Cecilia Roth, Oliver Stone, Fernando Trueba, Maggie Civantos, Nadia de Santiago, Sam Nicholson, Michael Kanfer y Alex Pina, entre otros.
En su calidad de organizadora del evento, la compañía Valencia Producciones FX, cuyo trabajo se centra en proyectar las industrias creativas y la democratización del cine, explica que se trata de un espacio “de diversidad e inclusión que brinda oportunidades a personas en condición de discapacidad, comunidades Rom, indígenas, afrodescendientes, emprendedores, escritores y artistas”.

DESAPARICION

La espera del desaparecer…

Por: Jose Escobar Romero

Agrupación de familiares de detenidos desaparecidos

Indistintamente del contexto en que se genere, la desaparición es quizás uno de los actos de incertidumbre más complejos de asumir, de vivir y de resignificar, sin embargo, cuando dicha ausencia se ha propiciado en medio de la angustia de la guerra y en contra de la voluntad de quien ahora se extraña, cobra dimensiones mucho más profundas, crueles y devastadoras. Se trata de una realidad que para algunos puede parecer ajena, distante, e incluso ficcional, pero que para muchos otros se ha convertido en el escenario que consume sus días en medio de una constante espera, de una punzante esperanza que se debate entre el creer y el desfallecer, mientras que el silencio y la quietud se convierten en permanentes alfiles que custodian cada paso de quienes, desde la añoranza, esperan el momento de tener algún tipo de certeza que les permita encontrar respuestas a todas las dudas que se han sembrado en el vacío y encontrar así, no sólo a quienes han desaparecido, sino también, para tener una certidumbre sobre sus destinos.

Al vivir en un país como Colombia, en donde las secuelas y evidencias de la guerra siguen marcando la piel de los territorios y las vidas de las comunidades, estas historias se hacen cada vez más cotidianas y es cada vez más recurrente encontrarse con los relatos de tantos y tantas que, en medio de sus anhelos llegan siempre a la pregunta incesante de “¿dónde estará?”, mientras recuerdan a quien esperan desde hace años y décadas, tiempo durante el cual no han logrado encontrar respuestas, sino que por el contrario, con cada día de ausencia que transcurre se nutren más las dudas, las especulaciones y se pasa la vida sin sentir que pasa, pues para muchos de quienes esperan noticias de sus seres queridos, la vida se ha mantenido estática en el momento justo de aquel desarraigo que cargan en sus mentes y en sus corazones.

Hace unos años, en medio de la esperanza de una paz posible (la cual hoy se siente cada vez más arrebatada), recorrer las carreteras y llegar a esos lugares que apenas se empezaban a curar las heridas de un conflicto que hasta entonces había parecido incesante, se constituía como una oportunidad de reconocer estas realidades de la mano de sus verdaderos protagonistas, pues desde los cascos urbanos sólo eran reconocidas como parte de los reportes de noticias en la televisión o en la radio. Fue así como aparecieron en el radar las historias de la antigua zona de distención, en donde se cruzaron por años las balas y los ataques que se rotulaban con múltiples nombres y que se disparaban desde diferentes flancos, mientras que en el centro estaban siempre los pobladores de las regiones quienes, atrapados bajo una red tejida por el retumbar de los fusiles, tan sólo podían ver como el cerco de las operaciones contrainsurgentes les dejaban sumidos en el miedo, las amenazas y el dolor de quienes perdían la vida por no querer ser parte de la guerra y de quienes dejaban de estar por presuntamente haber tomado algún partido en medio de un conflicto que les fue impuesto y en el que nunca pidieron participar.

De quienes se tuvo la certeza del deceso, fue posible elaborar un duelo y reconocer el punto final de sus historias de vida, pues quienes les sobrevivían tuvieron el amargo consuelo de poder llorar sus muertos y la garantía de conocer el lugar en el que reposaban sus restos; sin embargo, para quienes fueron sacados a la fuerza de sus hogares sin tener respuesta o motivo para ello, para quienes se despidieron rumbo a la jornada diaria de campo y allí encontraron el no retorno, para quienes emprendieron un camino en búsqueda de mejores oportunidades que nunca llegaron a encontrar… para todos ellos, y sobre todo para sus familias, el devenir de los días se hizo mucho más cruento y desesperado por cuenta del flagelo de la desaparición.

