Por Javier Correa Correa
“Yo siempre estoy con el bando de los que ponen los muertos, no de los que matan”: Marta Traba.

En la anterior entrega de Quijotadas, utilicé el mismo acápite, con la cita de la crítica de arte Marta Traba, a propósito de la novela Los nombres de Feliza, de Juan Gabriel Vásquez, basada en la vida de la escultora colombiana Feliza Bursztyn, quien murió de tristeza.
No de tristeza sino destrozados por las bombas lanzadas por Israel murieron este lunes 174 niños, que forman parte de los más de 400 asesinados esa noche en Gaza, Palestina.
Muy poco despliegue ha tenido la terrible noticia en los medios de comunicación, por lo menos los colombianos, ocupados de desinformar sobre la realidad nacional. Y otra forma de desinformar es ignorar. Como si se pudiera tapar el sol con un dedo.
Con la excusa de siempre de combatir el terrorismo, el ejército “de defensa” de Israel lanzó una ofensiva contra la población civil en Gaza, que se había reencontrado luego de año y medio del genocidio adelantado por aire y tierra desde octubre de 2023.
Más de 50 mil personas fueron asesinadas en lo que constituye el segundo holocausto, el primero de los cuales fue del nazismo contra los judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

La Organización de las Naciones Unidas –ONU– reubicó a los sobrevivientes en Palestina, un país milenario que generosa y humanitariamente había recibido a miles de desplazados durante el más grande conflicto bélico de la historia. La reubicación implicó dividir el territorio palestino, pero basados en un libro religioso, los sionistas empezaron una ofensiva para ocupar todo, con un nuevo desplazamiento y genocidio, ahora contra los palestinos.
Colonos provenientes de todo el mundo han ocupado las tierras y las casas y los cultivos de los palestinos, y hasta firman las bombas con letreros de “con amor” antes de lanzarlas contra los civiles.
Lo de esta semana no ha sido ni será lo último, lamentablemente, pese a que el mundo entero ha condenado ese segundo holocausto.
En Colombia, por ejemplo, un periódico regional, en vez de informar sobre los más de 400 civiles asesinados, tituló “Dura arremetida contra el terrorismo: Israel dio de baja a Dib Abdallah Al-Dalis, ‘primer ministro de Hamás’”.
Sigue el artículo señalando que durante la ofensiva, las fuerzas militares de Israel “también atacaron decenas de objetivos terroristas y eliminaron a varios altos cargos de Hamás”.
Los más de 400 civiles y los 174 niños y niñas ¿será que formaban parte de Hamás?
Es obvio de qué lado están los medios de comunicación, que en realidad no son de información. Están en su derecho de decir lo que se les antoje y de defender sus intereses políticos y económicos. Pero no sean tan vulgares y mezquinos, carajo: respeten a las víctimas de la barbarie macabra, dantesca, espeluznante, infernal.
Palabras clave: Palestina, Genocidio, Segundo holocausto, Comunicación, Periodismo.