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Quijotadas – Chao, viejo Rafa

Por: Javier Correa Correa

“Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles” 

Bertolt Brecht

El viejo Rafa, caribeño como el que más, alcanzó a celebrar con Gustavo Petro, con sus amigos, el triunfo que durante décadas nos había sido esquivo, con la posibilidad clara de un cambio no retórico sino real, palpable.

Cambio que, desde antes de la posesión el 7 de agosto, se ha traducido en una concreción de los planes del mundo entero por preservar este diminuto planeta llamado Tierra, por el que se la jugó Rafael Vergara Navarro, el viejo Rafa, quien muy madrugador falleció el martes 16 de agosto en Cartagena.

Una tupida barba blanca y una voluminosa voz gruesa eran dos de sus características. Otras, el afecto, la risa, la alegría, el sabor Caribe.

Abogado de hace mucho tiempo en Bogotá, se vinculó al Movimiento 19 de Abril, M-19, cuando evidenció que, en esa época, la lucha armada era la salida a un régimen que se quería perpetuar en Colombia y en América toda. Alcanzó a formar parte de la Dirección Nacional de ese grupo insurgente y allí formó parte de lo que su paisano Jaime Bateman llamara “cadena de los afectos”.

Desmovilizado el M-19 en 1990, el viejo Rafa orientó sus esfuerzos entonces por la lucha ambiental, en particular en esa costa que el mar baña cadenciosamente con cada ola que humedece los manglares. También en eso sentó cátedra, con la convicción de que lo que es considerado como mínimo tiene una trascendencia gigantesca. Y si no, preguntémosles a los océanos si Rafa tenía o no la razón.

También siguió siendo siempre un convencido fue en la necesidad de que los afectos estén en primer lugar. Por eso, muchas y muchas personas han escrito sentidos versos, como el que publicó la también gran amiga Adiela, que transcribo sin su autorización, qué carajo:

“El Viejo Rafa, como solíamos llamarlo, hombre alegre a quien vimos más de una vez burlar la muerte por su enfermedad, nos deja un legado de compromiso y entrega por nuestra causa.

“Alcanzó a saborear parte del sueño que lo movió toda su vida.

“No te voy a llorar, Viejo: aplaudo y exalto tu vida con la alegría de quien pudo también caminar tus caminos.

“Tu alegría Caribe y tu ejemplo seguirán en nuestros corazones.

“Así como lo he dicho a quienes han partido antes de ti, ve a encontrarte con tus compañeros de siempre y dales las buenas nuevas por las que atraviesa nuestro país.

“Te abrazo en la inmensidad de tu ser”.

La querida periodista Ligia Riveros escribió desde España: “Comparto la tristeza por la partida de un gran hombre, Rafael Vergara. Hoy seguirá la fiesta del triunfo de sus sueños, desde la eternidad”.

Así que, viejo Rafa, ha sido un inmenso placer conocerte y viajar contigo en estos tiempos tumultuosos y, ahora, optimistas. Con todo el afecto, no me despido, sino que te saludo. “Gracias, viejo Rafa”.

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