Todos tienen claro y vivo ese último instante, repasan en sus memorias y en sus añoranzas aquellas últimas palabras, recuerdan las ropas que vestían al partir, tienen presentes las miradas de aquellos que ahora no se sabe en dónde están, y conservan cada detalle como indicio que les pueda llevar a la recuperación de sus desaparecidos, a los que les han dado ese nominal desde el momento en que la espera se convirtió en la única respuesta ante una nueva vida que se les obligaba a vivir, tanto a quienes no estaban como a quienes permanecían. Para muchos de quienes se quedaron en los territorios, la presión de la guerra los llevó a tener que desplazarse ante el dilema de esperar a quien se había ido o partir para resguardar la propia vida, mientras que otros, aferrados a la esperanza del retorno se pusieron como escudo sus recuerdos y se negaron a dejar el lugar al que de seguro, en algún momento, volvería aquel del que ahora no se tenían noticias.

Con el pasar de los días, de las presiones, de los gobiernos y de las ausencias, las comunidades hicieron cotidianas las esperas, y quienes aún permanecían en sus viviendas se reunían para alentarse unos a otros y hacer que la carga de la añoranza individual se fortaleciera en el sentimiento colectivo. Esa convivencia con la ausencia empezó a vestirse de resignación, pues entre más tiempo pasaba, se aminoraban las expectativas de que quienes habían sido sacados del territorio pudieran regresar, así que ahora la súplica última era por lo menos saber en dónde estaban, lograr tener un punto de destino para saber en dónde había terminado esa travesía forzada e impuesta que les obligaban a padecer. Ha sido tal la desesperación por esta tortuosa espera, que literalmente los que permanecían, los sobrevivientes, empezaron a buscar cualquier indicio, cualquier réplica, cualquier evidencia que les llevara a una respuesta, incluso bajo las piedras y escarbando la tierra misma, llegando al extremo cruel de sentir una esperanza de verdad ante cualquier anuncio del hallazgo de alguna señal, de alguna pista o de alguna osamenta que aflorara en cualquier excavación que se hiciera en las parcelas de los territorios vecinos.

Tristemente, ante el hallazgo y el anuncio de alguna fosa en la que se encontraran restos, toda la comunidad se volcaba para saber de quien se trataba, no movidos por el morbo inherente a la situación, sino por la esperanza de saber si podía ser la respuesta a la propia espera o la respuesta para alguno de los vecinos, pues a la final lo importante era saber quién se hallaba allí, que esto pusiera fin y permitiera dar cierre para alguno de quienes llevaban ya décadas esperando la certeza o el desenlace. En uno de esos días de hallazgos se supo que en medio de una extracción para algún proyecto petrolero habían sido encontrados tres cuerpos, y por tanto, se vislumbraba el posible desenlace para tres historias, aunque eso representaba una nueva ruta tortuosa, pues la identificación de quienes allí reposaban no era algo que pudiese determinarse con celeridad, toda vez que el proceso de cotejo y validación de las identidades de quienes ahora permanecían bajo tierra, no es una tarea fácil.

Lo primero es lograr mantener, de la mejor manera posible, la poca integridad material que queda en aquellos pocos despojos, de tal forma que se pierda la menor cantidad de evidencias que permitan reconocer el nombre y, por tanto, los dolientes a esos restos. En este punto la esperanza se mantiene viva para todos y por eso, mientras no se tenga la certeza del linaje del hallazgo, los huesos extraídos de la tierra ahora le pertenecen al territorio, a la historia y a todos quienes esperan. Desde ese momento pueden pasar muchos meses, y en la mayoría de los casos, muchos años en el desarrollo de las labores de recolección, de contraste y de verificación de materiales biológicos que permitan, como en un juego de ruleta o de azar, empezar a descartar a quienes no tienen coincidencia alguna con el hallazgo, por lo menos desde lo genético, pero más allá del resultado, sigue manteniéndose el vínculo, pues de seguro, aunque resulte no ser el desaparecido que esperaban, será siempre alguien conocido, alguien con quien se vivió un recuerdo en cualquier momento de la vida.

