La Copa América Femenina 2022 por fin arrancó en la ciudad de Cali, y la selección Colombia empezó con pie derecho al vencer 4-2 a Paraguay, quedando segunda del Grupo A con tres puntos.
La novena edición de la Copa América Femenina 2022 inició el pasado 8 de julio y hasta el 30 del mismo mes, el Pascual Guerrero de Cali, el Centenario de Armenia y el Alfonso López de Bucaramanga serán los escenarios donde se disputará el certamen de selecciones más importante del continente. Un torneo que entregará tres cupos al Mundial de Australia – Nueva Zelanda en 2023, tres cupos para los Juegos Panamericanos de Santiago en 2023 y dos cupos para los Juegos Olímpicos de París en 2024.
La Selección Colombia conforma el Grupo A junto a Chile, Paraguay, Ecuador y Bolivia, mientras que en el Grupo B se compone por Brasil, Argentina, Perú, Uruguay y Venezuela. Las 10 selecciones sudamericanas disputarán la fase de grupos en el Valle del Cauca y Quindío, y las finales tendrán lugar en Santander.
Las dirigidas por Nelson Abadía enfrentaron a la selección Paraguaya, donde las locales junto al apoyo del público se adelantaron en el marcador con gol de la capitana Daniela Montoya al minuto 22, pero a los cinco minutos la albirroja empató con un tiro libre de Jessica Martínez, aún así las cafeteras reaccionaron con un gol de Mayra Ramírez para cerrar el primer tiempo.
En la segunda mitad, la Selección Colombia mostró un gran juego y se vio superior, generando las ocasiones necesarias para ampliar el resultado, sobre el minuto 59 Daniela Montoya anotó el tercer tanto, y minutos más tarde la defensora Manuela Vanegas liquidó el partido con el cuarto gol cafetero, sobre el final, Fany Gauto convirtió el descuento para el conjunto paraguayo que no fue suficiente para quitarle la victoria a las locales.
En la siguiente fecha que se disputará el día de hoy 11 de julio, la selección Colombia enfrentará a Bolivia a las 7:00 p.m en el Estadio Pascual Guerrero de Cali. Donde las cafeteras buscarán consolidarse y lograr un cupo al Mundial de Australia – Nueva Zelanda.
Los partidos de la Copa América Femenina 2022, los podrán sintonizar por DirecTV, sin embargo, la señal de los partidos de la Selección Colombia se podrán ver por los canales regionales o la señal premium de Win Sports.
Magazín Rh conexión taller de diseño, el magazín que visualiza los trabajos representativos de los estudiantes de la Universidad Central de Bogotá, Colombia, Carrera de Publicidad, en este su magazín número 07, encontrarán ustedes una compilación de los trabajos de los estudiantes desarrollados en el transcurso del segundo semestre del año de 2012 y del evento que a final de cada semestre destaca los mejores trabajos de la comunidad universitaria de la Carrera de Publicidad, recopilados en el evento de la Toma 12 cuya temática giró alrededor del Remake y Publicidad Alternativa, es decir una reedición de una obra cuya reproducción visual debe ser lo más auténtica de una anterior.
Espere muy pronto el Magazín número 08 con una edición central referente a la toma 13, Cine y Publicidad.
Información: A todos los estudiantes que han participado con sus respectivas propuestas, recordarles que son de uso exclusivamente académico, pedagógico y formativo y en ningún momento su fin es comercial y no representa la opinión o el consentimiento de la Universidad Central. A todos ellos van mis agradecimientos.
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“Por un proceso de deconstrucción pasa Ita María para poder llegar a su posición de empatía.”
Escrito por: Leonardo Sierra Hernandez
Este gobierno, que por fortuna ya llega a su fin, estuvo sin duda alguna marcado por sucesos compulsivos de rabia, ira y un descontento generalizado por su mala gestión. Múltiples manifestaciones sociales se presentaron desde el inicio, como se suponía, por las posturas anti derechos, arbitrarias y violentas del gobierno que hoy es catalogado como el peor gobierno de la historia reciente de Colombia, que está llena de peores gobiernos.
