Uno de los olvidados

Por: Gabriel Esteban Benitez Rozo

Es la tarde del 29 de noviembre de 2019 en Bogotá, la mayoría de calles se encuentran poco concurridas, pero las que se dirigen hacia el centro de la capital colapsan por diversas manifestaciones guiadas por la guardia indígena. 

En la plaza de bolívar se encuentra un cúmulo significativo de personas, entre ellas, Sebastián un joven que no hace mucho cumplía su mayoría de edad. Se encontraba allí con una maleta y en ella algo de vinilo y unas brochas, esto era lo único que lo acompañaba, además de su sentimiento de querer salir a manifestar en contra de un gobierno para nada eficaz. 

Cayendo la tarde y luego de varias presentaciones, una leve brisa de lluvia seria la que pareciera desatar una inundación de acontecimientos; a medida en que  las gotas empiezan a tocar el suelo, muchas personas empiezan a tratar de buscar un refugio en los alrededores , pero las estructuras emblemáticas que rodean la plaza de bolívar habían sido remplazadas por paredes humanas de uniforme color negro con las iniciales de SMAD en el pecho , de estas paredes empiezan a ser eyectados dispositivos de dispersión tratando de arrinconar a todos los que estaban ahí. Pronto estas paredes tomaron forma humana y empezaron a retener a cualquier civil que estuviera en el lugar y adentrarse en la estructura cercana. 

Todo esto sucedía en cuestión de segundos, Sebastián al igual que el resto de manifestantes, empezó a correr, tratando de escapar desesperadamente del SMAD no solo por miedo a ser maltratado, sino desaparecido, pues frente a sus ojos ya habían arrastrado a más un joven a los adentros oscuros del palacio de Nariño.

Mientras se hace fuerte su intento por huir, atraviesa toda la plaza para tratar de alejarse del lugar a donde estaban entrando a los manifestantes, pero surge una ola de agentes que venían en contra de todos para así finalmente acorralarlos. 

Los estallidos y los gases no cesan y Sebastián cada vez está más afectado por ellos, sucede lo inevitable, es atrapado y arrastrado hasta el palacio de Nariño, en su cabeza pasaban todos los recuerdos que tenía con estos entes estatales, pues a pesar de ser la primera vez que era retenido por el ESMAD ya conocía la UPJ y muchos CAIS de Bogotá. Aun siendo arrastrado y viendo como una puerta del palacio de Nariño lo separa en primera instancia de su libertad también pensaba en su familia y si sería esa mañana la última vez que los hubiera visto. 

Estando adentro es esposado y arrumado con un grupo más de personas, todos reunidos en una misma habitación, tratando de reconocerse unos entre otros y mirando cada posible forma de escape de este lugar, pero cualquier idea hubiera podido surgir seria impedida por los guardias que custodian a todos los retenidos. 

En un principio Sebastián trato de convencerse de que sería algo rutinario y que al igual que en UPJ no podría verse débil, algo interrumpió sus pensamientos y era el sonido de la puerta, entró un agente de la policía y llevó a Sebastián junto a otros dos jóvenes a una habitación aparte, les indicó que se quitaran los cordones y que serían trasladados a la URI bajo el delito de daño en propiedad del estado. 

Esta noticia lo deja anonadado y a pesar de reconocer el funcionamiento de traslado nunca se había enfrentado a la realidad de URI, pues es mucho lo que se habla de este lugar, pero poco lo que se puede comprobar. 

MIENTRAS ES TRASLADADO en una patrulla donde no hay vista alguna al exterior no deja de pensar en qué le pasaría, y no a largo plazo sino inmediatamente llegara a URI, poco a poco y sin saberlo iba llegando a su destino, pero nada de esto acabaría pronto. q

Al momento de descender de la patrulla es ingresado y requisado exhaustivamente además de ser despojado de sus pertenencias por parte de algunos oficiales, este lugar donde se hace la “inspección” es completamente blanco y solo tiene pequeñas paredes que separan los espacios a modo de cubículo, para generar una supuesta privacidad durante el proceso. 

