Por Juan Martín Murillo Herrera
Empieza un nuevo año, y con ello vienen a la cabeza muchas cosas, sobre todo en este extraño contexto en el que el mundo se encuentra. Pensar que un virus nos cambiaría tanto la vida es algo que, pese a que llevamos poco más de un año con esta situación, se sigue sintiendo extraño.
A la cabeza vienen pensamientos como la esperanza de que en un nuevo año vendrán mejores cosas y que por fin saldremos de esta situación sanitaria que nos tiene metidos en casa desde hace un tiempo impensado.
Pero, conociendo la situación de seguridad en Colombia, más allá de lo cotidiano en las ciudades, el fenómeno de las masacres sigue siendo una constante que parece que no tiene fin y que, con el paso del tiempo, va ganando más fuerza, por su frecuencia y por la cantidad de vidas que se han llevado.
Esta historia se reedita sola, pasan los días, se siguen contando muertos. A la fecha, se cuentan 35 masacres con un total de 132 víctimas mortales, esto en un periodo de 5 meses. Ante este panorama, y sabiendo lo que queda de 2021, todo queda a la imaginación.
Y es que no se puede alcanzar a dimensionar un problema si no se tiene empatía con las víctimas, de ponerse en sus zapatos y de pensar que el fin de la vida, pese a que lo veamos cerca o lejos, no nos preocupamos hasta que llega de frente, sobre todo en el momento menos esperado.
Y es que esta historia de horror empezó desde la firma de los Acuerdos de paz en 2016, que de paz no dejó nada, pues sigue habiendo sigue habiendo miseria y muerte. Ante la retirada de las FARC como mayor antagonista durante las últimas cinco décadas de esta historia, han aparecido nuevos personajes y han tomado más fuerza en este cuento.
Empezaron a aparecer con mas fuerza sectas malvadas, las cuales, de forma malvada empezaron a tomarse esa Colombia Profunda que solo se menciona, pero nunca se observa, nunca se mira.
Estos grupos del mal, ante este panorama, no solo empiezan a imponer unas practicas que la población en general mira como dañinas, como la imposición de un estilo de vida en torno al narcotráfico. Pero también empezaron a sembrar las semillas de un orden del terror en pro de los intereses de los malos.
Situaciones particulares tales como perseguir a aquellos que con poco mas que su voz quieren que la situación desfavorable de las poblaciones se vaya para nunca mas volver y terminar el cuento con las personas viviendo felices por siempre.
Situaciones particulares como los constante intercambios de plomo entre bandos que disputan territorios, teniendo personas inocentes, expuestas, frágiles y vulnerables, en medio del fuego y sin ayuda alguna.
Y situaciones particulares como el daño a la productividad y al estilo de vida de los que buscan cualquier forma de salir adelante sin pasar su voluntad por encima de los demás y sembrar un nuevo sendero hacia la anhelada paz.
Esta historia de las masacres, la cual viene con una edición distinta cada año, y que se empezó a escribir desde el 10 de enero, lleva hasta la fecha 35 capítulos, y ante la falta de un superhéroe lo suficientemente poderoso y determinado para cambiar esta horrorosa narración, seguirá lejana de un final feliz y moraleja
Fuentes:
- Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz. (28 de marzo de 2021). Informe de masacres en Colombia durante el 2020-2021. Obtenido de Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz: http:depaz.org.co/informe-de-masacres-en-colombia-durante-el-2//www.in020-2021/
- I (22 de febrero de 2021). Masacres en Colombia, radiografía de una problemática que tuvo su mayor pico en 2020 y que este año ya deja 56 víctimas mortales. Obtenido de Infobae: Masacres en Colombia, radiografía de una problemática que tuvo su mayor pico en 2020 y que este año ya deja 56 víctimas mortales
También te puede interesar: