Por: Stefany Pardo
Desde que se estableció en estado de alarma sanitaria en el país, debido al Coronavirus (COVID – 19) la vida ha dado un giro radical para todos.
Especialmente para los que pertenecen al sector de salud atravesando diferentes cambios tal vez permanentes. Para nadie es un secreto que la profesión enfermera está presente ya que la contribución ha sido vital para combatir el Coronavirus.
Ella es Martha Deysy Abril Peña, una señora de 49 años, vive con sus dos hijos de 24 y 19 años, y con su madre de 75 años, ha sido la protagonista de esta lucha destacando su papel esencial en esta crisis sanitaria.
Es una mujer morena, alta, ojos cafés brillantes, un cabello resplandeciente que le llega hasta debajo de la cintura de color rojo, pero se lo tiene que recoger para ponerse el gorro de quirófano, viste de blanco, a pesar de que haya días grises siempre va con una sonrisa en alto y con actitud positiva.
Trabaja en el Hospital Cancereológico y desde que comenzó esta lucha en marzo de 2020 ella ha estado firme, pero con temor de llegar a contagiar a sus seres queridos en casa.
31 de diciembre de 2020 se acaba el año, a pesar de toda esta crisis estaba con su familia, conviviendo con alegría, era un día muy normal como algún otro, un día soleado, llegaba año nuevo, vida nueva; tenía que trabajar esa noche, se levantó, preparó el desayuno para su familia.
Llegando la tarde se bañó y se alistó para salir a las 6:00 PM de su casa directo a cumplir su labor como enfermera deseando un feliz año nuevo.
Llega el 01 de enero de 2021 completamente inesperado que este también fuera un año de pandemia de Coronavirus, pero ella sigue en pies en primera línea, pero no contaba con qué sería víctima del Covid – 19.
Llega a su casa, se desinfecta y se dirige a su cuarto a dormir después de una larga noche de trabajo, pero tristemente se comienza a sentir mal. Dolor de cabeza, debilidad, tos y sensación de una gripa fuerte.
Se preocupa, trata de tomar distancia de su familia, pero es demasiado tarde, su madre también se comienza a sentir mal. Inmediatamente, se realizan la prueba, sale positiva para Covid – 19…
¡Qué noticia más devastadora!.
Martha Abril siempre demuestra su profesionalidad y entrega absoluta, aportando su conocimiento, experiencia y competencia, pero esta vez, ella fue la elegida para combatir con la muerte.
Se le dificulta respirar, se siente muy enferma, pero se preocupa también por su madre es una señora de más edad y sabe qué ataca más fuerte. Sus hijos parecen ser asintomáticos ya que no tuvieron ningún síntoma. “¡Gracias a Dios!” Expresa la enfermera en medio de esta dura situación.
Inmediatamente, quedó incapacitada, tomando cuarentena estricta, no sabe donde se contagio pudo haber sido en el trabajo, durante el desplazamiento hacia el trabajo o incluso realizando el mercado.
El coronavirus no es un juego, es la vida real que cada día les pasa a diferentes familias esta vez le tocó a ella, pero el día de mañana puede ser cualquier persona de nuestra familia o hasta nosotros mismos.
Durante los 10 días de cuarentena, se sentían constipadas, muy enfermas, débiles. El único síntoma que no sintió que es el más común para esta enfermedad es la fiebre.
Dice Martha Abril enfermera del cancerológico “Gracias a mi señor a nosotras no nos tocó fuerte, no nos tuvimos que trasladar a una UCI como otros pacientes que también tienen familia y el caso se les complica o como otras familias que han perdido seres queridos en esta lucha”.
Se mejoró, combatió y salió invicta, pero bien sabemos que si se vuelve a contagiar le dará mucho más duro.
Solo queda tener los cuidados de protocolos y desinfección porque igual tiene que salir a seguir cumpliendo su labor ayudando a los pacientes del hospital Cancerologico.
Ahora se encuentra entre la espada y la pared porque las enfermeras no tienen la decisión de si ponerse la vacuna o no; sabiendo que existen pros y contras sobre la vacuna en otros países, si no a ellas les toca si o si colocarla.
Así como ella hay personas en el sector de salud que se están colando para obtener la vacuna otras se la aplican con miedo de que puede llegar a pasar.
Después de la vacuna no acabará esta lucha, pero ya será un paso más a la reactivación de la vida que llevábamos antes de los tapabocas.
Detrás de cada enfermera, cada médico, cada personal de salud, existe una vida, una familia, la cual también lucha contra ellos para evadir la muerte.
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