Al dejar esta habitación y antes de ser guiados por los oscuros pasillos principales que se encuentran a un costado de la entrada y se dirigen hasta las celdas, dos agentes son los encargados de explicar a los detenidos por que están ahí y cuál va ser proceso a seguir, lo primero que dicen era algo que ya sabía Sebastián y es que la URI es un centro de detención para las personas que son capturadas en flagrancia y deben ser presentadas ante un ente correspondiente, en este caso, un juez quien impartirá la imputación de cargos, lo que no sabía Sebastián era porque era acusado de daño en un  bien del estado si en realidad solo se encontraba en medio de la protesta, pero esto sólo lo sabría hasta cuando tuviera su primera audiencia y antes de eso tendría que pasar tres días (72 horas) en la URI para hacer legal su captura. 

Cada uno de los detenidos en URI tienen la posibilidad de ser liberado antes que se legalice su captura, pero no todos tienen la posibilidad de gastar su única llamada en un abogado o en decirle a la familia que se encuentra a un paso de poder estar preso, en el peor de los casos. Sebastián sabía que no podía llamar a su familia, pues su mamá estaba trabajando y su hermana es menor que él, pensaba todo el tiempo en las limitaciones económicas y como puede generar otro problema el que su familia sepa que está allí.

Los oficiales llaman a uno por uno para hacer la llamada y son persistentes en la no falsificación de los datos, pues según ellos afirman que si o si se va a tener que hacer, mientras avanzaba la fila Sebastián ya estaba decidido en qué daría un número falso, así que recordó el número de su abuela la cual ya había fallecido, no fueron más de dos los intentos fallidos del guardia por llamar, cuando termino su segundo intento quitó su mirada  del techo y su oído de la bocina y se dirigió directo a los ojos de Sebastián y le dijo: hay dos tipos de personas que vienen a URI, unos que si tienen la plata para salir el mismo día y otros que si o si tiene que llamar pero simplemente a avisar que se va a quedar. Sebastián no presta atención alguna a este comentario y su miedo se transforma en una seguridad que no lo deja moverse de su posición, pues la el prefería estar solo y pasar lo que tuviera que pasar sin afectar a su familia.

Pensó que simplemente con no responder estaba exento de llamar, pero está muy equivocado y fue lo que lo dijo el oficial, dirigió a Sebastián frente a la celda y le mostró que tal se vean las personas que estaban allí, a pesar de aún no caer la noche en la capital era poca la luz del exterior que entraba por unas varillas puestas en lo más alto de las celdas, no era como UPJ que aunque sea tenía una luz proveniente  de un bombillo bastante demacrado y una silla pegada a cada pared de la celda. Sebastián sabía que eran muy distintos pues la cantidad de gente que había en URI nunca hubieran podido entrar todos en una misma celda de UPJ, como una jauría de animales hambrientos y salvajes cada vez que alguien se acerca a la celda es analizado por muchos ojos que brillan en medio la tenue luz que hay en estas celdas. 

El piso de esta celda, porque solo es una, está lleno de colchones todos en muy mal estado, este lugar es lo más semejante a un corral, pero de humanos, pues a pesar de que todos al interior de ella se reconocen entre si no hay contacto alguno, un silencio que un principio es ensordecedor. La seguridad de Sebastián se desvanecía a medida en que analizaba esta celda, sus ojos perplejos entran en un vaivén tratando de deslumbrar una zona no tan llena y alejada de los personajes que más miedo infringen de una manera visual, la pregunta que se hacía ahora es a donde se ubicaría después de entrar.

