Actualmente muchas de las empresas carecen de efectividad e interés, tanto en la publicidad como en la gran gama de productos y servicios que se lanzan y se actualizan en el mercado publicitario, ya que cada día existen más apellidos para esta disciplina, marketing viral, buzzmarketing, street marketing, social marketing, field marketing, marketing de guerrilla, y así un largo etcétera, pero realmente no se le aplica un contenido riguroso a cada una de ellas y es porque algunas veses, no se tiene en cuenta el objetivo de una empresa y para lo que fue creada, es decir una buena filosofía, un objetivo claro el cual pueda plantar las bases de un buen marketing empresarial.
Posiblemente esta sea una definción cercana a una filosofía del marketing, pero no lo sabremos hasta no aplicarla en nuestras empresas:
“La filosofía de marketing postula algo diametralmente distinto a las filosofías anteriores. Lo importante es el consumidor, pues son los consumidores quienes determinan si van a comprar un producto o servicio. Comprarán aquella marca que mejor satisfaga sus necesidades. Luego la empresa debe adaptarse a las necesidades de los consumidores, a las necesidades del mercado, como condición para poder alcanzar sus propios objetivos. En suma, lo más importante es concentrarse en las necesidades de los consumidores, y satisfacerlas de un modo más efectivo (mejor satisfacción por el mismo precio) o más eficiente (la misma satisfacción pero a un precio menor).”
El consumidor ha sido una de las matrices olvidadas por la empresa, por centrarse normalmente en la eficacia y la producción sistemática de bienes o servicios, por tanto se abre también la brecha a dos problemas que se han confundido a lo largo de la historia del mercado, las ventas y los productos, pues en mi opinión la publicidad actualmente está separada radicalmente del marketing el único nexo indiscutible es el consumidor y la forma de emplear la comunicación; sin embargo la publicidad es inefectiva más en nuestro país al carecer de nuevas formas “creativas” el marketign está desprovisto de su relación intima con el consumidor, es casi como un trabajo de branding pero ligado a las relaciones públicas, aunque esta última sería casi otra forma de venta al público.
¿Qué sentido tiene entonces forjar una estrategia de comunicación o una campaña, o una estrategia de ventas llamativa y eficaz sin dejar de lao al consumidor y sus necesidades?
Tal vez si tenga un objetivo claro, pero hay que tener en cuenta la formación y el porqué de la empresa, para que fue creada; si la empresa tiene eso claro y tiene un buen manejo de su marca, y en otras palabras maneja un branding excepcional la publicidad o la comunicación que se venga detrás de un concepto o idea será más fuerte, pues el respaldo lo hace el contenido de esta, su filosofía de vida, mientras el marketing tenga de cerca tanto al consumidor como su razón de existir será muchos más fácil ejecutar sus mensajes y demás vertientes comunicativas.
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Por Daniel Cantor