Por aquella época reciente, pero que parece ya lejana por lo largo que se ha hecho este remedo de gobierno, se empezaron a tomar las calles como escenario político, una cantidad numerosa de personas, organizadas en grupos y movimientos sociales, que encontraron la protesta social como un mecanismo democrático para manifestar su inconformismo con las actitudes dictatoriales y autoritarias de este gobierno.
El 2018 y el 2019 estuvieron marcados en América Latina, pero sobre todo en Colombia, como los años del estallido social más grande en los últimos tiempos. Miles de personas, organizadas en su mayoría por grupos estudiantiles, colegiales y universitarios, y también por grupos de diversos feminismos, sindicalistas, trabajadores y gremios económicos, salieron en masa a las calles de Bogotá, Cali, Bucaramanga, Medellín y las principales ciudades y pueblos de Colombia, a ejercer su derecho a la protesta social, mientras expresaban sus inconformidades y pedían se cumplieran sus peticiones y sus derechos fundamentales. Estas quejas y reclamos, en un principio fueron atendidos con un silencio por parte del gobierno de Iván Duque que ignoró el ruido de las miles de voces que le pedían a gritos que aterrizara, que pusiera los pies en la tierra y dejara de fingir que estaba aún en etapa de aprendizaje. Después este silencio fue apaciguado con un dialogo que se decía ser nacional, pero que solo fue presenciado por algunos sindicalistas y politiqueros que juraban ser representantes del Paro Nacional, pero con los cuales las personas en las calles no se sentían representadas. Posteriormente hubo unos acuerdos que jamás tuvieron algún valor, pues fueron pactados por personas que no representaban las voces de la ciudadanía enardecida. En vista de que no hubo solución dialogada, la gente siguió en las calles, pues el desespero por tanta injusticia, desigualdad, hambre, la pobreza que crecía cada día y una violencia desmedida que se había apaciguado en cierto grado con los acuerdos de paz firmados en 2016, pero que de nuevo empezaba a crecer por el incumplimiento de los acuerdos de paz por parte de este gobierno, iba en ascenso.
Para finales de 2019, la situación en Colombia ya se empezaba a tornar pesada. El descontento general era inmenso, no se hablaba más en los pasillos de las ciudades y pueblos y en las redes sociales de lo ineficaz y pésimo que era este gobierno. La popularidad del presidente Iván Duque iba en pique, la gente ya no creía en su gestión, ni en sus palabras, y tampoco el congreso, en su mayoría oficialista, era aprobado por la ciudadanía misma que los eligió.
Al ver que las protestas en las calles no cesaban, sino que por el contrario, cada día eran más personas y grupos los que se unían a la voz de reclamo e inconformismo, el gobierno decidió irse por el lado facilista. Empezó a utilizar la fuerza pública para reprimir la protesta social legítima. Cotidianas se volvieron por aquellas épocas las escenas violentas, las redes sociales se inundaron de videos donde se veía a la fuerza pública irrumpir protestas y disparar a manifestantes, en su mayoría jóvenes.
Era, por lo menos para mí, impresionante ver en los videos a jóvenes uniformados y armados con jóvenes civiles, a lo mejor universitarios, enfrentados en batallas campales, los unos armados con armas de fuego y de largo alcance y los otros con palos o piedras. Claro, no se puede comparar un palo con un arma de largo alcance, pero la lectura que hacía por aquellos tiempos, y que hoy sigo teniendo, era la de un enfrentamiento entre jóvenes armados y jóvenes desarmados. Los primeros sin ingreso a la universidad ni a la educación técnica, tecnológica, sirviendo a un gobierno opresor que no les dio más opción, y los otros quizás universitarios, que entraron con enormes esfuerzos y sacrificios a una universidad. Después estuve pensando, y llegué a la conclusión de que muchos de esos jóvenes que se enfrentaban a la fuerza pública, muy probablemente no eran jóvenes universitarios, sino jóvenes enfurecidos precisamente por no poder tener el privilegio de entrar a una universidad; a una privada por los costos elevados de las matriculas, o a una publica por la alta demanda y baja oferta que ofrecen.