Mientras surte efecto este lánguido y dilatado proceso de identificación, la comunidad sigue viviendo, esperando el hallazgo de otra fosa o el resultado de alguna hallada con anterioridad. Finalmente un día inesperado llegan los osarios que contienen en su interior aquellos restos que ya ahora tienen un nombre, de quienes se conoce su procedencia, y entonces empiezan los preparativos para poder decir adiós como es debido, o por lo menos, de manera más digna y certera al dejar de ser nominados como desaparecidos para ser reconocidos como fallecidos en medio del conflicto. La sensación mezcla de manera surrealista el dolor de saber que a quien se esperaba ya no se le esperará más, matizado esto con el alivio de tener ahora la certeza de su paradero y de poder poner flores en nombre de quien ahora está contenido en un cofre mortuorio, al cual se abrazan sus allegados casi como dándoles la bienvenida a casa.

Para muchos, esta realidad les ha obligado a vivir teniendo como padre o madre tan sólo a un recuerdo y han construido infancias llenas de vacío y de inquietud, han crecido sintiendo que no es posible otra forma de vida y que es lo que deben asumir, por el simple hecho de haber tenido su origen en un lugar que no eligieron. Así se debaten los días de quienes han tenido que padecer la guerra sin querer ser actores de este conflicto que les ha sido puesto como parte de su cotidianidad, pues la mayoría de ellos nacen, crecen y parten sin que las realidades de sus territorios sean distintas, sin que haya respuestas que pongan fin a su dolor y a su falta de garantías para poder vivir en un territorio libre de amenaza para poder ser. Es por eso que todos quienes tenemos los pies, las mentes y los corazones puestos en este país no podemos permitir que estas historias sigan reproduciéndose y es momento de tomar mejores decisiones para poner rumbos de esperanza, verdad y reparación que de alguna manera compensen las pérdidas de todos y todas a quienes se les ha robado la oportunidad de vivir en paz.

Layla-Martinez-Carcoma

Quijotadas: Carcoma (Novela)

En el cuento “Silla”, José Saramago, el entrañable amigo –sí, sigue siendo mi amigo– relata la paciente labor que de generación en generación realiza el Anobium, que desde un árbol canadiense empieza a carcomer la madera con la que han de fabricar un cómodo asiento en el que posará sus nalgas un dictador portugués. Ese cuento hay que leerlo.

Por Javier Correa Correa
jcorreac@ucentral.edu.co

Portada de la novela Carcoma

La mención del cuento de Saramago constituye para mí una puerta de entrada a la novela Carcoma, de la joven española Layla Martínez, quien en 118 páginas narra la historia de tres mujeres –madre/abuela, hija/madre, hija/nieta–, que comparten una casa donde cohabitan con sombras de suspenso.


La abuela y la nieta –más fácil referirse así a ellas, pues no sabemos sus nombres– se turnan para contar la historia con sus ópticas y sus voces que se reconocen, además de por la distinta sicología generacional, por la cercana pulcritud del lenguaje de la primera y la desentendida de la menor, que se da el lujo de incurrir en errores gramaticales sin que le importe un bledo. Errores que detectamos en este nuestro continente, pero que en España pasan desapercibidos. Sus preocupaciones son de otra índole.


Coinciden la abuela y la nieta, además de en la sangre que corre por sus venas, en un resentimiento social que no es gratuito pero que en la contraportada del libro se define como “feminismo espectral”, algo de lo que han de saber las brujas peninsulares y de todas las latitudes.

Razones tienen de sobra para pensar y sentir como piensan y sienten, porque ambas han sido atrapadas y cercadas y acorraladas y oprimidas por las paredes vivas de la casa de madera, de las que nunca nadie podrá salir, pues allí se ingresa, pero nada más: “Muchas madres odian en secreto a sus hijos y por eso aquí en esta casa nos hemos envenenado tanto unas como otras, porque odiamos lo que nos recuerda a nosotras”.
Los hombres que osaron entrar a la casa y a las vidas de las tres mujeres no sabían si eran protagonistas o testigos, a lo mejor creían lo primero.

Pero Layla Martínez los baja del curubito en un santiamén: “El hombre cogió un foto y la miró confuso. En ella aparecía mi madre junto a otros chicos del pueblo.

Él también estaba, los años le habían puesto papada pero no le habían quitado la cara de idiota”.
Como dicen por ahí, de esas nadie se salva. Ni las sombras, ni las paredes, ni las almas, ni los mechones de pelo, ni la carcoma misma.
Ah, mencioné a tres mujeres, pero en estas líneas me he referido únicamente a dos de ellas. Habrá que leer el libro para encontrar la supuesta omisión. O habrá que releerlo.

