DENTRO Y FUERA DE LAS CALLES

Por: Juan Sebastian Hernandez Herrán @juanse_hh

El acoso ya es un tema de mayor relevancia en la actualidad, siendo algo de interés prioritario para muchas entidades y grupos sociales, creando campañas donde se evitan y se denuncian estos tipos de actos, pero aun así y a pesar de esto, son actos que nos dejan de ocurrir y no vemos que realmente haya una disminución de los mismos.

 

Para muchas mujeres las calles son el principal lugar de inseguridad donde lastimosamente tienen que vivir este tipo de actos, buscando seguridad en lugares más privados como el trabajo, la universidad o hasta el mismo hogar, pero a pesar de tener algunos de estos lugares como “espacios seguros” el acoso también se ven evidenciado en ellos.

Un ejemplo claro de esto es la reciente noticia de la destitución e inhabilitación del exdirector de SENA a causa de acoso laboral, el cual perdió su puesto por ultrajar y tratar de manera irrespetuosa a una funcionaria del lugar, como se menciona en el artículo de Infobae “Por acoso laboral, destituido e inhabilitado ex director del SENA”.

 

Esta noticia nos pone a pensar, que si el exdirector de un programa que acoge a muchos estudiantes y da vacantes a muchos trabajos, es acusado y sancionado por acoso, es porque la situación es grave, pues quita esa posibilidad o espacio seguro que tienen muchas mujeres y hombres ante la creciente situación del acoso.

 

Ahora, teniendo en cuenta que uno puede ser víctima desde cualquier espacio, también es importante ver y analizar qué repercusiones negativas hay detrás de este acto, porque más allá de hacer sentir incómoda e insegura a la persona acosada, en un ámbito laboral y/o estudiantil también se generan acciones como amenazas o problemas económicos.

 

Danna Pinzón estudiante de Periodismo de la Universidad Central en una entrevista hablar acerca de esto relatando lo siguiente: “La persona al yo no corresponderle optó por decir que ya no queira mi trabajo, que lo estaba haciendo mal, que supuestamente estaba haciendo las cosas mediocre, yo le pedí explicaciones y nunca dijo nada”

 

La entrevistada comenta que posterior a estos actos de inconformismo, decidió tomar cartas en el asunto y enfrentó a su victimario, acercándose a él y comentándole que ella hacía bien su trabajo pero que él estaba inconforme porque ella no le había dado algo que él esperaba, acto seguido Danna renuncia.

 

Lastimosamente ella pierde su trabajo, por culpa de un tercero que sin importar sus capacidades, le era más importante el interés sexual, y así como a Danna muchas mujeres y hombres pierden sus trabajos a causa del acoso, independientemente de si se es un buen o mal trabajador.

 

Es así que tanto dentro como fuera de las calles el acoso ocurre, y lo peor de esto es que en lugares que pensamos como “seguros”dejan de serlo, llegando a traernos problemas no solo emocionales, también sociales y hasta económicos, haciendo que las víctimas ya no quieran estar en dichos espacios, pierdan su trabajo y lleguen los problemas económicos.

 

Una buena manera de controlar esto es la denuncia, como Danna, lo mejor es enfrentar a los acosadores, y de esta manera hacerles entender que lo que hacen está mal, y dejar en público estas acciones, para que otras personas sepan del victimario, y este mismo sienta culpa y posiblemente cambie sus actos.

 

Pero sin duda alguna el pilar del fin del acoso debe ser la educación, enseñando la igualdad y el respeto por todo tipo de personas sin importar su género, color o etnia, pues cuando estas dos se cumplen, la inseguridad y el miedo deja de ser un común en nuestra sociedad.

 

Mas información en la siguiente infografía: Las caras del acoso

 

 

 

 

 

 

 

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