Quijotadas – “Nada por mí”



Por Javier Correa Correa

“Nada por mí, y por los que murieron buscando una nueva vida. Nada por todos nosotros”: Sarah Mardini.
“Tenemos un hogar. Nadar es mi hogar”:  Yusra Mardini.
Ysra y Sarah Mardini fotografiadas en Berlín. Tomado de: APNEWS

La mayor parte del tiempo siento orgullo de la humanidad. Pero hay ocasiones en las que la humanidad me dice que deje esa pendejada del romántico optimismo, y siento una rabia que me desborda. En muchas ocasiones, también, la humanidad me dice que la realidad es una cruda combinación de dolor y alegría.

Y eso es la película Las nadadoras, estrenada en septiembre de 2022 en el Festival Internacional de Cine de Toronto –Canadá– y a los pocos días en la plataforma Netflix, que narra la historia de la familia Mardini, que trata de huir de su natal Damasco, escenario de una guerra –estúpida, como todas–, que lleva más de una década sembrando de sangre un país que por su ubicación geoestratégica es disputado por las potencias a las que la vida humana les importa un carajo.

Perdón el término, pero en este instante es la rabia la que me atraviesa el alma, cuando recuerdo las imágenes de Las nadadoras, película que durante 134 minutos reconstruye las peripecias de dos adolescentes sirias que cruzan la frontera turca para después adentrarse en las aguas del Mar Mediterráneo, que no son más azules sino rojas, por la cantidad de sangre que han absorbido de los refugiados que desde Asia y África tratan de llegar a ese primer mundo prometedor de vida.

La misma historia de los latinos que engañados por “coyotes” cruzan la frontera hacia Estados Unidos. Y la misma historia de los miles de refugiados que llegan a Australia y son llevados cárceles en varias partes del país, como la Isla de Manus, y abandonados a la casi única perspectiva de la muerte en campos de concentración.

Hitler enseñó bien la lección, que también aprendieron en sucesivos gobiernos de Israel, con los campos de palestinos refugiados en carpas en el desierto o en guetos dentro de la misma Palestina.

Tanto en Europa como en América como en Australia como en Palestina hay ejemplos de dignidad, como el del escritor y periodista kurdo-iraní Behrouz Boochani, quien fue recluido durante cuatro años en la isla autraliana de Manus, donde escribió No Friends but the Montains (Sin más amigos que las montañas), Freedom only Freedom (Libertad, solo libertad), A letter from Manus Island (Carta desde la isla Manus)y otros textos testimoniales que desde la cárcel enviaba a sus contactos vía WhatsApp para denunciar la situación de él y de otras miles de personas cuyo pecado era huir de la guerra.

¿Dije cárcel? Sí, cárcel. Eso son los campos de concentración.

Y el de Behrouz Boochani es el mismo “delito” que han cometido Los niños perdidos, cuyahistoria es narrada por la periodista y novelista mexicano-estadounidense Valeria Luiselli, quien dignifica a quienes, siendo incluso menores de diez años, son enviados por sus familias a cruzar la frontera gringa, construida sobre lo que alguna vez fue México y donde hay un gigantesco y kilométrico muro para que los “indeseables” no lleguen al mundo que todavía hay quienes definen y defienden como de la supremacía blanca.

Supremacía que trató de demostrar otra periodista, Petra Lázsló, quien en 2015 les hizo zancadilla a dos refugiados sirios que trataban de eludir un cordón policial en la frontera de Hungría y Serbia. Esa es de las que dan vergüenza ajena, tanto del periodismo como de la humanidad.

La historia, la histeria.

Pero también es inmensa la historia de quienes no solo huyen de la guerra sino que todavía tratan de construir un futuro del tamaño de sus sueños sin límites. Como los de Behrouz Boochani y los de las hermanas Yusra y Sarah Mardini, cuyas vidas son narradas en la película Las nadadoras, que me invitó a escribir hoy estas líneas que espero que usted no haya dejado de leer, porque son el testimonio de dos adolescentes que soñaban con participar en los Juegos Olímpicos, simbolizados por cinco anillos que representan, supuestamente, la “búsqueda de la excelencia, demostración de respeto y celebración de la amistad”, según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, OMPI.

Las nadadoras, sin adjetivos calificativos, es la reconstrucción de la vida de la familia Mardini, acorralada por la guerra en su país, el mismo que este año sufrió un devastador terremoto, a los pocos días del cual Israel bombardeó Damasco, nadie sabe por qué o para qué, pero de este bombardeo se salvó la familia Mardini, que ahora vive refugiada en Alemania.

Dirigida por Sally El Hosaini con guion de ella y de Jack Thorne, Las nadadoras me recordó lo mezquina que es la humanidad, pero también reafirmó que en muchas ocasiones es la otra parte de la humanidad –la mayoría– la que abre las puertas para construir un mundo del tamaño de los sueños.

Ficha técnica

DirecciónSally El Hosaini
ProducciónEric FellnerTim BevanAli JaafarTim Cole
GuionSally El HosainiJack Thorne
MúsicaSteven Price
FotografíaChristopher Ross
MontajeIain Kitching
ProtagonistasNathalie Issa, como Yusra Mardini.Manal Issa, como Sarah Mardini.Ahmed MalekMatthias SchweighöferAli SulimanKinda AlloushJames Krishna Floyd

En el siguiente enlace se puede ver el trailer oficial de la película Las nadadoras: https://www.youtube.com/watch?v=B5aR3i3Uh0E

Colofón

Jueves 23 de marzo, estreno en Colombia de la película nacional Qué corre por tus venas, escrita y dirigida por Pipe Vallejo, estudiante de comunicación social de la Universidad Central.

Una muy buena película policíaca, que combina el suspenso con el humor.

En las salas de Cine Colombia de todo el país, chévere apoyar el cine nacional.

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