Leía y aun leo constantemente en las redes sociales a personas que tratan de vándalos a estos muchachos. “ah, es que son vándalos, ladrones, delincuentes, gamines”, etc. ¡pues claro que son vándalos, ladrones, delincuentes y gamines! ¿Qué otra cosa pueden ser? ¿Qué otra cosa esperan que sean? ¿Doctores, ingenieros, profesores y abogados, cuando el Estado les ha cerrado en sus narices la puerta de las oportunidades? La pregunta que aquí se debe hacer es ¿Por qué estos muchachos son vándalos, ladrones, delincuentes y gamines? ¿No será porque el Estado que está en la obligación constitucional de brindarles educación salud y seguridad lo único que les brinda es hambre, desigualdad y plomo?
De esta ola de protestas y movimientos sociales en las calles, nace una frase que parece ya trillada de tanto que se usa, pero que hoy tiene más vigencia que nunca. “Que el privilegio no te nuble la empatía” se empieza a leer y a escuchar en pancartas, camisetas, voces que cantan y gritan en las calles y en redes sociales por aquellos tiempos. Y es de allí de donde nace un libro que acabo de leer por estos días, aunque haya sido publicado en 2020. Y es que estuve aplazando la compra y la lectura de esta manifiesto de Ita María, hasta que por fin en la pasada Feria del Libro de Bogotá me decidí a comprarlo.
Por un proceso de deconstrucción pasa Ita María para poder llegar a su posición de empatía. Ella, según lo cuenta en su libro, es una mujer blanca, clase media, caleña, reconocida en el mundo de la moda y rodeada de privilegios, como muy seguramente muchos colombianos. Pero es esta serie de circunstancias sociales y políticas que ocurren en las dos últimas décadas, la que la hace comprender primero que está rodeada de privilegios, y segundo, que estos no le impiden ahora ver que muchos no los tienen. En una narración exquisita, Ita María narra cómo estando en su privilegio de mujer blanca y de clase media, se encentra con su militancia feminista e izquierdista. Narra su proceso de deconstrucción, del paso de privilegios y posturas imparciales a la preocupación por el otro, el reconocimiento de la otredad. El darse cuenta que afuera hay una sociedad que no tiene acceso a sus privilegios, y ni siquiera a los derechos fundamentales que ordena la constitución.
En un testimonio personal, Ita María nos invita a abrir los ojos a una realidad que aunque pueda que esté lejana para nosotros, ahí está, presente. Nos muestra la empatía como acto social, para la construcción de lo colectivo. En un recuento por los sucesos de los últimos años de este gobierno, Ita María nos muestra cómo pudo abrir los ojos para encontrarse con la realidad nacional, que le da paso a su militancia en el movimiento feminista y los caminos de las izquierdas por años satanizadas y perseguidas en este país.
Este libro, al igual que este artículo, es una invitación a la sociedad colombiana. Esto es una invitación a los privilegiados, que somos gran parte de la sociedad, para comprender que hay muchos afuera que no tienen los mismos privilegios que nosotros.
Porque sí, hay que reconocer, que aunque endeudados, o con subsidios, o con esfuerzos, o con la ayuda de nuestros padres y familiares, quienes tenemos la oportunidad de estudiar en una universidad privada o pública, somos privilegiados, porque afuera hay muchos que aún no pueden acceder a la educación superior.
Hay que reconocer que quienes vivimos en las grandes ciudades, a pesar de que la violencia estatal en los últimos años ha llegado hasta acá, aun somos privilegiados, pues esta violencia no es siquiera comparable con la que viven diariamente las zonas abandonas por el Estado.
Hay que reconocer que muchos contamos con un trabajo estable que nos permite pagar nuestras deudas de estudio, vivienda y alimentación, pero en el territorio nacional hay quienes no pueden llevar un plato de comida a sus casas, o se tienen que conformar con una comida al día.
Que esto no parezca a regaño de mamá, pero es la realidad, a veces lejana, pero existente. No se puede ignorar.
El primer cuento que leí de José Zuleta Ortiz no lo leí: lo leyó él y, por lo tanto, yo lo oí. No me dejó opciones y acabo de leer “Ladrón de olvidos”, un libro que él me obsequió ahora que estuve en Cali, con una dedicatoria absolutamente cómplice que dice: “Para Javier mi viejo amigo que conozco hoy”. Debe ser porque él fue amigo de mi hermano Fernando y yo, de su madre, María del Rosario Ortiz, con quien compartimos espacios en la Universidad Central. Con la dedicatoria de apenas dos renglones empezó entonces, de su puño y letra, la lectura de este volumen de 22 cuentos.
