La curandería ha sido una práctica ancestral en Colombia que ha sido transmitida de generación en generación. A pesar de su importancia cultural y su popularidad entre la población, esta práctica ha sido estigmatizada y marginada en la sociedad colombiana.
Por: Diego Eduardo Rodríguez Hernández
Según el Ministerio de Salud de Colombia, la curandería se define como una práctica que utiliza plantas, animales, minerales y otros elementos naturales para prevenir, diagnosticar y tratar enfermedades. También se enfoca en tratar al paciente en su totalidad, incluyendo su mente, cuerpo y espíritu, a pesar de que la curandería ha sido practicada durante siglos en Colombia el gobierno ha tomado medidas para prohibir esta práctica y ha intentado promover la medicina occidental como la única forma legítima de tratamiento médico.
En Colombia, la medicina tradicional y la medicina occidental han coexistido durante siglos. Aunque la medicina occidental es la más comúnmente utilizada, la medicina tradicional sigue siendo una práctica popular en muchas comunidades.
La estigmatización de la curandería en Colombia puede ser atribuida a varias causas. En primer lugar, la religión ha tenido una gran influencia en la percepción de la curandería en el país. Muchas denominaciones religiosas, especialmente las cristianas, han etiquetado a la medicina tradicional como una práctica satánica o demoníaca, lo que ha contribuido a su estigmatización.
Igualmente se puede mencionar que el término “curandero” muchas veces es utilizado para descalificar este tipo de tratamientos y defender la medicina occidental, ya que en Colombia y en todo el mundo existen muchísimos tipos de curanderos los cuales, ni siquiera se denominan así, lo que ocurre es que este término lo adoptó el pueblo común para este tipo de médicos.
Además, la falta de regulación y de estándares profesionales para la práctica de la curandería ha llevado a una falta de confianza en sus practicantes. Muchos curanderos no tienen formación médica formal y pueden no tener las habilidades necesarias para tratar ciertas condiciones médicas, pero a pesar de esto los curanderos a menudo son la primera opción para las personas que no tienen acceso a la atención médica occidental o que prefieren un enfoque más holístico para el tratamiento de enfermedades.
Sin embargo, la estigmatización de la curandería ha llevado a la discriminación y al acoso de los curanderos y ha dificultado su capacidad para proporcionar atención médica. Muchos curanderos han sido arrestados y encarcelados por practicar la curandería sin licencia médica, y a menudo enfrentan discriminación y marginación en sus comunidades, como lo fue el caso de Juan Bautista Agreda Chindoy reconocido ‘chamán’ de Putumayo, el cual fue capturado por las autoridades norteamericanas que lo señalaron por posesión de medicina ancestral.
El indígena pretendía llevar hasta los Estados Unidos el Yagé, una reconocida hierba que se cultiva en el Amazonas y que es utilizada como medicina natural, relajante y estimulante, pero que produce efectos especiales de alucinación de quien la consume, afortunadamente después de unos días fue liberado y deportado de vuelta a Colombia.
Para terminar, se puede decir que la integración de la curandería con la medicina tradicional puede ofrecer beneficios significativos para la salud y el bienestar de las personas, pero es necesario promover un enfoque más inclusivo para el tratamiento de enfermedades en Colombia, que reconozca la importancia de la curandería y que permita a los curanderos practicar sin miedo a la discriminación o al acoso, ya que la curandería como método ancestral ofrece una perspectiva valiosa en el cuidado de la salud.