Por: Karol Preciado Sierra
Dora Farfán tiene la mirada tranquila, se viste de forma sencilla, habla con seguridad y conecta con gran facilidad con las personas. Me concede esta entrevista en medio de su ropero comunitario en el barrio Lisboa, en la localidad 11 de Suba, Bogotá. Ella es la fundadora de Mujeres Tallando Sueños, un espacio de ellas para ellas creado hace 12 años. Acá sus luchas.
KP: ¿Quién es Dora Farfán?
DF: Es una mujer del común, una mujer con un corazón muy grande, la cual, se interesa por el bienestar de todas las mujeres, ante todo, y su núcleo familiar, que son sus hijos, víctimas del conflicto armado. Ante todo, una mujer la cual ha sufrido mucho, ha llevado procesos muy difíciles y tiene el corazón de tallar los sueños, no sólo el mío, sino el de muchas mujeres.
“Ella también ha tenido que abrirse camino en un mundo machista. Esas experiencias también ayudo a mi mamá a ponerse en los zapatos de otras mujeres (…) y ella se basa en lo que ella vivió para aconsejar, para asesorarlas, para que ellas sepan qué camino tomar”, cuenta su hijo David Ángel, en el programa Rostros de mi barrio de Capital.
KP: ¿Cuál fue su principal motivación para crear esta fundación?
DF: Fue porque empezaron a llegar muchas mujeres víctimas del conflicto armado, desplazadas, madres cabeza de hogar con mucho sufrimiento. Me contaban sus historias. Mínimo han pasado mil historias por esta fundación.
Empecé a escucharlas, a escuchar cada historia, muchas similares a muchos procesos en los cuales yo estuve, y me interesé por empezar a ayudar. Pero, ante todo, a capacitarlas para que empezarán nuevamente, que miraran que ellas eran muy valiosas, que podíamos, que nosotras somos guerreras y podemos empezar una nueva vida, unos nuevos sueños.
KP: ¿Cuál es la diferencia entre hace 12 años y ahora?
DF: Al comienzo fue marañando con los deditos, porque la gente no se compromete a ayudar, no entiende el dolor de los demás, la gente nunca se ha puesto en los zapatos de otra persona. Pero un tiempo para acá ya me hice conocer, ya todo mundo decía “Ah! Fundación Mujeres Tallando Sueños”. Ya tuve amistades, la Casa de la Mujer, la Casa de la Igualdad, el IDPAC.
Ya empezaron a hacerme conocer mucho más, cambiaron las cosas porque ya empezaron a capacitar más a las mujeres, darles talleres, dimos emprendimientos, en donde hay muchas mujeres hoy en día están trabajando en lo que les hemos enseñado cómo es belleza integral, confección y bisutería.
“Ayudar, específicamente, a mujeres de estos barrios empobrecidos populares de la localidad de Suba, que han sido altamente impactadas por situaciones de violencia física, emocional, sexual y, además, que reciben contundentemente los golpes de la indiferencia social y los golpes de la marginación” manifiesta Juan Carlos Bernal sobre esta iniciativa, según Capital.
KP: ¿Qué sentimientos son los más fuertes del proceso de la fundación?
DF: Se siente ese gozo, de verdad, que se le eriza a uno a la piel, cuando uno ve a esos niños agradecidos, cuando uno ve a esas mamitas. Se volvió un consultorio psicológico. Ellas llegan de un modo y se van de otro. De verdad, solo quien lo vive, lo sabe. Yo me siento satisfecha de lo que he hecho y de lo que he logrado, a pesar de que ha sido con muy bajos recursos.
KP: Me imagino que no todo ha sido color de rosa… ¿Quería saber acerca el mayor obstáculo que ha tenido como lideresa de esta iniciativa?
DF: Para mí el obstáculo ha sido que fui amenazada por Autodefensas Gaitanistas, fue un proceso duro, porque yo tuve que durar mucho tiempo sin venir acá, pedir seguridad, hacer denuncias, entré en shock. Eso no es algo normal. Eso me limitó un poquito, pero retomé y trato de cuidarme. Tuve (que ser) como el ave fénix, levantarme de las cenizas y seguir. Aquí estoy.
KP: ¿Ese episodio se volvió a repetir?
DF: En llamadas, en llamadas se han repetido pero yo tengo el teléfono interceptado, han estado haciendo seguimiento, me tuve que cambiar de casa y acá pues se mantiene mucha gente entonces eso ha sido protección.
La Emisora Suba Alternativa, informó de las amenazas a varios líderes de la comunidad y consultó dichas amenazas con la alcaldía local. Informó que desde el despacho local se alertó a las autoridades y que Policía, Ejército y Fiscalía ya están investigando.
KP: ¿En qué han quedado las investigaciones?
DF: Al comienzo todo el mundo estuvo pendiente pero ahorita, como siempre, todo ha parado así. De vez en cuando, la policía pasa a ver qué está pasando y a veces vengo, a veces no vengo, a veces llego por un lado, por otro, o sea trato de cambiar rutas. Y no publico nada por seguridad.
KP: ¿Cuál es su sueño Sra Dora?
DF: Mi sueño es que la fundación crezca, tener las instalaciones propias, los talleres propios, las máquinas, todo lo de belleza integral, lo de bisutería, poder capacitar a miles y miles de mujeres, (para) forjar un mejor futuro. Somos guerreras, de verdad que sí.
No todos tienen el don de hacer esta labor comunitaria, porque es una entrega desinteresada, honesta y muy difícil. Las luchas que ha tenido Dora Farfán no son únicamente con sus demonios internos, sino también contra los demonios cotidianos de las mujeres a su alrededor. Recordemos que no todos los héroes tienen capa, a veces están detrás de un ropero particular.
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