A Flor María Hernández Suárez la asesinó su pareja en el vecino municipio de Soacha, luego de sostener una discusión. El agresor intentó quitarse la vida, sobrevivió, y fue capturado.
Por Sebastián Diaz
Eran las nueve de la mañana del 30 de agosto de este año en el sector de San Mateo (Soacha), en el conjunto residencial Cerezos, ubicado en la Carrera 1 con Calle 36. Cuando la puerta del apartamento 302 se abrió, los oficiales que llegaron a atender un requerimiento quedaron pasmados. Dentro de la vivienda había manchas de sangre y se encontraba una pareja tendida en el suelo.
A pocos metros de ambos se encontraba un cuchillo con manchas de sangre, el arma que minutos antes había usado Jorge Enrique Pinzón Velandia para asesinar a su esposa, Flor María Hernández Suárez, y posteriormente intentar ponerle fin a su propia vida.
Aunque no se sabe con claridad qué ocurrió, los residentes del mismo edificio aseguran que dentro del apartamento se escuchó una fuerte discusión entre Flor María y su esposo Jorge Enrique.
La discusión se habría dado porque, presuntamente, Flor se habría cansado de la actitud de su pareja, por lo que le había pedido que buscara ayuda profesional, a lo que el hombre de 52 años se negó.
En ese momento, al parecer, el sujeto ejercería el derecho consagrado en el Código Penal Artículo 57. “Ira o intenso dolor”. Según la penalista Helen Hernández para que haya una ira o intenso dolor, ese estado debe ser la consecuencia “de un comportamiento ajeno, grave e injusto”, pues este acto que cometió Flor al decirle que busque ayuda profesional fue injusto para él, pues habría tomado un cuchillo de la cocina y con total frialdad le arrebató la vida a la mujer que decía amar, propinándole múltiples heridas en el rostro y el abdomen.
Los gritos de la mujer de 49 años pidiendo ayuda alertaron a los vecinos, quienes llamaron a las autoridades para reportarles lo que estaba ocurriendo al interior del apartamento.
En el momento en que las autoridades ingresaron al apartamento, Flor ya se encontraba sin signos vitales, mientras que Jorge Eduardo, a pesar de tener una herida en el cuello, estaba consciente.
De inmediato, procedieron a ingresar la vivienda, mientras que el sujeto fue trasladado al Hospital Cardiovascular de Soacha, donde fue estabilizado y a la espera de recuperarse para así responder ante la justicia por sus actos.
En conclusión, el artículo 57, que establece la atenuante de “Ira o Intenso dolor”, ofrece una perspectiva interesante en el sistema legal. Esta disposición permite considerar las circunstancias emocionales y psicológicas que pueden llevar a una persona a cometer una conducta punible, como el homicidio. Si bien la ley no justifica ni perdona el acto en sí, reconoce que las emociones humanas, como la ira y el intenso dolor, pueden desencadenar comportamientos extremos.
La aplicación de esta atenuante se basa en la premisa de que el autor, a pesar de ser considerado culpable por su acción, merece una pena reducida debido a las circunstancias excepcionales que llevaron a la comisión del delito. Esto refleja la intención de la ley de equilibrar la justicia con la comprensión de la complejidad de la naturaleza humana.
En última instancia, el artículo 57 busca no solo castigar, sino también comprender y mitigar las consecuencias de actos delictivos impulsados por emociones extremas. Este enfoque refleja la evolución del sistema legal hacia una mayor consideración de la psicología y la empatía en la búsqueda de la justicia.
Epilogo
Según el Observatorio Colombiano de Feminicidios, en lo corrido del 2023 en Cundinamarca se reportan ocho feminicidios, cuatro de ellos perpetrados por arma blanca. En Soacha, se reportaron dos feminicidios en los primeros seis meses del año. En 2022, Soacha reportó seis feminicidios, siendo el municipio con mayor número de casos, y de hecho, siendo el único con más de un caso.
En Bogotá se reportan, en 2023, 16 feminicidios. Todos los casos han sido esclarecidos: “Tenemos un avance de esclarecimiento del 100 % de los feminicidios en la ciudad de Bogotá y del homicidio del 42,91 %”, señaló la seccional de Fiscalía Bogotá.
Artículo producto de ejercicios académicos. No es oficial de la Universidad y las afirmaciones u opiniones emitidas a través de ellos no representan necesariamente a la Institución.
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