¿Debe cambiar el fútbol colombiano?



La Liga Colombiana ha venido perdiendo fuerza durante los últimos años en cuanto al nivel de interés que genera en los fanáticos del fútbol y el nivel competitivo demostrado en las diferentes competencias a nivel sudamericano, debido a la negación a un cambio en el sistema de competición que no está permitiendo un crecimiento de la liga nacional.

Por: Jorge Iván González Moreno

Liga BetPlay Dimayor. Foto tomada de: El Comercio (Perú)

La Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol (IFFHS) cada año lanza un ranking de las mejores ligas a nivel internacional para medir el trabajo realizado por los diferentes países en cuanto a la competición nacional se refiere. Para este 2023, el primer lugar de esta clasificación la ocupa el Brasileirão de Brasil con 1181 puntos, le sigue la Premier League de Inglaterra con 1086 puntos y LaLiga Santander de España con 967,5 puntos

En el caso de la liga colombiana, esta ocupó el puesto 12 a nivel mundial con 639 puntos, manteniéndose en el top 20 a nivel mundial, pero bajando una posición respecto al ranking del año pasado. Este descenso no solo se aprecia a nivel mundial ya que, a nivel sudamericano, Colombia también bajó hasta el puesto 5 de la clasificación, por detrás de Brasil, Argentina, Paraguay y Ecuador.

La baja clasificación de la liga colombiana puede estar dentro de lo esperado, debido a la fuerza de las ligas europeas a nivel económico y de prestigio, y al bagaje que tienen ligas como la brasileña y la argentina en los torneos internacionales; sin embargo, eso no quiere decir que la liga colombiana no tenga algunos elementos que interfieran con la competitividad, la meritocracia y el crecimiento de los proyectos deportivos.

Balón GOLTY con el que se disputa la Liga Colombiana. Foto tomada de: Futbolred

Dos torneos al año

A diferencia de casi todas las ligas que se encuentran en el top 10, la liga colombiana no maneja un formato de competición anual, sino que realiza dos torneos semestrales. La única excepción es la Liga de Paraguay pero es más entendible, puesto que solo participan 12 equipos, a diferencia de los 20 que conforman la liga de nuestro país.

Tener un formato de dos torneos te permite ver 2 campeones en el año y un certamen más corto que, en principio, genera más espectáculo; no obstante, también significa un número mayor de partidos, lo que genera un calendario más apretado que merma el rendimiento de los equipos colombianos. Además, un torneo de estas características no da suficiente tiempo para consolidar proyectos deportivos, lo cual se refleja en las inconsistencias de los clubes para mantener puestos altos semestre tras semestre y en mantener a los directores técnicos por mucho tiempo para trabajar, no solo a corto, sino también a medio y largo plazo.

Sistema de cuadrangulares

La cantidad de partidos no solo aumenta porque sean dos torneos, también aumenta por el mismo sistema de cada uno de ellos. Se juega un todos contra todos entre los 20 equipos, de ahí salen los 8 mejores para formar dos grupos de 4 equipos y el mejor de cada grupo pasa a la gran final para disputar el título de campeón del fútbol colombiano.

Ya sea bajo esta forma o la que se hacía antes (cuartos de final, semifinales y final), lo cierto es que esta organización no refleja al cien por ciento al mejor equipo del campeonato. Un sistema regular, como el que tienen las ligas más importantes, está diseñado para demostrar cuál es el equipo más consistente a lo largo de un tiempo determinado, ya que se enfrentan todos contra todos a ida y vuelta, y se premia al club más regular.

En el caso colombiano, sí se juega una fase contra todos los equipos (aunque solo un partido en el que se debe contar con la suerte de si es como local o visitante). El problema radica en que terminar en el primer puesto durante esa fase solo sirve para tener una ligera ventaja en la siguiente, no asegura de ninguna manera levantar el título. Además, es un formato que mediocriza a los equipos colombianos, puesto que, inconscientemente, se manda un mensaje de que basta con clasificar en el octavo lugar para tener la oportunidad de ser campeón.

Es entretenido, pero no justo, además de que ya hay otros torneos como la Copa BetPlay o las competiciones internacionales, que funcionan de manera similar, por lo que se debería priorizar en la liga un modelo que defina al campeón por sus méritos durante todo un año, y no si tuvo algo de suerte en fases determinadas.

Descenso

El tercer punto a destacar es el descenso, un tema controvertido durante muchos años que, incluso, ha llevado a que varios equipos hagan fuerza en la Dimayor para que se cambien las reglas. Cada año, los dos equipos con el peor promedio de puntos descienden, lo cual, en principio, no suena mal; sin embargo, para hacer este promedio se tienen en cuenta los últimos 3 años (Por ejemplo: 2021, 2022 y 2023).

Esta decisión beneficia a los clubes que llevan más tiempo en la liga, ya que es más fácil acumular un mejor puntaje durante varias temporadas y no se evalúa lo realizado durante un solo año. Un ejemplo de esto es el Deportivo Cali debido a que, durante los últimos torneos, ha ocupado las últimas posiciones de la tabla y, a pesar de todo, sigue manteniéndose fuera de los puestos de descenso.

Este sistema provoca que los equipos más importantes demuestren relajación porque saben que tienen un “colchón” que les permite mantenerse lejos de la B durante un buen tiempo; caso contrario a los conjuntos recién ascendidos, puesto que solo se cuenta el último año, por lo que tienen que puntuar de manera muy considerable para salvarse de no volver a bajar de categoría.

¿Hay que cambiar?

El fútbol colombiano se encuentra en uno de sus momentos menos brillantes de la última década, ya que los hinchas cafeteros están perdiendo interés por la liga y no se ven atisbos de una mejoría a corto o mediano plazo. Este desinterés, sumado a las malas actuaciones de los clubes en la Libertadores y la Sudamericana, y la no clasificación de la Selección Colombia a la Copa Mundial de la FIFA Qatar 2022, hace que sea necesario preguntarse si el sistema de competición a nivel local, tiene algo que ver con el bajo rendimiento de Colombia en el panorama futbolístico.

Si me lo preguntan a mí, SÍ, hay que cambiar.

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