El nuevo mercado que compite por la capacidad en los discos duros y de los discos ópticos se está volviendo cada día más competitivo.
Por un lado, Pioneer acaba de dar la noticia de que lanza un disco óptico de 16 capas (25 Gigas por capa) con capacidad de 400 GB de espacio, mientras que Toshiba anuncia una mayor densidad de sus discos duros de plato (200 GB por plato) con una capacidad de hasta 400 GB. Mientras otros fabricantes como Samsung, Fujitsu e Hitachi disponen ya de discos de este tipo con capacidades de hasta 500 GB. Así las cosas, muy pronto estaremos solicitando en la tienda de informática productos con capacidades de almacenamiento en Terabytes.
El auge del video y de programas de edición digital y de modelado en 3D, han generado en todo el mundo una demanda masiva de discos duros de gran capacidad. Para ello, los fabricantes también han tenido que mejorar las prestaciones en velocidad (revoluciones por minuto) y optimizar aspectos internos propios de esta tecnología como es el del firmware. Todo con el fin de responder a la demanda y a la creciente competitividad en el mercado de discos duros y ópticos.
Se ha trabajado muy duro en aspectos relacionados con la emisión de ruido durante los accesos por parte del usuario a lectura y escritura, además de una mayor velocidad de transferencia de datos. Con estos desarrollos, se busca principalmente contribuir en buena medida con el medio ambiente, ya que estos equipos ahorrarán buena parte de recursos y tiempo de respuesta, factores vitales cuando se trata de optimizar el factor tiempo, por ejemplo, en empresas o instituciones con redes de equipos funcionando en forma simultánea.
Toda esta tecnología estará muy bien integrada con programas de captura y procesamiento de la voz humana, redes de inteligencia artificial, que interpretarán a la perfección los gustos del usuario en aspectos como navegabilidad, creación de documentos, procesamiento de datos, diseño y cálculos estadísticos entre otros. Ya es posible la tecnología del toque de pantalla para ubicar lugares en un plano, diseño o escenarios virtuales, todo esto demanda de grandes procesamientos que sólo los puede realizar un disco duro, y equipos con alto desempeño y velocidad. De ahí que los fabricantes de estos elementos de software estén compitiendo amparados quizás bajo los parámetros establecidos en el ser humano de acuerdo con la teoría de Pavlov de estímulo – respuesta.
Todos queremos y soñamos que algún día nuestros pcs respondan con la velocidad del cerebro humano y no como suele ocurrir en el cotidiano vivir, que debemos esperar unos cuantos espacios de tiempo para que el sistema nos procese la información almacenada, como suele ocurrir por ejemplo, cuando renderizamos un video con algún grado de complejidad.