Por: Jose Escobar Romero – jescobarr3@ucentral.edu.co
Productos Ramo ha sido, por más de siete décadas, una marca entrañable para los colombianos,
que comenzó su historia en 1950 y, desde entonces, se ha mantenido presente en el día a día de
varias generaciones, especialmente por su distribución masiva, sus sabores inconfundibles y la
sensación de cercanía que ha construido con los consumidores, pues Ramo, más que productos,
ha logrado crear íconos culturales como el Chocoramo, el Gansito y el Ponqué Gala, que hacen
parte de la memoria colectiva del país.
A lo largo del tiempo, la marca ha sabido mantener su identidad sin dejar de innovar, lo cual
representa todo un reto en un mercado cada vez más competitivo, por lo que la marca ha
emprendido una estrategia de comunicación integral que combina recursos tradicionales y
digitales para reforzar su posicionamiento, a partir de una planeación que no solo busca conservar
a su base de consumidores fieles, sino también conquistar a nuevas audiencias, especialmente a
jóvenes y adultos con intereses más diversos.
En esta transformación, la empresa ha puesto énfasis en construir un relato que equilibre la
nostalgia con la renovación, y así lo pudimos conocer durante el conversatorio “De la tradición a la
a la Evolución: Comunicando con Ramo”, realizado en la Universidad Central el pasado 23 de
mayo, con la participación de Carlos Andrés Casas, Jefe de Marketing Digital y Medios; y Valentina
Méndez, Analista de Innovación, quienes compartieron con estudiantes y docentes del
componente de Comunicación Estratégica, los pormenores de las estrategias que se han
implementado para llegar cada vez a nuevas audiencias.

Docentes y Estudiantes tuvieron la oportunidad de ser parte de este conversatorio.
Durante la conversación pudimos reconocer que, mientras las estrategias de comunicación de la
marca apelan a los recuerdos de infancia de los consumidores mayores, también se conectan con
las expectativas contemporáneas de calidad, salud y sostenibilidad, gracias a un enfoque
comunicativo multidimensional que ha sido crucial para reposicionar a Ramo, no sólo como una
marca de tradición, sino también como una identidad relevante y moderna.
La nostalgia como recurso clave
Ramo ha hecho un uso estratégico de la publicidad tradicional para construir una marca con fuerte
arraigo nacional, y por eso recordamos sus comerciales en televisión y radio, en los que han
exaltado constantemente valores como la familia, el trabajo honesto, la sencillez y el esfuerzo
diario, ejes de una línea narrativa que ha permitido que los consumidores se identifiquen con la
marca como parte de su entorno y su cultura, lo que genera un vínculo emocional profundo.
La estética de sus campañas ha generado recordación desde elementos tales como la música
alegre, los escenarios cotidianos y los personajes cercanos, que hemos conocido por medio de
jingles pegajosos o comerciales costumbristas cargados de recordación y conexión emocional.
Estas piezas no solo venden productos, sino que también cuentan historias con las que el público colombiano se siente reflejado, dado que, en muchos casos, se trata de mensajes que evocan a la
afectividad más que a la lógica del consumo.

Carlos Casas, comunicador egresado de la ECEP, argumenta que las experiencias son
lo más relevante para Ramo en sus interacciones.
Además, la marca ha sabido conservar su coherencia visual y narrativa a lo largo del tiempo, lo
cual fortalece la identidad de marca, pero en los últimos años ha empezado a mezclar este
enfoque tradicional con tonos más contemporáneos, buscando renovar su estilo sin perder la
esencia que la caracteriza, logrando insertarse me manera eficiente en los escenarios digitales,
impactando a los públicos juveniles, que hoy reconocen la importancia de la marca.
Un canal de comunicación vivo
Un elemento diferenciador clave en la historia de Ramo ha sido su modelo de distribución directa
con vendedores en bicicleta, el cual fue una incursión innovadora de la marca en su momento, tal
como nos lo contó durante la charla, la analista de innovación de la marca, Valentina Méndez,
quien además refirió y que en la actualidad es un método de distribución apropiado en gran parte
del comercio local, y que más allá de ser un canal logístico, esta figura se ha convertido en un
símbolo de la marca y en una herramienta de comunicación en sí misma, pues estos distribuidores
no sólo entregan productos, sino que también encarnan los valores de cercanía, constancia y
compromiso con las comunidades, pues en muchas zonas del país, el vendedor de Ramo es una
figura familiar, que representa confianza y presencia permanente.

