Por: Daniela Rondón
No podemos negar que el internet se convirtió en un recurso fundamental para el desarrollo de nuestra vida cotidiana y que gracias a este, tenemos la oportunidad de acceder a cualquier tipo de información de forma inmediata, pero ¿hasta qué punto es viable confiar en todo su contenido?
Durante los últimos dos años, con la llegada del Covid-19 al mundo, la circulación de información y noticias sobre su propagación se iba viralizando con mucha rapidez y de este mismo modo, la circulación de noticias falsas y desinformación iba generando afectaciones negativas a la sociedad.
Por este y otros motivos se vio entorpecido, de alguna manera, el proceso o las dinámicas que se preparaban por parte de las instancias gubernamentales para el implementar el manejo o por lo menos el control de este virus que llegaba con tanta fuerza.
Hay quienes defienden la idea de que la vacunación contra el Covid-19 es un negocio, que es para conveniencia política y hasta se dice que afectará la salud de quien reciba la aplicación del medicamento, sin embargo, todo esto se da debido a la información errónea y sesgada que existe al darle mal uso al internet y a las redes sociales en la actualidad.
Este problema es una situación de la vida diaria, pues vivimos en una sociedad desinformada, una comunidad que no busca corroborar la información en fuentes confiables o que estén fundadas en evidencias, generando una amenaza al esfuerzo que se quiere dar para controlar o poner fin a una pandemia que acabó con la vida de miles de personas.
Se puede argumentar que la vacunación y no solo la del Covid-19, se implementa en el esquema de salud pública para protegernos y generar resistencia ante estas enfermedades, sería descabellado pensar que causarían algún daño a nuestro organismo o que su aplicación no disminuiría las cifras de mortalidad.
Y es que las vacunas, de una forma sencilla, diremos “que son medicamentos biológicos que aplicados a personas sanas provocan la generación de defensas (anticuerpos) que actúan protegiendo ante futuros contactos con los agentes infecciosos” Organización Mundial de la Salud.
Sin embargo, ante estos argumentos acerca de los beneficios de la vacunación, la población Colombiana que está en riesgo al no adquirir la vacuna suma más de 3 millones de personas, según el Ministerio de Salud. Una cifra bastante alta que se podría evitar si el manejo de la comunicación y la información al público se manejara correctamente.
Cabe resaltar que esto se puede generar debido a la falta de educación de la que carece el lector siendo esta una problemática que se puede combatir desde diferentes aspectos sociales y culturales para detectar las noticias falsas y no caer en el error de viralizarlas y crear cadenas que generan incertidumbre en la sociedad.
Algunas recomendaciones para los lectores antes de compartir o creer en una de estas noticias puede ser buscar la noticia por sí mismo, buscar fuentes de información confiables, verificar que no sean notas anónimas y lo más importante no replicar a menos de estar seguros de que es información verídica.
De alguna forma, dando un buen manejo de esta información encontrada en internet y redes sociales, se podrían implementar estrategias para convencer con argumentos a la población de que las vacunas o la vacunación es solo el inicio de un largo camino para frenar la pandemia del Covid-19.
Es responsabilidad social de todos cuidarnos, la participación activa de los ciudadanos en estas campañas de salud son muy importantes y más cuando vivimos en una sociedad carente de confianza hacia el gobierno, unirnos todos ante una causa común que nos proteja.
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