Por: “Pequodre” Arcila, Paula Valentina Zorro Vidal, Joshua Felipe Delgado Murcia y Ana Lucia Beleño Arias
Bienvenidas y bienvenidos a este espacio transmedia. Acá encontrarás productos que te hablarán de uno de los temas que más han generado impacto en la sociedad y que puede provocar la extinción de nuestra raza humana si no nos ponemos las pilas, “el cambio climático”:
Allí encontrarás:
Un mini documental,
Una columna de opinión,
Dos crónicas y
Dos entrevistas con expertos.
Que nos darán sus opiniones sobre la crisis climática que estamos viviendo y sus consecuencias, a partir de una serie de preguntas pensadas exclusivamente para que tú, como nuestro invitado de honor, puedas reflexionar acerca de estas preguntas. Si te gustó el contenido, te invito a que compartas esta información a tus conocidos y familiares para que se pongan las pilas con el futuro de nuestro planeta.
Crónicas
Relatos de la catástrofe
La devastación de María
—El huracán María se ha fortalecido en su camino hacia Puerto Rico y podría ser el primer huracán de categoría cuatro en tocar la isla en ochenta y cinco años.
Aquellas fueron las desalentadoras palabras que pronunció un presentador en las noticias de la mañana cuando el calendario marcaba el diecinueve de septiembre de 2017.
Puerto Rico y sus habitantes estaban preparándose para la catástrofe inminente que se acercaba, el día era soleado pero el clima cálido tenía sus horas contadas, pronto se encontrarían en el ojo del huracán y poco era lo que se podía hacer.
Personas aglomeradas haciendo filas interminables en el supermercado, trancones que no parecían tener fin, escasez de alimentos y agua, la emergencia cada vez tenía más alerta a sus habitantes.
Al caminar por las calles se observaban familias yendo a reabastecerse, otras construyendo barricadas en sus puertas y ventanas, mientras que aquellas que contaran con la mala suerte de vivir cerca de la zona costera eran evacuadas de la zona, pudiendo llevar en sus manos lo poco que tenían y dejando atrás sus hogares. La preocupación hacía que el ambiente se sintiera bastante tenso, tanto así que una sensación de angustia agobiaba a la isla entera, todo esto sucedía mientras un clima tropical digno de unas vacaciones lentamente estaba desapareciendo.
Más temprano que tarde cae la noche sobre Puerto Rico y la isla pronto empieza a volverse un sitio fantasma, un silencio azolaba las calles el cual de vez en cuando era interrumpido por algunos ladridos de perros que no tenían un hogar; las personas están refugiadas en sus hogares esperando que pase lo peor, en algunas viviendas se alcanzaba a ver de lejos algunas luces cálidas, posiblemente estas familias se estaban encomendando a sus religiones.
La noche ha sido eterna y ahora es de madrugada, son las dos de la mañana y el silencio nocturno ha desaparecido, unos vientos comenzaron a azotar la isla, se trata nada más que del huracán María entrando al territorio, los árboles eran empujados de un lado a otro, las hojas de las palmeras se movían tanto que parecía que se hubiesen puesto de acuerdo para hacer una danza violenta, las comunicaciones comenzaron a fallar, la red se volvió intermitente y esto sólo era el comienzo.
Llegaron las dos y media de la madrugada, el viento se volvió más violento y la lluvia cubría con agresividad a la isla, ver a través de la tormenta era un poco más difícil, pero todavía el caos no había empezado, poco faltaba para que Puerto Rico fuera testigo de la destrucción inminente que se acercaba.
Los vientos cesaron levemente luego de cuatro horas ininterrumpidas de la lluvia, sin embargo, esto no era nada alentador, sólo se trataba de una advertencia del huracán, las calles estaban empapadas y algunos sitios costeros ya estaban cediendo ante las inundaciones y el fango, la naturaleza destructiva de este huracán comenzaba a llevarse a todo a su paso, lamentablemente no sólo se iba a llevar escombros o árboles, porque también se llevaría vidas.
Finalmente llegó la luz del sol, pero con su claridad solamente traería más angustia y terror, al cabo de una media hora los vientos regresaron, esta vez más violentos que nunca, en la lejanía se podía observar cómo techos de lámina salían desprendidos en el aire, el ruido que causa el viento es tan inmenso que se logra escuchar incluso en los lugares más recónditos de las casas, aquí llegó el momento de la verdad, de ver si las barricadas le harían frente a la madre naturaleza, pero fue en vano.
