Dentro de los múltiples contactos empecé a llamar a diferentes jefes de la región del Tolima para que me ayudaran a saber de ellos y averiguar qué había sucedido y me mantuvieran al tanto de su estado salud.
A la madrugada del 17 de septiembre del 2019 las noticias no mejoraban, no ayudaban, ya sabíamos que Julián había sufrido traumas faciales, Juan David y Luisa traumas espinales que comprometían su movilidad, hasta el punto de no saber si lograrían caminar otra vez.
En esos días fue dado de alta Julián, Juan David tenía la espina fisurada, pero podía mover sus extremidades, pero Luisa, Luisa no respondía, sus extremidades inferiores no daban señales neuronales, ni nerviosas, los médicos en ese momento decían que podía deberse al trauma y esperaban que recuperara su movilidad pronto.
Han pasado tres años desde esas incontables 128 horas, donde todo se detuvo, donde el tiempo no existió, donde solo recuerdo oscuridad, miedo, rabia, angustia, soledad y dolor, tres años han pasado, tres años donde Julián necesito una reconstrucción facial, donde Juan David ha pasado por ocho intervenciones quirúrgicas y donde Luisa, Luisa sigue sin poder caminar.
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