Portada de “Ladrón de olvidos y otros relatos”
No sé dónde carajos había estado José Zuleta Ortiz todos estos años, a quien ni siquiera había escuchado botando corriente con una cerveza artesanal en la mano, como hicimos en la librería Oromo, en el barrio Capri, al sur de Cali.
Con destreza clara describe los poemas, los cuentos, las novelas, como cuando dice “El niño no entiende, esconde su rostro entre las ropas de su padre, mientras la lucha se aleja volando por el cielo”, “No ha comprado un libro en su vida, pero le gusta mirarlos”, o “Solo soy libre cuando estoy encerrada”. Utiliza adjetivos precisos, como “Sentí otra vez el aliento eslavo de perrita pequeña”, “su belleza oscilante”, “me miró un instante con ojos limpios y luminosos, como los de un niño después de llorar” o “apareció la casa: alta, pintada de terracota y blanco, bordeada de jardines, agobiada por los años, aunque firme y mirando al mar”, sacados tal vez de temerarios escaques, o del mismo sitio de donde saca las historias de la más sencilla cotidianidad. ¿De Cali? Cali da para todo, y resume a esa ciudad al decir que “en Cali uno vive porque es fácil, porque ella es, a pesar de ella, cálida y fresca, negra y blanca, de todos y de nadie”.
Él llegó a Cali en 1969, procedente de Bogotá, el mismo año en el que yo dejé Cali para viajar a Bogotá. A ambos nos descrestó el nuevo destino, y ambos copiamos historias de la realidad.
Así como uno conoce Estambul de la mano de Orhan Pamuk, Cali puede ser conocida bajo la guía de José Zuleta Ortiz, autor, entre otros, de “El ladrón de olvidos”, “Todos somos amigos de lo ajeno” (no en balde van junticos), “Lo que no fue dicho”, “Esperando tus ojos”, “La mirada del huésped”, además de poemarios, como “Las alas del súbdito”, “Descanse en paz la guerra”, “Música para desplazados”… Una primera pista del origen de las historias del escritor rolo-caleño es el Café de los turcos, en el barrio Centenario, donde se daban cita William Durán, Sandro Romero, Alfredo Reyes, Fernando Correa y José Zuleta, a charlar de lo lindo, amparados en el nombre que le dieron a la mesa de los encuentros: Narisópolis. Sería redundante explicar el porqué del nombre.
Otra pista pueden ser las 21 cárceles en la que ha estado, coordinando talleres de literatura que han derivado en diez antológicas “Fugas de tinta”. Él sabrá, nosotros lo leemos maravillados.
El caso es que son historias que no piden permiso y desde el primer párrafo obligan, para qué decir “atrapan”, si es un lugar común y los cuentos de Zuleta Ortiz de común no tienen nada.
Sería redundante también recomendar las letras de José Zuleta Ortiz, así se trate de lecturas nunca tardías, como la de “Ladrón de olvidos”, volumen publicado en 2014 y que llegó a mis manos en Cali, la semana pasada, una cálida y lluviosa noche en la librería Oromo, palabra que nos remite a Etiopía, pero eso es hilar muy delgado para hablar de aromáticos granos de café.
Para poder entender un poco los comienzos de Retina Bisonora, es necesario comprender que este surgió a partir de un proyecto realizado por estudiantes de la universidad central, llamado Retina Bifocal, el cual fue pensado para realizarse de manera transmedial, en donde a partir de distintas redes sociales, plataformas y formatos se comunican acontecimientos actuales de Colombia. En este punto, a los integrantes de Retina Bifocal se les presentó la oportunidad de expandir el proyecto a otros formatos, en este caso a la radio y sin duda, se tomó. Progresivamente, asumiendo el nuevo rol se fue consolidando lo que hoy se conoce como Retina Bisonora, un programa que se caracteriza por su diversidad de temas y posturas en torno a la política, la música, los medios, la gente, la cultura y el arte; llegando cada vez más al corazón de los oyentes al hacerlos partícipes del desarrollo del programa a través de redes sociales.