Pero entrar no era tan sencillo y mucho menos lo iba a ser la convivencia ya estando adentro, el oficial interrumpe todo este análisis que pasaba por la cabeza de Sebastián y le dice: ahora sí, entendió, su llamada aquí no es solo para que avise y en su casa sepan que tienen un hijo vándalo, es para que usted pueda ingresar a la celda y pueda tener un colchón o al menos medio, todo esto por un módico precio de 5.000. Sebastián dice con firmeza, pero con mucho miedo de que ya no tiene más números a quien llamar y tampoco trae consigo ningún tipo de dinero, pues todo se le cayó en el momento donde fue arrastrado. 

El policía tranquilamente lo miro y señalo hacia el lado izquierda de la celda, de donde salía una resplandeciente luz, era el baño, este el lugar es donde duermen los que no pagan y a pesar de tener luz y no estar rodeado de personas que están siendo enjuiciadas por cualquier delito, ninguno quiere dormir en un baño, lleno de suciedad y marcas de todo tipo en las paredes.

Viéndose y sintiéndose acorralado por la situación pues la noche ya había caído y pronto llegaría la hora en que harían cambio de guardia y con esto todos los prisioneros o retenidos tienen que estar en la celda, no tuvo otra salida que en realidad llamar a su mamá, aunque su madre contestó muy preocupada en un tono de regaño materno le dice a Sebastián: pretende quedarse a vivir o que, esta oración cae como un balde de agua fría para Sebastián pues  a pesar de ser consciente de que tenía la culpa de haber salido a manifestarse, no tenía nada que ver con lo que lo estaban culpando, trago todo el dolor que pudo sentir y además toda esa necesidad de pedir ayuda y simplemente le dijo a su madre que enviara dinero a un número telefónico que le había dado un agente. 

Su madre a pesar de estar enojada no deja a un lado el sentimiento característico de las madres y aun así con preocupación hace un giro de 20.000 pesos, cuando este es constatado por uno de los agentes llevan a Sebastián casi a las 8 de la noche a la celda. 

Entra y lo primero que piensa y se dice a sí mismo es: mi primera noche en un URI, gracias a su madre le fue asignado un colchón en uno de los rincones de la celda, al entrar  lo primero que identifica es que la celda está divida en tres sectores, en el primero están todos aquellos que ya tienen mucho tiempo en URI y no entiende porque siguen allí, en el segundo se encuentran todos los indigentes atrapados también en medio de las marchas y que no tienen miedo alguno de ir a prisión o ser judicializados pues muchos de ellos decían preferir estar aunque sea bajo un techo, por último en toda la mitad de la celda en la esquina adonde fue enviado Sebastián se encontraban todos aquellos que recién ingresaban, eran estos últimos el foco de atención de todos los reclusos.

Las primeras horas en la celda no eran más que un continuo silencio acompañado del sonido y luces tenues emitidas con fósforos y mecheras, visualmente era un hecho sin precedentes pues era algo que se veía bello en medio de un horrible escenario,  cuando cae la madruga Sebastián quien es un joven que ha vivido y ha conocido la calle por mero placer, sabe que mucho de situación depende de lo que tenga, es así como recordó que una de sus medias tenía pequeños esquirlos (rocas pequeñas) de marihuana, era la madrugada, donde estas luces y sonidos eran más constantes pues todos querían lidiar el sueño y el estrés de estar encerrado.

Sebastián sabe que debe sacar esto en el momento preciso pues no es mucho y siempre habrá gente que también quiera, a medida que seguía la madrugada el cielo se iba aclarando, las luces y sonidos que reflejaban el consumo dentro de la celda cada vez es menor y con esto aumenta el silencio, pero también un aire denso entre todos los que se encontraban allí. 