Si no era el viento ni la lluvia, eran los escombros, el fango arrasó con varias casas y dejó a muchas inundadas, miles de familia tuvieron que quedarse impotentes ante tal evento que parecía causado por una ira divina, no podían hacer nada más que ser espectadores de cómo perdían todo a su paso, incluyendo a muchos de sus seres queridos.
Las manecillas del reloj estaban posicionadas a las 6:35 de la mañana, todo había empeorado, el sonido del viento sonaba como un avión en pleno despegue, la destrucción era mayor en las calles, la visibilidad prácticamente era nula, debido a que la lluvia era tan densa que tomó la forma de una neblina espesa, las barricadas que construyeron las familias no sirvieron de nada, el viento azotó tan fuerte los vidrios que se apreciaba como la fuerza invisible golpeaba con una violencia despiadada las ventanas y puertas, llegando a trancarlas, todo esto duró al menos un par de horas más.
Finalmente la tormenta cesó, el paso del huracán ya no era tan agresivo y el ojo de éste se encontraba ya fuera de la isla, las lluvias permanecieron pero eso no fue lo importante, si no lo que dejó a su paso, miles de familias sin nada, llorando en las calles, otras buscando a sus seres queridos que se perdieron en medio de la penumbra de la lluvia; la destrucción fue tan inmensa que ni los mismos carros pudieron salvarse, aquellas bestias que pesan alrededor de una tonelada terminaron volcadas debido a los vientos que alcanzaron una velocidad máxima de 280 kilómetros por hora, se venían tiempos difíciles para Puerto Rico, debido a las pérdidas millonarias y a las casi cinco mil personas que perdieron la vida en tal acontecimiento.
Esta y muchas más catástrofes ambientales han sucedido gracias al cambio climático, es un tema urgente el cual las grandes naciones no deben ignorar, las emisiones de carbono y la quema de combustibles están desangrando al planeta y la naturaleza comienza a hablar por sí misma frente al obrar del hombre con los recursos.
Un mañana sin futuro
Un nuevo día se ha presentado, como de costumbre me levanto por la mañana para organizarme, hoy es el 27 de octubre de 2036 y el mundo se encuentra en medio de un cataclismo inminente.
Recuerdo cada día del pasado con sumo detalle, las noticias y artículos, incluso las advertencias que brindaba la ONU a través de los años, es algo increíble que de tantas novelas y películas post apocalípticas que consumí ninguna habló nunca de lo que pasaría con el cambio climático.
Debo ir al trabajo así que me alisto para salir a la calle y tomar transporte, antes de salir reviso qué tipo de prendas debo llevar, hace unos años me era necesario salir con una chaqueta que me abrigara enormemente del frío, ya que vivo cerca de una zona montañosa, pero últimamente nos encontramos en una de tantas oleadas de calor por lo que llevarla sería inútil.
No sé ni cómo sentirme al respecto de cómo está el mundo ahora, cuando miro las noticias lo único que observo es lo mismo de siempre, catástrofes naturales, incendios forestales, pérdidas de cosechas debido al calor extremo, realmente ni siquiera encuentro una razón concreta para continuar en este planeta que pronto comenzará a agonizar.
Durante años los gobiernos hicieron caso omiso frente a los síntomas que presentaba el mundo, primero fue el aumento de un grado a la temperatura global, después fue el deshielo de los polos lo cual aumentó el nivel del mar y fue cuestión de tiempo para que las catástrofes naturales aumentaran, inundaciones, lluvias, huracanes, ciclones, incendios, como especie debimos ponerle un alto a la situación, pero desafortunadamente nunca sucedió.
Mientras me dirijo a mi destino observo con desasosiego las calles de mi pueblo, hay sequía debido a la ola de calor en la que estamos y en la lejanía puedo ver como hay humo que proviene de una de las montañas, tal vez se trata de otro de los tantos incendios forestales que nos azotan día a día, ahora es tan normal ver cenizas en las calles que ya nada de esto me puede sorprender.