Paris Sato Ram
En ese sentido y con la finalidad de fortalecer el espacio en Sintopía, surge Paris Sato Ram, identidad de Retina Bisonora con la que se pretende mostrar a la audiencia la esencia del programa, destacando aspectos como la diversidad de pensamiento y objetividad ante temas políticos. Así mismo, se abre la posibilidad a que no todo tiene que ser blanco o negro, pues se puede ir mas allá de la superficie. De manera más general, París es aquella que permite salir a cada integrante del equipo de su zona de confort, dejando a un lado la costumbre de opinar desde la subjetividad y permitiendo salir de aquellos estereotipos que caracterizan a cada uno de los integrantes. Por otro lado, se pensó en darle ciertas particularidades del ser humano que en algún punto son difíciles de aceptar pero siguen siendo parte de las personas, como lo puede llegar a ser el chisme, el mal genio, la envidia o simplemente llevarle la contraria a los demás; conformando a un ser auténtico con virtudes y defectos.
Integrantes de Retina Bisonora
Para finalizar, es importante que la audiencia entienda que este proyecto no es solo un programa universitario, sino que poco a poco se fue transformando en una parte esencial para la vida de los integrantes del equipo, en donde al principio se pensó que los primeros miembros de Retina, al momento de graduarse tomarían otros rumbos, pero no fue así, pues con los años Nydia, Alejandra, Yurledy, Dayana y Erick llevaron en alto el nombre del programa, y es con el refuerzo de nuevos integrantes como lo son Juan, Paula, Natalia, Katia y Laura que cobra más fuerza la voz de Retina Bisonora.
La icónica Plaza Alfonso López se vistió de gala para despedir los XIX Juegos Bolivarianos donde Colombia se coronó como campeón de las justas por tercera oportunidad consecutiva.
Se cerraron los Juegos Bolivarianos en Valledupar, en una noche donde se le hizo tributo a más de 3.200 deportistas que compitieron en 46 disciplinas deportivas tras 12 días de intensa competencia. Un evento donde los atletas nacionales dieron lo mejor y dejaron la bandera de nuestro país en los más alto.
Foto de: prensa Mindeporte
La delegación “tricolor” obtuvo un total de 354 medallas, con 171 preseas de oro, 104 de plata y 79 de bronce, superando con gran diferencia a la delegación Venezolana que terminó con un total de 208 medallas, y a Ecuador que logró 146 preseas. Colombia de está forma repite lo hecho en Trujillo 2013 y Santa Marta 2017, demostrando un crecimiento deportivo constante, y siendo este el primer paso de un camino de preparación para los Juegos Olímpicos de París 2024.
El deporte colombiano cierra de está forma un ciclo satisfactorio del deporte colombiano en el que se pueden destacar diferentes atletas nacionales. Uno de ellos fue Omar Pinzón, el nadador bogotano fue el deportista con más medallas de las justas con cinco oros y una plata, imponiéndose en los 100 y 200 metros espalda, ganó los oros en 200 metros combinados.
Foto de: EFE
Mariana Pajón, que tenía su participación en duda por una lesión de un dedo de la mano derecha, hizo parte de los juegos y logró la medalla de oro en la competencia de series. Por otro lado, la pugilista Íngrit Valencia que fue bronce en los Olímpicos del 2016, tuvo un gran comienzo en este ciclo olímpico ganando el oro en la categoría de los 48 kilos, además la caucana viene siendo una de las figuras del deporte de nuestro país teniendo así muchas opciones para conseguir una presea en los Olímpicos de París.
Uno de los deportes en los que la delegación “tricolor” se destacó fue en el ciclismo de pista, donde se ganó los 12 oros en disputa, de los que podemos destacar a la santandereana Martha Bayona, que logró 3 preseas doradas, y al vallecaucano Kevin Quintero que ganó tres metales dorados.
De está forma Colombia da un gran primer paso en la preparación para los Juegos Olímpicos de París 2024, en el que la delegación buscará superar lo hecho en las justas de Tokio 2020, donde se quedó en el puesto 66 con 5 medallas.
El pasado domingo 3 de julio se realizó la marcha del orgullo por la comunidad LGTBIQ+ de Bogotá, en la cual se conmemoran 40 años desde que se realizó la primera marcha.
