Quijotadas. Estudiantes, plantados por la paz

Por Javier Correa Correa

jcorreac@ucentral.edu.co

Estados Unidos perdió la guerra de Vietnam en los campos de batalla, pese a haber utilizado las más espantosas armas de guerra (todas son espantosas). Y también la perdió en los campos de las universidades y en las calles de ciudades estadounidenses en las que los ciudadanos se expresaban a favor de la paz.

Las expresiones culturales fueron más fuertes que las explosiones de Napalm y las bombas y las balas asesinas, que dejaron una horrible estela de muertos cuya cifra supera los tres millones de personas, con dos millones de civiles y un millón de combatientes. 

El turno, hoy, es de Palestina, un país que hace 76 años fue dividido por una resolución de las Naciones Unidas y repartido entre quienes lo habitaban desde hace milenios, y los judíos recién llegados que sobrevivieron al holocausto de la Segunda Guerra Mundial. El hecho es que el recién creado Israel empezó a invadir e invadir e invadir el territorio palestino, con la excusa de que se trata de la “tierra prometida”, como si los libros religiosos fueran notarías. Se apoya también en el sionismo, una postura ideológica que de religiosa no tiene nada. 

Rafah, Gaza

Israel se amparó en la victimización para empezar el segundo holocausto, que se prolonga hasta hoy y que se agravó el 7 de octubre del año pasado, cuando el grupo terrorista Hamás bombardeó barrios ocupados por colonos recién llegados de Europa que habían arrebatado las casas y los territorios a los palestinos. Condenable, claro, pero les dio una nueva excusa a los sionistas que empezaron la peor masacre del siglo, al bombardear e invadir la Franja de Gaza y seguir las persecuciones y los asesinatos en Cisjordania, al otro extremo de Palestina.

Se calcula que hasta hoy van unos 40 mil muertos, pero la cifra podría ser mayor, pues muchas personas perecieron en sus viviendas bombardeadas con misiles “inteligentes”. Estas personas fueron literalmente desintegradas y los restos de otras permanecen bajo los escombros. 

Los bombardeos han incluido mezquitas, iglesias católicas, colegios, universidades y hasta hospitales, en un esquizofrénico plan de aniquilación de Palestina. Hasta un rabino dijo una vez que el problema debía ser atacado “de raíz”, por lo que unos 15 mil niñas y niños forman parte de la lista de asesinados en el genocidio.

No han sido suficientes las marchas de millones de personas en todo el mundo pidiendo el cese al fuego, ni el clamor de la sociedad civil, y la Unión Europea y Estados Unidos siguen apoyando a Israel con dinero y con armas que son usadas contra los civiles palestinos.

Sus intereses son geopolíticos, pues Palestina –y en particular la Franja de Gaza– une a África con Asia y con Europa. Y además hay petróleo suficiente para llenar millones de barriles. La ecología, pa’l carajo. Y el genocidio, pa’l carajo.

El líder del genocidio –de cuyo nombre no quiero acordarme– ha reforzado la victimización y acusa de antisemitismo a quienes se oponen a la barbarie. Hasta a las universidades gringas se refirió en esos términos, cuando se enteró de que estudiantes de más de cuarenta centros de educación superior se han unido al clamor por la paz y contra el segundo holocausto. Estudiantes entre los que hay muchos judíos no sionistas.

Estados Unidos está en proceso electoral, y aunque el genocidio no sea importante, sí lo son los eventuales votos, por lo que, aunque sea por esa razón, deberá escuchar a los miles de estudiantes que claman por la paz. Como sucedió en Vietnam hace cincuenta años. 

Universidades en plantones

Colofón 1: La decisión del presidente Gustavo Petro de romper relaciones con Israel es no solamente una decisión suya, sino la de todas las personas que creemos en los derechos humanos. Y eso quedó demostrado con las banderas y banderines y escudos palestinos que portaban los colombianos en la marcha del Primero de Mayo. Lo que no se hizo con Alemania hace un siglo derivó en el primer holocausto. Y ahora hay que aislar a Israel para que no continúe el segundo holocausto contra Palestina. 

Colofón 2: Para no ser acusado de antisemitismo, aclaro que me ubico del lado de los reprimidos, de las víctimas, que en este caso son del pueblo de Palestina. Si las víctimas fueran de Israel, me ubicaría a su lado. 

Colofón 3: A principios de esta semana, y según publicaciones de The New York Times y de France24, funcionarios de Israel creen que la Corte Penal Internacional estaría preparando órdenes de arresto contra representantes del gobierno o de oficiales del ejército de Israel.

Según la publicación francesa, “Los reportes se divulgaron luego de que el Ministerio de Exteriores de Israel revelara el domingo en la noche que había informado a las misiones israelíes en el extranjero de ‘rumores’ de que el tribunal podría ordenar la detención de altos cargos políticos y militares israelíes”.

Los genocidas nazis en el primer holocausto fueron juzgados en Nuremberg y ahora la Corte Penal Internacional deberán juzgar a los perpetradores del segundo holocausto.

Ya el primer ministro de Israel anunció que no le importa lo que diga la Corte Penal Internacional y que continuará bombardeando civiles en Gaza.


Imágenes de una de las manifestaciones, en la Universidad de Yale: https://www.instagram.com/reel/C6UaZIGvLD7/?igsh=MTc4MmM1YmI2Ng==

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