Layla Martínez

Foto de Layla Martínez

Nació en Madrid, España, en 1987.
Cito la página de la Editorial Txalaparta.eus:

“Es licenciada en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense y máster en Sexología por el Instituto de Ciencias Sexológicas de Madrid. Colabora habitualmente con El Salto, coordina el fanzine musical Dolly Records y codirige la editorial Antipersona. Ha publicado relatos en varias antologías de narrativa: Alucinadas (Palabristas, 2017), Estío (Episkaia, 2018), No son molinos (Cerbero, 2018); y de ensayo, como Infiltradas (Palabristas, 2018), sobre el papel de la mujer en la ciencia ficción”.
En 2021 publicó la novela Carcoma, que en dos años ha sido traducida a doce idiomas. Se consigue una edición colombiana, de Ediciones Vestigio S.A.S.

Marcha-del-pueblo-chileno

Quijotadas: Una alameda en Santiago

El 11 de septiembre se conmemoró el aniversario número cincuenta del golpe militar contra el gobierno civil de Salvador Allende en Chile. Con dificultades, claro, el gobierno joven de Gabriel Boric trata de alcanzar el cambio que su país clama, y para rendirle un tributo a Allende y respaldar a Boric, se dieron cita en Santiago de Chile representantes de la democracia continental.

Por Javier Correa Correa
jcorreac@ucentral.edu.co

Marcha del pueblo chileno

Fue la que podría llamarse mi primera rabia política, que me marcó el resto de la vida. Recuerdo el día: martes 11 de septiembre de 1973, aunque no sé la hora. Tengo la certeza de que era el primer experimento de hacer la revolución a las buenas, sin balas, como se dice que son las democracias.

O la democracia, vaya uno a saber si es una sola, como me dijeron después en el colegio y la universidad.

Aunque esa supuesta democracia fue fruto, precisamente, de un alzamiento armado al frente de la cárcel de la Bastilla. Pero eso es historia más remota y su final no se puede decir que haya sido muy positivo, si piensa uno en ese espantoso aparato de la muerte llamado guillotina o en la autoproclamación como emperador por parte de un tipejo que escondía su mano en la casaca.
Mi padre había vivido en Santiago y siempre hablaba de la belleza de ese Chile, de los Andes, de la facultad de Medicina que abandonó para regresar a Colombia y casarse con mi mamá.

Así que sus anécdotas, contadas con alegría y un brillo especial en los ojos, me habían convertido, de alguna manera, en chileno.
A mis catorce años, poco había yo escuchado del presidente Salvador Allende y de su compromiso con la revolución. Vine a saber después, cuando los traidores bombardearon el Palacio de la Moneda y lo mataron. Así él haya disparado la bala postrera, lo mataron.

Yo llegué del colegio a la casa y encontré a mi hermano Fernando, Menandus, llorando frente a la radiola, un hermoso mueble del que salían terribles noticias.
–Están bombardeando –decía, y tuve que preguntar qué.
–El palacio presidencial en Chile. ¡Oigan!
La transmisión radial era, sin duda alguna, terrible. Los aviones de guerra dejaban una estela de sonidos aterradores, tanto en el aire como en la tierra, donde caían las bombas destinadas a matar chilenos. Los pilotos eran chilenos, también.
Se oía como en las películas en las que los gringos eran los buenos, aunque ahora habían elegido títeres para disparar ráfagas de mortíferos proyectiles de verdad. Y no se trataba de una película, aunque sí era de terror.
Menandus seguía angustiado y su angustia crecía cada vez que una bomba explotaba en los parlantes de la radiola. Él se levantaba, caminaba, manoteaba y le narraba a mi mamá lo que sucedía en la cercana Santiago de Chile.
La voz ahogada de un hombre hablaba de una alameda, poco antes de morir. Poco antes de morir él y de morir las alamedas en Santiago. El experimento de la revolución pacífica había muerto, el martes 11 de septiembre de 1973. Murió también Víctor Jara. Y murieron miles y miles de personas que creían que sí era posible un mundo mejor. Un mundo en paz. Un mundo sin hambre. Un mundo como el que merecemos.
No sé qué dijo mi padre cuando llegó a casa. Sé que mi hermano mayor, Menandus, había llorado. Tal vez fue ese día cuando decidí que un mundo mejor, en paz, sin hambre, como el que merecemos, había que conquistarlo. Con la fuerza de las armas, si era necesario.