Desde las 12:30 pm, comenzó la concentración en el parque Nacional, sobre la carrera séptima para después hacer el recorrido hasta la plaza de Bolívar, acompañados por el ritmo de batucadas, arengas y muestras culturales.
La importancia de el regreso de la marcha LGTBIQ+ luego de dos años de emergencia sanitaria se hizo notar con más de 40.000 asistentes en total.
El 28 de junio se celebra mundialmente el día del orgullo LGTBIQ+. Esta celebración rinde homenaje al levantamiento ocurrido en 1969, en las puertas del Stonewall Inn en la Ciudad de Nueva York, donde los policías atentaron contra personas pertenecientes a la comunidad y ese 28 de junio se alzaron a protestar cansados de ser discriminados y hoy en dia es donde millones de personas se siguen uniendo para celebrar la liberación de las identidades sexuales.
La bandera del arcoíris fue creada por el estadounidense Gilbert Baker, quien se inspiró en el primer funcionario público abiertamente gay de su país, Harvey Milk, y en la canción “Somewhere over the Rainbow” de Judy Garland.
Durante muchos años se dio por hecho en Colombia que la primera marcha conmemorativa de los disturbios de Stonewall (llamada del Orgullo o marcha LGBTIQ) se realizó el 28 de junio de 1983. Por eso este año ya se está hablando de los 40 años de la primera marcha.
Durante muchos años se dio por hecho en Colombia que la primera marcha conmemorativa de los disturbios de Stonewall (llamada del Orgullo o marcha LGBTIQ) se realizó el 28 de junio de 1983. Por eso este año ya se está hablando de los 40 años de la primera marcha.
Así lo anunciaba el periódico El Heraldo de Barranquilla en la página 10A del número del 30 de junio de 1983: “Pacíficamente con los rostros medio descubiertos, portando flores y pancartas, que asustaron a más de un peatón desfilaron ayer por el centro de la capital, homosexuales latinoamericanos que se dijeron sus verdades, le cantaron otra a las autoridades y regresaron a sus bares con la satisfacción del deber cumplido”.
La marcha hace parte de la programación del Festival por la Igualdad que se realizará hasta el 16 de julio de 2022 y que cuenta con actividades deportivas, académicas y culturales.
Como parte de la programación está la conmemoración Yo Marcho Trans, organizada por la Red Comunitaria Trans de Bogotá, que se ha convertido en una de las principales formas de reivindicación de la población trans de la ciudad y también de trabajadoras sexuales. Este año tendrá lugar el 15 de julio y usualmente inicia en el barrio Santa Fe.
Magazín Rh conexión taller de diseño, el magazín que visualiza los trabajos representativos de los estudiantes de la Universidad Central de Bogotá, Colombia, Carrera de Publicidad, en este su magazín número 06, encontrarán ustedes una compilación de los trabajos de los estudiantes desarrollados en el transcurso del primer semestre del año inmediatamente anterior, así como aquellas piezas publicitarias representativas de la Carrera de Publicidad, recopilados en el evento de la Toma 11 cuya temática giró alrededor de Equidad de Género y que estuvo a cargo del ámbito de Investigación.
Aviso legal: Las imágenes y las marcas que aquí aparecen tienen un uso exclusivamente académico, pedagógico y formativo y en ningún momento su fin es comercial y no representa la opinión o el consentimiento consentimiento expreso de la Universidad Central. Si usted desea consultar este material, acepta de manera expresa esta condición. Sus críticas y comentarios, como siempre, pueden dirigirlas al profesor Benjamín Romero Rodríguez a los correos conexioncentral@gmail.com y bromeror@ucentral.edu.co, creador y director del magazín, quien con el apoyo de un grupo de profesores de Conexión Central llevaron a cabo este documento.
La pandemia por el Covid 19, no le pudo quitar el aire a Hip Hop al Parque pese al confinamiento mundial este festival era uno de los más esperados para este año, el año de la presencialidad. El evento llega recargado con un cartel de artistas nacionales e internacionales para su edición número 25.