La innovación es entendida como una oportunidad, tal como lo manifiesta Valentina
Méndez, Analista de Innovación de Ramo.
Con el tiempo, la empresa ha incorporado mejoras logísticas y tecnológicas en su sistema de
distribución, sin abandonar el modelo tradicional, el cual ha sido ha reforzado para consolidar el
mensaje de que Ramo es una empresa que evoluciona, pero que no olvida su origen, por lo que los
triciclos continúan siendo parte del ADN de la marca, al ser vehículos simbólicos de la tradición
que llega hasta la puerta del consumidor.
Estrategias digitales entre el humor, la nostalgia y la cercanía
En la última década, Ramo ha fortalecido su presencia en el entorno digital, especialmente en
redes sociales como Facebook, Instagram, TikTok y X (Twitter), y a través de estos canales ha
construido una identidad digital que combina la nostalgia de sus productos con un lenguaje fresco
y humorístico, que ha permitido mantener la conexión con sus consumidores tradicionales, al
tiempo que se acerca a públicos más jóvenes.
Los contenidos suelen estar orientados al entretenimiento, al uso de memes, a referencias
culturales populares y a desafíos virales. En TikTok, por ejemplo, han lanzado campañas en las que
el Chocoramo es protagonista de recetas, retos o historias que apelan al sentido del humor local, o
en Instagram, aprovechan las fechas especiales para evocar recuerdos de infancia o hacer guiños a la cotidianidad colombiana, lo que refuerza la cercanía de la marca con su audiencia y estimula la
interacción.
La digitalización del consumo también ha llevado a Ramo a fortalecer su presencia en canales de
comercio electrónico. Actualmente, la marca cuenta con una tienda virtual propia, en la que
ofrece sus productos clásicos y algunas ediciones especiales, con las que, además, tiene presencia
activa en plataformas de entrega a domicilio y en marketplaces como Rappi, Mercado Libre y
Éxito.
Una estrategia innovadora desde la democratización, ha sido la alianza estratégica realizada con
Rappi y Buda.com, para convertir al tradicional Ponqué Ramo porcionado en un equivalente de
bitcoin, bajo el nombre de “Criptoponqué”, un producto de distribución exclusiva por la
plataforma de domicilios, que respondió al desafío de incursionar como en nuevos formatos con
las cuales se busca que, al igual que Productos Ramo, el Bitcoin se convierta en parte de la canasta
familiar de los colombianos.

Hacer del Ponqué Ramo una moneda digital ha sido una de las estrategias más innovadoras de la marca.
Además, Ramo ha incentivado el contenido generado por usuarios (UGC), compartiendo en sus
redes fotos, videos y comentarios de consumidores que relatan experiencias personales con sus
productos. Esto no solo humaniza la marca, sino que amplía su visibilidad en el ecosistema digital,
haciendo que su comunidad participe activamente en la construcción de su narrativa.
Gansito: una marca que entra al juego
Uno de los esfuerzos más innovadores de Productos Ramo en su estrategia de gamificación ha sido
el uso del Gansito como embajador dentro del mundo gamer, aprovechando su diseño llamativo y
su carácter juvenil, se ha convertido en una figura cercana a la cultura de los videojuegos y el
entretenimiento digital, conectando con nuevas generaciones que consumen contenido en Twitch,
YouTube y plataformas de streaming.
Entre las acciones destacadas se encuentra la participación en eventos de e-Sports y comunidades
de gaming en Colombia, en donde Gansito ha estado presente como patrocinador de torneos,
competencias de streamers o retos entre influencers del mundo gamer, para lo cual, la marca ha
creado contenido exclusivo con referencias al universo de los videojuegos, como versiones
animadas del personaje Gansito en estilo “pixel art”, filtros en Instagram con temáticas retro y
minijuegos que remiten a clásicos de consola, entre otras iniciativas con las que buscan que los
jóvenes no sólo consuman el producto, sino que se identifiquen con su estética y actitud.

Gansito ha sido una de las submarcas con mayor presencia en el segmento juvenil.
Además, Ramo ha lanzado campañas tales como #JuegaConGansito, en las que reta a los
seguidores a participar en dinámicas interactivas, desde trivias sobre cultura pop hasta
simuladores de plataformas 2D disponibles en sus micrositios, y también ha colaborado con streamers y creadores de contenido especializados en gaming, quienes prueban productos en vivo, sortean kits exclusivos y comparten contenido en donde Gansito es parte del universo gamer, acciones clave para posicionar el producto no sólo como un snack, sino como un ícono cultural capaz de adaptarse al lenguaje digital y participativo del público joven.
Así como Carlos Casas, actual Jefe de Marketing Digital y Medios, quien es egresado de nuestra
Escuela de Comunicación Estratégica y Publicidad, muchos profesionales en Comunicación Social,
Periodismo y Publicidad de nuestra Institución, están dejando huella en las interacciones de
grandes compañías con sus grupos de interés, gracias su paso por nuestras aulas, pero sobre todo,
a sus capacidades de poner en práctica todo el conocimiento adquirido durante su paso por la
Universidad.
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