Finalmente he llegado a mi trabajo, pero gracias al calor que hace siento bastante sed, tengo que visitar una plantación de agua cercana para pagar por un poco de ella, han quedado lejos los tiempos donde el agua era más sencilla de conseguir, ahora mismo se ha vuelto muy costosa y preciada, pensar que este recurso solía ser un bien necesario para toda la población y ahora… nada, hasta hay personas mendigando por el agua.
Me siento en mi oficina y comienzo mi día laboral, trabajo examinando documentos, mi vida no es nada interesante; sólo sigo una rutina muy aburrida, de vez en cuando leo noticias mientras sigo mi existencia en piloto automático, a veces quisiera tener unas vacaciones, solía amar los climas cálidos, pero ahora vivir en las costas es un peligro que no vale la pena afrontar, las inundaciones ocurren muy seguido y se estima que muchas ciudades costeras en unos pocos años estarán sumergidas.
No quiero pensar más en el futuro, es agobiante y no veo esperanzas, vivo en un mundo donde el punto de no retorno ya ha sido alcanzado, las consecuencias de años de emisiones de carbono nos están golpeando, lo peor de todo es que incluso con todo lo que sucede las grandes potencias hacen caso omiso y siguen sin creer del todo en el cambio climático, quién sabe qué pasará más adelante, después de todo vivo en un mañana sin futuro.
Entrevistas
Artículo de opinión
Hay quienes dicen que las catástrofes naturales hoy en día, la mayoría, son provocados por la mano humana, y aunque no es del todo mentira, para los que creemos en las evidencias científicas dadas por investigaciones que llevan años; desastres como avalanchas, inundaciones, sequías, entre otras, se han agudizado más, por el cambio climático. Sin embargo, no cabe duda que nosotros, al creernos la especie con más “poder”, tiene una pequeña participación en ello por creer que puede controlar todo a su alrededor.
Las catástrofes naturales se han vuelto tan frecuentes que pueden llegar a tener efectos económicos y sociales secundarios, de todo un país; y es que son varias las consecuencias económicas que se presentan cuando ocurre uno de estos infortunados eventos. Los países que son protagonistas de estos acontecimientos, a nivel económico, se ven muy afectados, porque corren un gran riesgo de caer en una cesación de pagos de sus deudas, esto quiere decir que tienen menos credibilidad en los mercados de capital.
Otras consecuencias que son evidentes y que podemos notar a kilómetros, son el descenso de la productividad de las cosechas, subida de precios de los alimentos básicos, reducción de la capacidad de trabajo, entre otras; a decir vedad, esas son algunas de las consecuencias más notables económicamente que se dan por dichos eventos.
Si ponemos toda esta información en cifras, los números de catástrofes naturales a nivel mundial entre los años 2007-2020 no es que varíen mucho, según lo muestra la siguiente gráfica:
Y como es de esperarse, estas cifras tienen como trasfondo una crisis económica global muy seria, como lo muestra la siguiente gráfica:
Todo lo anterior, se encuentra ligado a un factor común que es el “Cambio Climático”, y es muy importante enfrentar este problema para que no se recurran a “situaciones de alivio” extremas. Esto quiere decir que se debe empezar a reducir las emisiones de carbono, para lo cual no hay nada más efectivo que ponerle impuestos a los combustibles fósiles, como se hizo en Colombia en el 2016.
Según un estudio realizado por el Departamento Nacional de Planeación de Colombia, entre 2011 y 2100, la economía de Colombia podría sufrir pérdidas anuales de 0,49% del producto interno bruto (PIB) a causa del cambio climático, lo que significa que cada año el PIB sería 0,49% menor que en un escenario macroeconómico sin este fenómeno.
Y en cuanto a las consecuencias sociales, se pueden presentar varias, como la superpoblación, dado que dichos fenómenos castigan con dureza a los países que ya de por sí, son más vulnerables, obligando a poblaciones enteras a desplazarse de su lugar de origen en busca de asentamientos más seguros; aumento de la pobreza, propagación de diversas enfermedades, conflictos, etc.
Evidentemente se requiere la participación del conjunto de la sociedad en la lucha contra el cambio climático. Sólo a través de esa participación se puede conseguir la cohesión social necesaria para resolver los complicados problemas a los que nos enfrentamos, y que puede llegar a extinguir nuestra raza en menos de lo que esperamos.