Con la evolución vemos como día tras día el hombre se encuentra en un continuo aprendizaje que a veces es más lento que el mismo curso del tiempo, si vemos en campos tan comunes como la construcción donde veíamos en nuestra infancia como los obreros duraban años para levantar un edificio colocando ladrillo tras ladrillo. Ahora vemos tan solo a un hombre manejando una inmensa maquina y levantado edificios en cuestión de un par de meses.
Ahora vemos como la industria viene creciendo a tal punto que existe maquinas construyendo maquinas, como lo es el caso de la industria automotriz. ¿Será que el hombre está quedando obsoleto?, pregunta que personalmente respondo con un escueto SI.
Pero esta problemática no es nueva y por esto existió un hombre autor de ciencia ficción llamado “asimov”, quien propone lo siguiente en el año 1940.
Primera ley: Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
Segunda ley: Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si entrasen en conflicto con la Primera Ley.
Tercera ley: Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley.
Asimov nos enfrenta a la posibilidad que algún robot viole alguna de estas leyes, pero también nos enfrenta a la posibilidad de encariñarse con uno de estos “el hombre bicentenario”.
Muchas veces la ciencia ficción se hace realidad, como si estos autores fueran los nuevos profetas “Julio Verne viaje al mundo en 80 días” esto nos da para hilar muy fino, solo esperemos que el futuro de los humanos no sea esclavizado por su propia evolución.
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Saludo de Juan Carlos Ortíz.
1 comentario
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ps es muy romantico ya lo de las leyes esas, y mas con que no hay empresa hasta la fecha que haya tenido exito en conseguir un sistema infalible, traduciendo eso a un robot, tendriamos hackers de robots ke romperian cualquier ley y los usarian a su gusto, velo como el internet, es una ayuda pero tambien es una amenaza a la vez