Presidentes en conmemoración del golpe chileno

Epílogo


Cincuenta años después, Salvador Allende es recordado con gratitud, igual a como son recordados tantos chilenos, tantas chilenas que dieron sus vidas no solo en ese septiembre, sino durante todos los nefastos años de la dictadura, que se prolongó camuflada de civil y fue enfrentada con valor y decisión en la última década, cuando en las calles fueron sembradas las semillas de nuevos cambios en América Latina, como en Colombia.
Diez años después del golpe patrocinado por Estados Unidos, surgió en Chile el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, que con las armas y bajo el lema “Aún hay patria, ciudadanos”, pretendía derrocar el régimen dictatorial. Luchó con heroísmo, pero se fue diluyendo y finalizó definitivamente su accionar cuando en las urnas el pueblo chileno le dijo NO a la dictadura. En Colombia hubo –todavía hay– unas pocas organizaciones político-militares, pero por fortuna la mayoría ha hecho dejación de las armas para, con la fuerza de las ideas y el compromiso total, conquistar un mundo mejor, en paz, sin hambre, como el que merecemos.

Este texto forma parte del libro Anecdotario de mis guerras, libro que publiqué en 2019. El epílogo lo escribí para sumarme al agradecido homenaje a todas las personas que en Chile creyeron y siguen creyendo en la democracia.

MOVILIDAD-MUJERES

En pro de la igualdad: mujeres al volante

Cuando hablamos de trabajos invisibles inmediatamente se nos viene a la cabeza un hombre barriendo la calle o recogiendo la basura, tal vez incluso pensamos en los repartidores, mensajeros y labores que consideramos pequeñas que realmente no nos gustaría realizar; sin embargo, no es de esto de lo que se trata un trabajo invisible.

Por: Valentina González

Conductoras de SITP en Bogotá

Estos, son aquellas tareas  de cuidado del hogar, la familia, deberes domésticos y de cuidado no remunerado, la crianza y el cuidado de personas mayores, aquellos que generalmente se le delegan a las mujeres cabeza de hogar en su día a día.

Este no es un llamado al feminismo, sino un agradecimiento a muchas de las madres que levantan a sus hijos solas, sobreviviendo un día a día con un salario mínimo o simplemente con la ayuda que llegan a recibir de distintos lugares.

No hablamos de mujeres exitosas con trabajos soñados, sino de mujeres normales con una vida normal con el peso de sostener a su familia sobre sus hombros, que en un país como Colombia llegan a ganar un 24 por ciento menos que los hombres, según la Organización Internacional del Trabajo.

Las mujeres conductoras de transporte público

Hay algo evidente, y es que cuando buscamos transportarnos en un taxi o bus, esperamos ver a un hombre conduciendo y nos extraña, causando curiosidad cuando vemos a una mujer en dicho tipo de trabajo, reconociendo que tal vez lo primero que se viene a nuestra mente es “este no es un trabajo para una mujer”; sin embargo, se ha comprobado que el transporte es más seguro cuando es conducido por una mujer.

Para nadie es un secreto que el gremio de taxistas es un sector machista y pesado, pero actualmente este cuenta con más de 3.000 conductoras de taxi, apenas llegando al 1 porciento de operadores de este medio.

El 8 de marzo en el Día Internacional de la Mujer, la Secretaría Distrital de Movilidad hizo un reconocimiento a todas las mujeres de transporte público en Bogotá, resaltando que el operador la rolita, un concesionario de transporte, ha contratado el mayor número de mujeres a nivel nacional, contando con 229 conductoras.

Teniendo en cuenta que en la capital del país el 52,1 porciento de la población se compone por mujeres, se busca trabajar por la igualdad y cerrar las brechas de género apoyando la incursión laboral de las mujeres.

En un país como Colombia, en el cual muchas mujeres quedan solteras con hijos en brazos, es prudente y casi que necesario hacer un reconocimiento a cada una de esas mujeres que levantaron a sus hijos sin ayuda de un hombre a su lado, luchando contra el machismo y la escasez, un agradecimiento a cada mujer que hace que Colombia sea un país productivo, criando personas de bien sin tener en cuenta la limitación de sus recursos o posibilidades laborales para poder mantener a su familia. No solo es un reconocimiento para el mes de la madre, sino un llamado a la conciencia de cada persona criada por una madre cabeza de hogar.

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La ludopatía y los deportes ¿coexisten?

