Por: Tania Alexandra Casallas Cardenas. tcasallasc@ucentral.edu.co
Abril es uno de los meses más esperados por la comunidad lectora, ya que marca el inicio de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo) y la celebración del Día Mundial del Libro, el 23 de abril. Estos eventos no solo promueven la lectura, sino que también resaltan la profunda conexión entre la comunicación y la literatura. La Real Academia Española (RAE) define la comunicación cómo hacer saber (algo) a alguien, mientras que la literatura es descrita como el arte que utiliza como medio de expresión la lengua, especialmente escrita.
Sin embargo, la lectura no se limita únicamente a los textos escritos; también abarca imágenes, comportamientos y expresiones corporales. Para que se desarrolle un ejercicio de lectura efectivo, es esencial que comience con un acto de comunicación. Reconociendo esta interrelación, en nuestra emisión del 2 de mayo de Concéntrika al Oído, exploramos la conexión entre comunicación y literatura junto a tres expertos en el campo. Andrés Castañeda escritor de reseñas para medios como El Espectador y El País de Cali; director del podcast Qué se dice; y escritor del ejemplar Flores para mis muertos.
Jorge Jaramillo Comunicador social y periodista; Magíster en Ciencias Sociales, doctor en Conocimiento y Cultura en América Latina y posdoctor en Comunicación, Educación y Cultura; docente universitario; y escritor de libros como Boca salada y Duermevelas. Andrés Forero Comunicador Social para la Paz, creador de contenido digital y librero a cargo de la librería Quevedo: Libros y Antigüedades.
Nuevas formas de lectura en la era digital
La convergencia entre la comunicación y la literatura se ha vuelto cada vez más relevante en un contexto donde las tecnologías digitales y los cambios culturales han transformado profundamente la manera en que se produce, consume y comparte el conocimiento. La FILBo 2025 representa un ejemplo palpable de esta intersección. Con espacios como el pabellón LEO, siento Bogotá, se visibiliza cómo la literatura no solo se manifiesta en el texto escrito, sino también a través de otros lenguajes y medios, ampliando su resonancia y capacidad de interacción con distintos públicos.

Tomado de: Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte.
Esta idea es apoyada por Jorge Jaramillo, quien destaca que, a pesar de las lecturas fragmentadas y epidérmicas que caracterizan al lector contemporáneo, los jóvenes siguen leyendo. Lo hacen desde otras materialidades: una serie, una canción, una publicación en redes sociales. Estas nuevas formas de lectura exigen una relectura de los signos culturales por parte de comunicadores, escritores y educadores, quienes deben entender que el libro en papel coexiste con otras plataformas igual de válidas para narrar, comunicar e interpretar el mundo.
En este escenario, la literatura sigue siendo una poderosa herramienta de comunicación artística. Su valor radica en la posibilidad de expresar emociones, ideas y perspectivas que enriquecen el diálogo social. La comunicación, por su parte, se nutre de las estructuras narrativas de la literatura para transmitir mensajes de manera más efectiva y significativa. En este sentido, la literatura no solo se limita al campo estético o artístico, sino que adquiere un rol funcional en la construcción de una ciudadanía crítica y empática, capaz de interpretar la diversidad de discursos que coexisten en el entorno mediático actual.
Tecnologías y comunidades lectoras
Andrés Castañeda, otro de los expertos, resalta que la literatura puede contar verdades a través de la ficción, permitiendo que temas complejos de tipo histórico, político o social sean abordados desde una perspectiva creativa que facilite su comprensión. En un mundo donde el acceso a la información es constante, la capacidad de la literatura para ficcionar la realidad se convierte en un puente efectivo hacia la reflexión, la memoria y el pensamiento crítico.
Además, la integración de tecnologías digitales ha revolucionado la forma en que autores y lectores interactúan. Las redes sociales, los podcasts y otras plataformas han abierto nuevos espacios de participación, donde los lectores no solo consumen literatura, sino que también la comentan, la recomiendan y la transforman. Este ecosistema literario digital ha democratizado el acceso a los contenidos, permitiendo la formación de comunidades lectoras más inclusivas y activas.

Tomada de: Pexels
En este contexto, el trabajo de creadores como Andrés Forero resulta crucial. Su propuesta de generar contenido centrado en los libros de segunda mano representa una forma alternativa y valiosa de difusión literaria. Al escuchar las necesidades e intereses de sus lectores, Fore cómo se encuentra en redes sociales y le gusta ser llamado, ha detectado una oportunidad en un nicho poco explorado, logrando tender puentes entre personas con trayectorias de vida muy diversas y fomentando el acceso a la literatura desde una perspectiva más inclusiva.
La convergencia entre comunicación y literatura se presenta como un fenómeno dinámico que refleja las transformaciones culturales y tecnológicas de nuestra sociedad en las que se narran identidades, memorias y emociones. En un mundo cada vez más interconectado y digital este encuentro literario resalta la importancia de la narrativa como medio para comprender y compartir la experiencia humana. Así, la literatura y la comunicación se consolidan como herramientas esenciales para fomentar una sociedad más empática, crítica y consciente de su diversidad cultural.
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