El grupo que tenía la jerarquía por el tiempo estaban alrededor de dos personas que en ningún momento dejaban de fumar adentro de la celda pues al parecer no tenían mucha influencia dentro o en realidad habían entrado con mucha droga, esta dualidad fue respondida a las pocas horas frente a los ojos de Sebastián. En algún momento de la mañana la mayoría de detenidos se habían quedado sin droga y los primeros en demostrarlo son el grupo de los indigentes, pues varios se levantan del piso o de su colchón y se ponen a caminar en círculo para saciar su ansiedad, pero este método no serviría por mucho pues a ellos se unen varios de los que tienen mucho tiempo acá. Luego de una noche silenciosa y una madrugada que pareciera estar igual, uno de estos hombres empieza gritar y desencadena una revuelta que es más común de lo que pareciera, muchos aprovechan este momento de conmoción y se levanta con la mentalidad de robar lo poco que pueda tener alguien, lo extraño no es que lo hagan, sino cómo y con que lo hacen, pues pareciera que de la nada a la celda le surgieran escondites secretos de donde empiezan a salir láminas puntiagudas que destellaban brillos de luz, la pregunta que se hacía Sebastián es como entran todo esto, si a cada uno, es requisado de una manera exhaustiva a la hora de entrar.

Todo estos gritos que se levantan prácticamente como un coro y los robos son conocidos como la hora pico, y es la hora en la que ya no queda droga en la celda, esto lo conoció Sebastián por carne propia, muchos de los sujetos allí detenidos golpeaba  a los demás en busca de cualquier sustancia pues es hasta el mediodía que la celda volvería a tener droga, mucho más  intrigante de cómo llega la droga adentro de la celda, es que pasaban con los cuerpos heridos pues eran sacados de la celda pero nunca más vistos. 

Este momento lleno de tantas cargas era el indicado para consumir algo que genere una sensación de tranquilidad , es así como para Sebastián es el momento oportuno para quitarse el zapato derecho y sacar de su media algunos esquirlos, con lo que él no contaba era que alguno de los reclusos que estaban robando lo veía detalladamente y apenas sacó su aritmética, éste se le abalanza con un cuchillo de estilo carnicero más conocido como un chacha blanca y lo amenaza con que le de lo poco que tiene, Sebastián con miedo pero también con la certeza de que ha vivido momentos parecidos decido no inmutarse y mucho menos responder, pues siguió sentado trillado con sus manos la poco marihuana que tenía,  fue cuestión de que el volviera la mirada a sus manos para sentir el primer golpe en la parte de la cabeza, pues este hombre le empezó a pegar y reclamar de una manera que nunca antes había vivido Sebastián, pues la mirada de este hombre reflejaba que sería capaz de cualquier cosa por esto y sin preguntar nuevamente empieza a golpearlo con la cacha del cuchillo, algunos dentro de la celda cercanos a Sebastián le decían entréguelo, entréguelo, mientras este lo atacaba diciéndole legalíceme pa’. 

En este momento aparece un hombre alto afro y con una voz bastante gruesa quien se dirige a quien golpeaba a Sebastián y le dice deje al chinche sano y luego toma de las manos de Sebastián un poco de su droga y se la entrega al hombre. Varios gritos que surgían por los intentos de robo seguían en la celda, pero mientras tanto Sebastián ya no estaba tan solo, este hombre le dice que acerque su colchón al de él y empiezan a platicar, es gracias a él que Sebastián conoce la realidad de URI y puedo salir a contarla.

Pues poco tiempo después de todo este acabose que duró alrededor de dos horas y dejó a más de un herido, una de las personas que rodeaba a estos dos sujetos que al parecer no les falta nada se acerca a la puerta de la celda y un agente de igual manera, le hace entrega de un bolsa bastante grande color negra la cual es tomada por el sujeto y llevado hasta estos dos hombre, era una bolsa llena y repleta de droga tanto de marihuana como bazuco, todas las miradas o al menos las de Sebastián van directamente a estos hombres que destapan la bolsa como niños con su regalo de navidad.