Las apuestas en línea y las apuestas deportivas han visto un incremento muy alto durante los últimos años y sin la correcta regulación estos pueden llegar a causar una adicción conocida como ludopatía. Pero si esto afecta a los espectadores, ¿Qué tan posible es que afecte a los deportistas?

Por Esteban Rusinque Barrera
erusinqueb@ucentral.edu.co

Imagen de: Pexels

Para empezar con este tema tenemos que entender qué es la ludopatía. La Academia Española (RAE) lo define como la adicción a los juegos electrónicos o de azar; tomando en cuenta esto también tendremos que pensar en el crecimiento de apostadores que se ha registrado en Colombia dentro de los últimos 6 años, pasando de tener 264.000 cuentas inscritas en 2017 a tener 8.059.313 cuentas inscritas en 2023.

Con esta cantidad de cuentas, Coljuegos registró en enero una recaudación total de $81.248 millones, de las cuales $28.803 millones corresponden a las apuestas deportivas.
Pero junto con este incremento en apostadores también se marca un mayor riesgo en el incremento de personas que se convierten en ludópatas, ya que, como mostró un estudio de la Universidad Nacional en 2018, de 5.858 estudiantes de universidades en la capital del país un 19% ya sufren de esta patología y 13,7% estaban en riesgo de sufrirla, lo cual si cada año aumenta el número de apostadores indica que el número de personas afectadas también podría subir.
Los motivos por los que una persona puede convertirse en ludópata varían desde genética, el abuso de sustancias o la exposición a la publicidad de casinos online y casas de apuestas. Esto explica el psicólogo sueco Per Binde, de la Universidad Internacional de Valencia y, quien afirma que la publicidad no es algo que obligue a una persona a ir a apostar, pero si esta publicidad se expone a un público joven, es como si plantara una semilla, un impulso a guiarlos a apostar en el primer momento en que les sea posible, ya que lo consideran divertido, entretenido y que es un método fácil para ganar dinero.

Imagen de: Dimayor

Con esto quiero conectar al tema principal y empezar a responder las preguntas que fueron planteadas: las casas de apuestas han tomado control de varias ligas alrededor del mundo como lo son el ejemplo de la liga BetPlay o el Sky Bet championship o los patrocinios que tiene Draftkings en las ligas estadounidenses (National Football Association, National Basketball Association, etc), el dominio que tienen y la cantidad de comerciales que pueden transmitir entre estos juegos e incluso fuera de ellos llega a todo público lo que hace que niños vean a sus ídolos con un logo en el pecho que tenga la palabra bet y que ya tengan cierto acercamiento a este mundo de las apuestas.
El escuchar y ver todos los logos y anuncios logra que la gente se acerque a las páginas web y a los locales.

Es el caso de Ivan Toney y CJ Moore: el delantero del Brentford fue encontrado culpable tras confirmar que apostó 232 veces entre 2017-2021 (cuando tenía entre 21-25 años), se le sancionó por 8 meses y espera para volver a jugar hasta enero del 2024, aunque Hollywood bets es el patrocinador del equipo.

En el caso de CJ Moore, la NFL lo sancionó por violar la política de apuestas de la liga y fue sancionado durante un año, por lo que se perdió la temporada 23/24.

Imágen de: Caras y caretas

Aunque veamos que estos casos llegan a afectar a deportistas, también tenemos que pensar en cómo llega a afectar a la integridad del deporte como lo hizo en el caso de Timothy Donaghy, quien fue un árbitro de la NBA entre los años 1994 y 2007 pero que fue arrestado en 2007 después de que el FBI lo encontrara culpable de amañar partidos y usar el dinero para gastarlo en apuestas; fue a cárcel por 11 meses, pagó una multa de 50.000 dólares y fue expulsado de la NBA.
En un caso más reciente, la Liga Boliviana fue cancelada después de 9 meses de competencia, debido a que se descubrió un audio en el que un dueño ofrecía una gran cantidad de dinero para amañar partidos para favorecer a quienes apostaban a los resultados sabiendo que iban a ocurrir.

Actualmente hay planes para organizar un torneo a menor escala para reemplazar lo que queda del torneo, pero se continúa investigando las acusaciones sobre los amaños.
El riesgo de que las personas puedan ser afectadas por la adicción a las apuestas es muy grande en especial por los problemas a la hora de regular cómo evitar que personas puedan perder el control a la hora de jugar, lo cual hace que sea una situación difícil de manejar y en la que a menos que se ofrezcan formas de ayudar a jugadores a rehabilitarse o que directamente se bloquee el acceso a este tipo de juegos, sigue siendo posible que estos casos se repitan y dañen la imagen que las ligas deportivas quieren tener.

