El pasado 1 de abril de 2025 en la plenaria del senado, se aprobó por unanimidad la aprobación del Proyecto de Ley 026 de 2024 (conocida como la ley de e-sports), proyecto que buscaba incluir a los deportes electrónicos en el Sistema Nacional del Deporte (sistema comprometido con la promoción de la práctica del deporte y actividades de recreación). La aprobación de esta ley marca es una victoria significativa para jugadores, desarrolladores de videojuegos, organizadores de torneos y la comunidad gamer en general, quienes han promovido en conjunto la lucha por la legitimación de esta práctica. Gracias a esta decisión Colombia se uno a países como Estados Unidos, China, Francia, Suecia, Rusia y los más de 60 países que reconocen la práctica de e-sports como deporte oficial.
¿Qué implicaciones tiene esta ley?
Con la aprobación recibida por parte del senado, los deportes electrónicos empiezan a ser reconocidos oficialmente como una modalidad de deporte, lo que les permite, al igual que a otras disciplinas deportivas acceder a beneficios como acceso a recursos públicos, programas enfocados en la formación, estímulos otorgados por entidades púbicas y de recursos mixtos. Además de facilitar la conformación de clubes oficiales, federaciones y ligas profesionales reguladas.
Este proyecto fue propuesto e impulsado por la Representante a la cámara Érika Tatiana Sánchez Pinto y recibiendo apoyo de diversos sectores del congreso, así como de FEDECOLDE (Federación Colombiana de Deportes Electrónicos). En la exposición de motivos realizada por la congresista y su equipo de trabajo “los deportes electrónicos en el país se han fomentado desde hace aproximadamente 17 años” por lo que su inclusión en el Sistema Deportivo Nacional permitirá reconocer de manera oficial a las personas que practican esta disciplina.
Una industria en crecimiento
La aprobación de la “ley de e-sports” en Colombia responde a una realidad evidente: en los últimos años, los videojuegos han dejado de ser una actividad de carácter recreativo, para dar paso a una industria que tiene un gran impacto económico y sociocultural. De acuerdo con MSI, en Colombia existen más de 10 millones de jugadores activos, posicionando al país como referente en América Latina (Esta cifra incluye jugadores esporádicos, gamers profesionales, creadores de contenido y desarrolladores de videojuegos).
El mercado global de los videojuegos ha mantenido un crecimiento sostenido gracias a la masificación del consumo de internet, la disponibilidad de dispositivos móviles y la pandemia por Covid-19 entre otros factores, y por supuesto Colombia no es la excepción, siguiendo las tendencias globales, pero también las dinámicas globales como el aumento de jugadores, el desarrollo de la industria local, el auge de los e-sports y el apoyo gubernamental y de la industria privada.

De acuerdo con la información suministrada por Procolombia el mercado de los videojuegos ha presentado un crecimiento constante desde el año 2019 con un valor total de 304 millones de dólares hasta el año 2023 cuando superó los 500 millones de dólares y con una proyección cercana a los 600 millones de dólares para el cierre de 2025. Del mismo modo, la consultora “Newzoo”, las proyecciones de crecimiento de la industria en Colombia muestran un alentador crecimiento sostenido del 9.5% hasta el año 2027.
Según el estudio realizado por GivemeFi de People Media y Gadsme , en Colombia los “Gamer” se distribuyen en: Gen Z 45%, Millennials 44%, Generación X 7% y Baby Boomers 4%, esta distribución etaria que abarca personas de todas las edades plantea que para una buena parte de la población los videojuegos no son solo moda o diversión, sino un estilo de vida.
¿Qué viene ahora frente a los videojuegos?
El reconocimiento de los e-sport es un paso importante en el desarrollo de esta industria en el país, pero aún así, hay mucho campo por recorrer, aspectos como la infraestructura tecnológica, la preparación formal de gamers y profesionales del campo, la legislación frente temas laborales y el fortalecimiento del Ecosistema Gamer a largo plazo, son retos a mediano y largo plazo.
Sin embargo, el panorama es optimista, ya que muchos jóvenes y entusiastas de los videojuegos verán en esta ley una oportunidad que no solo incentiva los e-sports, sino que también promueve la inclusión digital (permitiendo enfrentar la brecha digital), la creatividad, la innovación y el emprendimiento.
Una experiencia interactiva total
Viendo más allá del reconocimiento legal, los e-sports pueden entenderse como experiencias interactivas complejas, en las que aspectos como la narrativa, el diseño de interfaces de usuario usables y accesibles, la constitución de comunidades y la innovación en productos digitales confluyen en la construcción de espacios para el desarrollo personal y profesional.
Los espacios de competencia no solo son eventos deportivos, sino que son puestas en escena de experiencias diseñadas cuidando hasta el mínimo detalle: desde el diseño de mundos interactivos audiovisuales, el modelado 3D de entornos y personajes, el diseño sonoro y la narrativa multimedial y transmedial en las que de una manera muy personal cada jugador vive y se desarrolla profesionalmente.
La interactividad con componente fundamental de los e-sports, es un espacio adecuado para el diseño de experiencias cargadas de creatividad e innovación. Para todas las personas que estudian o trabaja en el campo del Diseño de Experiencias Interactivas, los e-sports representan un espacio de observación, aprendizaje continuo y creación que reúne en torno al entretenimiento lo mejor de la narrativa, el diseño bidimensional y tridimensional, la comunicación transmedia y la cultura digital.
Integrar los e-sports como ámbito académico, permite formar profesionales con capacidad para diseñar productos interactivos que incluyen videojuegos, pero también ecosistemas interactivos en los que la experiencia sea profunda, significativa y transformadora.