Por: Paula Daniela Herrera Sanchez
En una clínica de Bogotá joven es ingresado por cálculos renales, horas después se debate entre la vida y la muerte, debido a un error en la cirugía por parte del médico, quien cortó el único conducto biliar que tenía, dejándolo con drenes toda su vida.
El joven de 20 años, identificado cómo, Andrés Medina Sánchez, fue sometido a una cirugía de menor trascendencia, una extirpación de cálculos renales, la cirugía consistía mediante láseres quirúrgicos extraer los cálculos, todo aparentaba ser “un éxito tras no necesitar ser manipulado directamente”, afirmó el médico, a la familia del joven.
Al transcurrir la operación la situación se complicó, los cálculos eran muy grandes y no se pudieron extirpar de la manera acordada, viéndose la necesidad de operar directamente, al intervenir, el cirujano corta el único conducto biliar que tenía, debido a un cáncer de hígado cuando pequeño, causando una complicación extrema en la salud del paciente.
El personal médico estaba desconcertado, en un segundo el paciente se encontraba entre la vida y la muerte, debido a que los líquidos que transcurren por este conducto biliar son infecciosos y al tocar otros órganos el paciente se contamina y muere, hechos que agravan la cirugía.
Rápidamente, se realizaron lavados y se extirparon los cálculos, pero la situación era incontrolable, fue un error terrible, el conducto biliar no se podía suturar y tuvieron que intervenir quirúrgicamente otros médicos, finalizando la operación con un stent que unía el conducto roto, pero aun así la situación de Andrés Medina era crítica y poco esperanzadora.
Al terminar la operación, el médico informa a la familia erróneamente, diciendo que el paciente estaba complicado, pero evolucionaría óptimamente, a pesar de que las cosas se habían salido de control tras haber cometido el error de cortar el único conducto biliar del paciente, al pensar que era el bazo, órgano que no tenía, hecho que desató la negligencia.
Lo único que se podía hacer era esperar a la evolución del paciente, la hermana de Andrés Medina, aseguró que su madre advirtió al médico que, “su hijo es un paciente de cuidado, con una historia clínica saturada, donde de pequeño tuvo cáncer en el hígado y no tiene algunos órganos, hechos que lo hacen de más cuidado”. Afirmó la hermana Laura Medina.
Tres días después, tuvo que ser intervenido de urgencias, el líquido que transcurre el conducto biliar se estaba derramando, poniendo en peligro la vida del joven Andrés Medina, está vez la cirugía culminó con un pronóstico de paciente crítico, debía mantener unos drenes de por vida, por donde saldrían estos líquidos.
A las 2 semanas tuvo que ser intervenido nuevamente de urgencias, los drenes se habían tapado y su cuerpo colapsaba si no era atendido rápidamente; hechos que lo pronosticaban cómo un paciente de cuidados especiales, no podría llevar una vida normal como la que solía tener antes de la mala praxis realizada en su contra.
Edith Medina, tía del paciente y enfermera de la clínica donde se ejecutó la negligencia, asegura que “la familia del joven Andrés Medina, se encuentra devastada por la situación en que quedó su familiar después de la cirugía que le efectuaron, pidiendo a las autoridades que investiguen lo sucedido y se aplique la sanción correspondiente e indemnización al afectado”.
El joven no podrá tener una vida plena cómo solía tenerla antes de la cirugía, tendrá que vivir con dos drenajes, que son incómodos y tienen que ser cambiados cada que estén llenos, al igual que tener cuidados detallados a nivel físico y en la alimentación, hechos que repercuten en poder tener una vida plena y valerse por sí mismo.
Los sueños que tenía Andrés Medina de estudiar en la universidad y trabajar se vieron frustrados, su recuperación será larga y ya no podrá tener los mismos hábitos en su vida, hechos por los que no podría desempeñar estas actividades.
La clínica a su vez no brindó ni el soporte psicológico que necesitaba el paciente para poder sobrellevar el cambio tan abrupto que sufrió su vida, ni los requerimientos de recuperación como: terapias respiratorias y físicas, a la vez, no brindó el apoyo legal en cuanto al tema, para facilitar las cosas por la vía legal en busca de justicia.
Marolin Barrera abogada de la familia, afirmó que “es una negligencia notoria, donde se presentó: un hecho imprudente por el desconocimiento de la historia clínica del paciente, causando una mala praxis, una lesión y un mal diagnóstico por parte del doctor tratante y de la clínica al momento de hacer un seguimiento”. Hechos suficientes para demandar.
Al ser tomado cómo una lesión que pudo haberse prevenido, si el médico tratante hubiera puesto la responsabilidad profesional que requería el caso, leyendo la historia clínica anexada, para prevenir las consecuencias de posibles acciones, que en su finalidad dejaron al joven Andrés Medina con lesiones de por vida.
La familia del joven accedió a este recurso y frente al tribunal interpuso una demanda por la negligencia médica cometida a Andrés Medina, dirigida al doctor y la clínica, enfrentándose a un proceso arduo, de persistencia y dinero ante la corte, cómo única compensación del daño que se le cometió al joven Andrés Medina.
Hasta el momento la clínica no se ha pronunciado frente al caso y el médico sigue ejerciendo su profesión normalmente, por ahora el caso está en investigación, buscando recolectar las pruebas necesarias para avanzar y poder ejercer la justicia.