Escrito por: David Martínez – emartinezt1@ucentral.edu.co
Festivales Al Parque
Hip Hop al Parque es un festival internacional que se lleva a cabo anualmente en la ciudad de Bogotá, Colombia, desde 1996. El festival es gratuito y al aire libre se realiza en el Parque Metropolitano Simón Bolívar siendo uno de los más importantes de este género musical en Latinoamérica.
Hace parte de la serie de los Festivales al Parque impulsados por el Instituto Distrital de las Artes y la alcaldía de Bogotá.
Este festival ha contado con grandes exponentes de la cultura Hip Hop en sus diferentes ramas: Rap, Break Dance, Dj´s y Grafiti, y ha contado con la asistencia de importantes artistas a lo largo de sus 25 años de realización.
Cómo por ejemplo artistas internacionales de la talla de Nach Scrath, Cancerbero, Actitud Maria Martha, Vico C, Mexicano 777, Xzbit, Dj Premier, Gabylonia, Public Enemy, Born Jamericans entre muchos otros. La lista de artistas internacionales que han pisado la tarima de Rap al Parque es demasiado extensa y llena de grandes exponentes de la cultura underground.
A nivel nacional, artistas cómo La Etnnia 527, Ali Aka Mind, Laberinto Elc, Mary Hellen, Nanpa Basico, Crack Family, Los Nandez, Lianna, Samurai, El Judio, APC, Engendros Del Pantano, Flaco Flow y Melanina. son tan solo algunos de los grupos colombianos que han dejado su huella.
Para la edición número 25 del festival, se espera que se rompan los esquemas, esto debido a la pandemia y a las ganas que tenían los artistas y los seguidores de volverse a encontrar en estos espacios llenos de cultura, arte y resistencia.
A continuación el cartel de los artistas de Hip Hop al Parque 2022.
Festivales al Parque
A continuación el link de la programación del evento.
Por otro lado desde ACN (Agencia Central de Noticias) de la Universidad Central, se le realizó una entrevista a una de artistas nacionales y pioneras del Hip Hop en Colombia, que representa el rap paisa, el rap antioqueño.
Mary Hellen, mejor conocida cómo la primera dama del Hip Hop en Colombia, nos acompañó durante el programa de radio (Acn Al Oído) que se lleva a cabo todos los jueves a las 12:00 del mediodía en Sintopía Radio, emisora de la universidad.
Allí, nos habló un poco de su trayectoria musical y de la importancia de la mujer en este festival. Además, le envió una invitación a nuestros lectores y oyentes para que asistan a Hip Hop al Parque 2022 y no se pierdan su show el día sábado 2 de Julio a las 12:45 PM.
Escrito por: Diego Alejandro Huertas – dhuertaso@ucentral.edu.co
Comencemos por evocar que, una de las fechas más importantes para la cultura Colombiana es la celebración del festival de San Pedro ya que se puede apreciar lo mejor de la cultura en cuanto a baile, música, gastronomía al interior del Huila.
El festival de San Pedro o también conocido como El Festival Folclórico, Reinado Nacional del Bambuco y Muestra Internacional del Folclor, siempre llama la atención de muchas personas para experimentar días de fiesta en el que se aprecia un intercambio cultural.
Esta celebración se inició en honor a un santo de la antigua Europa Cristiana, y es a San Juan Bautista, que llegó a América gracias a los españoles.
Sacado de calendarr.com
La ocasión en Colombia referente a San Pedro y San Pablo, está acompañada de fiestas y ferias en todo el territorio Colombiano en especial en la ciudad de Neiva capital del Huila ya que acá se centran actividades junto a carrozas, comparsas, muestras culturales y folclóricas.
Cabe resaltar, que en distintos lugares del país se da este tipo de celebraciones ya que está el caso de Cundinamarca, donde se da la celebración de las fiestas Sanpedrinas, con presentaciones y actos religiosos para población en general.
En otros sectores de Colombia como se destaca Antioquia, la zona del Eje Cafetero y en la Costa Caribe, también se da el festejo a estas dos figuras cristianas.
Sacado de colombia.co
Uno de los bailes más emblemáticos de esta celebración es el Sanjuanero ya que las calles se llenan de bailarines, que durante todo el año ensayan coreografías. Por otra parte, esta festividad está acompañada de reinados que son el centro de atención.