Por: Juan David Caballero

¿Alguna vez ha visto cerca a su hogar a un vendedor ambulante? ¿O ha visto a un campesino luchando contra el gobierno por oportunidades?
Seguramente sí, ya que en Colombia esto es muy común, tanto de los dos lados.
Un campesino luchando porque le compren más a él o a un vendedor informal que busca el sustento, al sol y al agua en una ciudad como Bogotá.
Es claro que en nuestro país los trabajos informales son casi la mitad de la población de colombianos, un 47,7% según Portafolio y creciendo.
¿Entonces por qué no solidarizarnos y ayudarlos comprándoles sus productos?
Seguramente usted o cualquier otra persona les parezcan atractivas las ofertas que seducen al comprador.
Según eeas.europa.eu – “la población campesina es estimada en siete millones de personas, un número no muy diferente de hace cincuenta años y produce los alimentos para la totalidad de la población (47 millones)”.
Los almacenes de cadena les ofrecen ciertos productos con un precio bastante económico, pero de marcas no muy conocidas en nuestro país, sin embargo, ante esta oferta muchas personas la compran pensando ahorrar unos pesos.
Es bueno ahorrar y más en estas épocas tan duras que hay, con la pandemia y diversos problemas en este país, pero sin darnos cuenta al comprar estos productos no nos estamos solidarizando por nuestro territorio y al contrario de colaborar, estamos contribuyendo a que haya más conflicto.
¿Por qué si compro en un almacén de cadena un producto económico hago de cierta manera que ocurra un conflicto?

Como un buen ejemplo podemos hablar de que en Colombia somos uno de los mayores exportadores de papa en el país y de muy buena calidad.
Sin embargo, el gobierno nacional últimamente está permitiendo la importación de la misma, como países de Bélgica, donde sin duda alguna llega a un precio bastante económico, donde desfavorece a nuestros compatriotas campesinos.
Un precio que no tiene competencia, puesto que los insumos que se necesitan acá en Colombia son bastante elevados y aun peor, cuando el campesino va vender sus productos la tradición por costumbre de todo comprador en nuestro país es de regatear, donde salen ganando una miseria nuestros trabajadores incansables de la tierra.
¿Qué puede ser lo que favorece al campesino frente a los productos importados?
Acá está lo más importante para tener en cuenta, no solo para ver en nuestros bolsillos, si no, también, para nuestro paladar.
La papa producida en Colombia es de la mejor calidad que hay en el mundo. No solo dicho por comensales de nuestro país, también del exterior.
Entonces ¿Por qué no comprar calidad y apoyar a nuestros compatriotas en lugar de a personas que no comparten nuestra hermosa bandera?
Según www.sic.gov.co – “En Colombia existen aproximadamente 90.000 productores de papa y se generan aproximadamente 20 millones de jornales al año”.

Compre calidad y ayude al campesino, apoye al vendedor informal que no le cobra IVA y que inclusive por una buena compra le puede dar una ñapa, ayudar es lindo y más con personas que comparten los mismos derechos que nosotros, ¡anímate y anima a los demás!
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Buscando también la generación de apoyos de semilleros y huertas comunitarias, se regalan semillas, árboles frutales y hierbas aromáticas a la comunidad. donde también se generará un proceso para compostar y ayudar a dichas huertas. al mismo tiempo reducir la carga de basuras en el relleno sanitario de doña Juana. 


Ante un embarazo no deseado: las ricas viajan y las pobres se desangran. El gobierno y su Alto Tribunal poseen una deuda gigantesca con las mujeres colombianas al imponerles una ley que impide el libre ejercicio de la decisión en lo que respecta a su cuerpo, e incluso lo criminaliza.
“La prohibición de la libertad plena referente al aborto, induce a buscar otras alternativas que las convierten en criminales injustamente. El gobierno no ve qué aproximadamente el 32% de los abortos clandestinos traen consigo complicaciones médicas que le cuestan al sistema de salud millones de pesos por infecciones e incluso la muerte”, comenta.
Guiados por cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en los países proelección que apoyan a las mujeres, la probabilidad de muerte como consecuencia de un aborto es de 1 por cada 100.000 procedimientos. Muy diferente a lo que sucede en Colombia. 










Una ola de indignación se generó en Colombia por un nuevo caso.
Otro error evidenciado en la aplicación de la vacuna a la señora Rosalba García de González con la edad de 90 años donde le aplicaron dos veces la primera dosis en menos de un minuto por la misma enfermera en el hospital Canaima, en Neiva, Huila
En Colombia están prendidas las alarmas debido a los hechos de corrupción relacionados con la vacunación que han ocurrido en América Latina, por los que han renunciado los ministros de Salud de Argentina, Ecuador, Perú y Paraguay.