LA ERA DE LA IMAGEN DIGITAL



José Luís Brea plantea que las imágenes electrónicas o imágenes digitales no se afilian al tiempo ni al espacio, es decir que aparecen y reaparecen en cualquier lugar teniendo una capacidad omnipresente.

Esta cualidad omnipresente hace que no necesiten de un soporte y puedan reproducirse infinitamente, llegando a infinidad de pantallas –como medio- en cualquier momento, abandonando el mundo material.

Las pantallas son el instrumento para la visualización de la imagen y desde la perspectiva de McLuhan no solo son un medio sino uno extensión del cuerpo o del cerebro. En este sentidopodría decir que se relaciona con la cualidad de imágenes mentales.

De esta manera el modo de recepción de la imagen es asincrónico en el que cada individuo elige en qué momento y en qué lugar darle escenario a la imagen; este sujeto está incompleto y necesita reconocerse en el otro, así que se forman sujetos que contribuyen a la formación de estructuras de multiplicidad: Viralización.

En la actualidad con la era digital, la publicidad se tiene que mover en medios colaborativos, ya que las redes sociales generan viralidad y las marcas cada vez están más expuestas a interpretaciones y análisis de todo tipo, es ahí cuando el papel de los prosumidores entra en juego y esto trae consigo grandes ventajas y al tiempo desventajas que retan a los publicistas todos los días.

Con la viralización en el ciberespacio –en el cual Pierre Levy dice que los objetos se mueven entre grupos, memoras compartidas, hipertextos comunitarios para la construcción de colectivos inteligentes- , la capacidad de la información y la imagen virtual de intervenir en el mundo y mediar nuestras relaciones, se propaga en su modelo de circulación de sujeto a sujeto llevando consigo la economía del deseo que la publicidad se encarga de insertar.

En esta economía digital y economía del deseo, los consumidores con su hiperconectividad están autoconstruyéndose socialmente teniendo en cuenta los conceptos transportados en el ciberespacio, cada sujeto autoconstruido elije que ver, elije cómo comportarse, de esa manera actúa la biopolítica en cada sujeto y que le toca al publicista entender y manejar, intercediendo en las formas de experiencia -y la economía del deseo-, permitiendo la autonomía del individuo.

La publicidad viajando en estructuras de multiplicidad como lo son las redes sociales, a través de las prácticas de consumo, lleva al sujeto a autofabricarse.

Desde otra perspectiva, podría ser que este proyecto manejado en la conectividad tratase solo de operar la humanidad a través de sus pantallas, según Regis Debray (videosfea), haciendo que el sujeto deje a un lado su centro para darle ese lugar a los conceptos transportados por la imagen digital, transformado las pantallas como afirma McLuhan en extensiones del cerebro humano, en el que se ejerce el poder tan solo manejando los deseos, las experiencias y el sentido de la“verdad”.

¿Será que la imagen digital permite al consumidor ser totalmente autónomo y permitirle decidir qué ver y que consumir? o ¿simplemente están manejando la economía del deseo por medio de la imagen digital que alcanza y asimila mucho más fácil el consumidor de la era digital y que de cierta manera pueden alterar y modificar la verdad que al fin y al cabo es una construcción social?

1. Prosumidor: Consumidor y productor al tiempo. Toffler previó ese modelo de sociedad en el que los consumidores se involucrarían tanto en el producto que llegarían incluso a convertirse en parte activa de la creación del mismo.

Realizado por: LINDA LUCÍA CASTAÑO VALDERRAMA

lcastanov@ucentral.edu.co

Written by:

Espacio de co-creación, que fomenta el compromiso con la libre expresión a partir del enfoque informativo, variado e innovador de los contenidos.