Dedicación, esfuerzo y trabajo duro es lo que encontramos en la finca San Isidro; trabajo que no solo se ve reflejado allí, sino en el diario vivir de cientos de caficultores colombianos que nos regalan la alegría de poder tomar café.
Por Lizbeth Forero
En Moniquirá Boyacá, encontramos una pequeña finca que nos deslumbra no solo con sus bellos paisajes, sino con su buen café. Segundo Alonso es uno de esos caficultores que trabaja arduamente para hacer de éste un producto especial para el consumo. Ser caficultor es su forma de vida y el sustento de su diario vivir, razón por la que se encarga de hacer de este oficio un trabajo digno de admirar y destacar. Conocer su historia y sus cafetales es toda una experiencia que merece ser contada, no solo a quienes consumen su café, sino aquellos que reconocen y valoran el arte de trabajar la tierra.