En 1913 en Bogotá, nace el primer grupo Scout con la finalidad de enseñar, crecer y aprender desde la educación, brindando factores definitivos para el crecimiento personal de los jóvenes a lo largo del país, apoyándose en la oficina scout mundial y con los diferentes proyectos educativos que esta pregonaba.
En todos los años en los que se ha mantenido vigente el escultismo en Colombia hemos encontrado diferentes proyectos que han permitido la realización de los ideales que plasman los jóvenes y de los sueños de las diferentes personas que hacen parte del movimiento, creando proyectos de vivienda, salud, cultura y sostenibilidad.
Esto siempre apoyado desde la oficina nacional ayudando no solo a que haya una interdisciplinariedad entre lo pensado y lo plasmado, si no también, entre la idea que tiene el joven para contribuir de una u otra forma a la creación de país.
El lema “Los Scouts dejamos el mundo en mejores condiciones del que lo encontramos” tiene mucha verdad, es un lema muy vivo, muy tangente, muy explícito, porque reúne todas las enseñanzas que a lo largo de los años un joven recibe dentro del movimiento scout y que, al momento de realizar su partida, los pone en práctica en la llamada “ciudadanía activa”
Pero para entender qué es la ciudadanía activa que es un término muy amplio debemos entender cuáles son esas enseñanzas y esa formación en proyectos de las cuales recibe el joven a lo largo de más o menos 18 años de escultismo si empieza desde la manada que serían los más pequeños.
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