SONIDO-DE-LIBERTAD

Los niños no están a la venta

Un reciente estreno de cartelera en las salas de cine del país ha revivido los titulares que impactaron a los colombianos, y especialmente a los cartageneros, el pasado 14 de octubre de 2014, fecha en la que fue desmantelada una red de traficantes de menores de edad liderada, entre otras personas, por una ex candidata al reinado popular de Cartagena durante el año 2013.

Por: José Escobar Romero

Sonido de Libertad / Fotografía de: Diego Pinzón

En medio de todo el escenario de sensacionalismo que se desató en aquel entonces, se consiguió el rescate de 60 jóvenes, entre los que estaban 25 menores de edad, que fueron llevados con engaños hasta la Isla de Barú para ser ofertados durante una fiesta privada, la cual fue infiltrada por agentes de seguridad de los Estados Unidos, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar – ICBF y la Fiscalía General de la Nación, organismos que se articularon para llevar a cabo operativos simultáneos en la costa caribe y en Medellín en contra de este delito.


Este hecho noticioso fue una de las motivaciones que inspiró al director Alejandro Monteverde para la cinta Sound of Freedom, la que ha sido considerada por varios críticos de cine como la película más polémica de este 2023, en la que se cuenta la historia del ex agente de seguridad Timothy Ballard, quien fuera uno de los agentes encubiertos en estas operaciones realizadas en nuestro país y que en la actualidad lidera la organización sin ánimo de lucro Operation Underground Railroad (O.U.R.) y es CEO de The Nazarene Fund, dos entidades que se dedican a detener la explotación y el tráfico de menores en diferentes países del mundo.

La cinta, que fue grabada hace 6 años en locaciones de la ciudad amurallada, ha enfrentado diversos inconvenientes para su distribución, pero finalmente ha empezado a ser exhibida en diferentes salas de Estados Unidos, México, Argentina y Colombia entre otros países.

Rueda de prensa Sonido de Libertad / Fotografía de: Diego Pinzón

Precisamente, durante la rueda de prensa que acompañó el preestreno para medios de la cinta en Bogotá, los periodistas tuvieron la oportunidad de conversar directamente con Ballard para conocer de primera mano los impactos de su labor en defensa de los menores que son objeto de diversos vejámenes a manos de bandas criminales, tal como se recrea en la cinta.

A propósito de esto, Tim compartió con los asistentes sus momentos más complicados para asumir un cambio de vida en favor de los más necesitados, dejando de lado su estabilidad, su comodidad e incluso a su familia, y ante la pregunta de ¿Cómo obtuvo el coraje de renunciar a su trabajo para rescatar niños en el mundo?, asegura que durante los últimos 20 años ha estado dedicado al rescate de niños en medio de la frustración de saber que el mundo desconocía esta realidad, a lo que se sumó el asumir perderse el compartir la vida con sus propios hijos, pues tampoco ellos podían enterarse de su labor por seguridad de su propia familia, no obstante, como retribución ha podido encontrar a cerca de siete mil personas, en su mayoría mujeres, niños, niñas y adolescentes a quienes ha salvado de las redes de tráfico de personas, esclavitud y explotación sexual, después de haber dejado el servicio secreto de los Estados Unidos hace 10 años.

Sala de cine Sonido de Libertad / Fotografía de: Diego Pinzón

El productor de la película, Jaime Hernández asegura que esta historia merece ser contada con la esperanza de que ayude de alguna manera a encontrar soluciones antes el flagelo del tráfico de personas y de niños en particular, pues en muchos lugares del mundo hay víctimas que esperan ser rescatadas, por lo que considera que el difundir este tipo de historias generará una conciencia colectiva de prevención y denuncia, por lo que la productora de la cinta, Angel Studio, ha establecido una iniciativa para que las personas que no tengan la manera de pagar el tiquete para asistir a las salas de cine, pueda obtener un pase de cortesía, mediante lo que han denominado una cadena de favores, recurso que está disponible en la página https://www.angel.com/es/pay-it-forward/sound-of-freedom/co , en la cual también pueden hacerse donaciones para que más personas vean la cinta y se replique masivamente la denuncia que pretende hacer esta producción cinematográfica.

Tráiler de la película:

Tráiler Sonido de Libertad