El hombre afro a su lado lo mira y le dice: no mire la bomba y tampoco a las plumas. Sebastián lo mira confundido y le pregunta ¿plumas? Pues el reconocía el termino bomba que es el hecho de tener o ver una bolsa llena de droga, pero pluma nunca lo había escuchado, este hombre le cuenta a Sebastián que al igual que él, ellos llevan muchos años dentro de URI y no es porque su caso aún este abierto o nunca haya tenido una sentencia, la cuestión está en que hay gente organizada dentro de la celda de URI para generar dinero, por ejemplo; los plumas son quienes reciben la droga por parte de los oficiales y la distribuyen a dentro, y claro, luego hay repartición entre ellos y los agentes pues el negocio no es solo con el oficial que hace el traspaso si no con todos los oficiales en turno. Explica también cuál es su rol en la URI y porque lleva más de dos años allí, los plumas cambian cada cierto tiempo y es porque son puestos en libertad o son mandados a la cárcel para seguir como pluma, pero hay otros que debemos mantener el control de la gente que rodea al pluma como una especie de guardaespaldas que en realidad no tiene que estar tan cerca. 

Después de esto el tiempo paso más rápido pues el hombre afro había prácticamente apadrinado a Sebastián, pero ahora en su mente no cesaba la necesidad de ver a su madre y volver a tocar su cama, pero a costa de qué sería libre. Por fin llega el tercer día y se cumplen las 72 Horas, es llevado ante un juez y le es otorgado a él y otros dos jóvenes una misma abogada de oficio. El día 22  al entrar en audiencia Sebastián conoce por fin de que es acusado y porque, su cargo es daño a propiedad del estado y el demandante es el palacio de Nariño y está representado por un abogado quien afirma tener elementos probatorios (videos) para demostrar que Sebastián era uno de los civiles que había afectado esta infraestructura, pero el problema para Sebastián no era el hecho demostrar que él no había sido, pues en la descarga del abogado en representación del palacio afirma que el detenido afectó la infraestructura con spray o Aero. Pero en la hoja de entrada a la UPJ a Sebastián se le retiene con una maleta que tiene un octavo de vinilo color negro y dos brochas, el miedo de él  recae en el momento en el que el abogado deméntate había pedido una suma de 126’000.000 millones de pesos, algo a lo que el juez en primera instancia le pareció absurdo pues reconocía que el proceso debe llevarse de una forma parcial y regulada, teniendo en cuenta las condiciones humanitarias de cada demandado por la tanto exigió al abogado en representación del palacio de Nariño ajustar este monto. 

La audiencia termino y ya había una captura legal además de una imputación de cargos es así como comenzó una audiencia que hasta el día de hoy 13 de mayo del 2021 aún sigue abierta y sin dar una oportuna solución a los demandados a pesar de no estar en la cárcel es algo que limita las acciones de una persona.

REFERENCIAS

Brayan Cruz TEL:3227346744 – Relato de un testigo directo de los procedimientos que se llevaron a cabo ese día desde la captura, pasando por la legalización de la misma , y los descargos correspondientes, esta persona y demás de mandados en la misma audiencia soy demandados en representación del palacio de justicia.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-50503455 Motivos del paro.

https://www.palermo.edu/cele/pdf/Protesta-social.pdf Texto académico sobre la criminalización de la protesta

https://www.ambitojuridico.com/noticias/penal/penal/uri-no-son-lugares-para-recluir-personas-procesadas-o-en-ejecucion-de Características del funcionamiento y del objetivo de las URI según el ámbito jurídico 

https://www.defensoria.gov.co/es/nube/enlosmedios/3065/Persiste-en-Colombia-alto-riesgo-en-URI-y-estaciones-de-polic%C3%ADa-Defensor%C3%ADa.htm Alto riesgo en URI y estaciones de policía 

https://www.elpais.com.co/judicial/alto-riesgo-en-uri-y-estaciones-de-policia-por-hacinamiento-defensoria.html comunicado del defensor del pueblo.

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