Transmilenio, una pesadilla para las mujeres

Muy pocas veces nos hemos detenido a pensar en todo lo que tienen que vivir a diario las mujeres mientras se movilizan en TransMilenio. Las miles de injusticias que en ocasiones vemos e ignoramos ahora están más disfrazadas que nunca.

Por: Luisa Dayana Ruiz Rubio

Transmilenio-Mujer
Mujer en estación de TransMilenio Ricaurte

Según el experimento social realizado por Gloria Díaz y su equipo de trabajo del Concejo de Bogotá, se comprobaron las aterradoras cifras de abuso a mujeres en Transmilenio registradas por el Observatorio de Equidad de Género de la Secretaría de la Mujer de Bogotá, las cuales indicaron que 8 de cada 10 mujeres se sienten inseguras y vulneradas mientras usan el sistema de transporte masivo.

También de acuerdo a la veeduría realizó una encuesta que fue respondida por 3.089 mujeres mayores de 14 años y estos fueron los resultados:

* 9 de cada 10 mujeres sienten miedo de sufrir un ataque sexual en el transporte y espacio público.

* 8 de cada 10 mujeres han padecido alguna o algunas situaciones de acoso dentro del sistema Transmilenio, siendo este el lugar de mayor ocurrencia de actos de acoso padecidos por las mujeres.

* 6 de cada 10 mujeres manifestaron no conocer dónde denunciar, ni cómo, ni a través de qué medios.

* 9 de cada 10 mujeres coincidieron en no haber denunciado.

* Solo 4 de cada 10 mujeres conocen las acciones que desarrolla el Distrito para prevenir estas situaciones.

Todo esto hace entender cuán grande es el problema pues la última respuesta es esencial para poder reducir estos números; muchas mujeres no saben qué hacer o cómo reaccionar si sufren algún tipo de acoso, no saben que ruta de prevención usar o si la siguen varios de los trabajadores del sistema no saben qué hacer y hacen que el caso quede impune.

Hablando con algunas mujeres que hacen uso de Transmilenio de forma continua es notorio que el verdadero problema es la educación que los agresores adquieren desde pequeños en casa o el colegio, ya que sus agresiones son el reflejo de lo aprendido en estos lugares; ya sean verbales, físicas o psicológicas.

Las mujeres hablan

Una historia que conmueve es la de una chica de 19 años que hace no mucho había terminado su bachillerato pero que ese momento le cambió la vida por completo. “Apenas tenía 13 años y salía del colegio, mi mamá y yo siempre nos movíamos por la ciudad en TransMilenio así que subirme en él no era nada nuevo. Mi mamá a veces no podía ir a recogerme por sus horarios de trabajo eso hizo que desde pequeña supiera las rutas que podía tomar para llegar a mi casa; ese día llevaba uniforme de diario (falda) y no creí que usar eso hiciera mi viaje a casa una pesadilla, me subí en la ruta que me servía, por suerte estaba vacío y pude tomar asiento, sin embargo, en la próxima estación se subió un señor de unos 50 años y se sentó a mi lado, mi trayecto no era largo pero ese día lo sentí eterno gracias a lo que él me hizo, apenas se sentó me saludo y me dijo que esa falda me quedaba preciosa, que tenía suerte de encontrarse con una niña como yo, me asusté y pensé en bajarme en la siguiente parada, pero él me dijo que no hiciera nada que si lo hacía me enterraba el cuchillo que tenía en el bolsillo; me quedé helada y no pude hacer nada, el tipo empezó a tocarme, a ponerme su mano en mis genitales, le dije que me tenía que bajar en esa parada y gracias a Dios me dejó bajar, cuando salí de la estación no paraba de llorar, pensado en que era mi culpa por usar ese uniforme, ni siquiera pude contarle a mi mamá ese día, no supe a quién pedirle ayuda, hasta un año después que me arme de valor y se lo conté a mi mamá”.

Posible soluciones

Actualmente, el Distrito tiene un protocolo de prevención, sanción y atención de las violencias contra las mujeres en el espacio y transporte público, que no funcionan con efectividad y tienen que mejorarse con urgencia, ya que el protocolo sugiere que, cuando exista un caso de acoso, la víctima solicite ayuda a las personas que están alrededor, situación que muchas veces se ve empañada por la indiferencia, luego tienen que acudir al personal de Transmilenio para posteriormente  comunicarse con la Línea 123 de emergencias y la Línea Púrpura para atención psicológica.

Ahora bien, la seguridad es importante dentro de las estaciones, sin embargo, muchas veces estas no son lo suficientemente competentes pues los trabajadores no saben que ruta seguir o a qué número llamar, y aunque ahora la administración distrital lanzó la estrategia de sensibilización ciudadana Date cuenta es violencia, pita y avisa” la cual busca crear acciones de corresponsabilidad, empatía y persuasión en el espacio y transporte público para proteger a las mujeres, los casos siguen en aumento.

También es importante resaltar lo mencionado que es la educación, las personas copian actitudes y comportamientos de casa o del colegio y los replican en su diario vivir, por eso es fundamental el respeto en la temprana educación de las personas.

Evidentemente hay mucho por lo cual debemos trabajar, no solo para reducir estas alarmantes cifras, sino para que cuando haya un próximo ejercicio como este haya menos mujeres víctimas de acoso en el sistema de transporte público masivo de Bogotá: TransMilenio.

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