Por Sara Juliana Rivera Cely. sriverac2@ucentral.edu.co
El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, una fecha que resalta más que nunca las voces femeninas como símbolos de resistencia y transformación en la lucha por la equidad de género. En este contexto, es fundamental reflexionar sobre la influencia que la figura femenina ha tenido a lo largo de la historia del periodismo colombiano, un campo en el que las mujeres han enfrentado desafíos persistentes. No obstante, estos mismos obstáculos han impulsado la creación de una narrativa en la que la búsqueda de la verdad y la justicia se establece como la única condición inquebrantable para el ejercicio profesional.
Periodistas Colombianas en el Siglo XX
A comienzos del siglo pasado, el periodismo en Colombia era un oficio casi exclusivamente masculino, ejercido mayoritariamente por escritores aficionados, sin formación específica en los medios, pero con títulos en campos como el derecho o la economía. Esta formación les permitía mantenerse cercanos al poder político, lo que fortalecía la relación entre el periodismo y los intereses políticos de la época, especialmente influenciados por las posturas de los partidos conservador y liberal.
Aunque algunas mujeres ya habían incursionado en la escritura y la edición de impresos desde el siglo XIX, fue con la apertura de centros de estudios formales en periodismo en la década de 1950 que comenzó a reestructurarse la participación femenina. Algunos de estos centros estaban orientados específicamente hacia la formación femenina, como el programa de periodismo de las Facultades Femeninas de la Universidad Javeriana, lo que permitió la incursión de las mujeres en diversos frentes, como la redacción y el fotoperiodismo.

Fotografía tomada por Sara Rivera Cely
Pioneras y Referentes del Periodismo
A partir de la reinvención del periodismo mediante la integración de la mujer como figura de veracidad y cuestionamiento, se empiezan a destacar nombres como el de Soledad Acosta de Samper, quién, según la Red Cultural del Banco de la República, convirtió a las mujeres en el centro de sus obras literarias, además de realizar cuestionamientos al poder político que ejercían los hombres en el gobierno y en cargos públicos.
En la historia más reciente del periodismo colombiano, una de las figuras más influyentes es Cecilia Orozco Tascón, periodista y columnista que ha jugado un papel fundamental en la defensa de los derechos humanos y la libertad de expresión. A lo largo de su carrera, Orozco ha sido un referente del periodismo crítico, enfrentando situaciones de violencia y amenazas debido a su trabajo.
Fue directora del periódico El Espectador, donde impulsó una línea editorial comprometida con la justicia social y la denuncia de los abusos del poder. De hecho, en una entrevista realizada por el mismo medio, se autodenominó como “un zumbidito que estorba”. Su labor ha sido clave en la lucha por la verdad y en la visibilidad de las injusticias que afectan a la sociedad colombiana. Además, su dedicación al periodismo de investigación ha sido fundamental para la transparencia y la democracia en Colombia.

Fotografía tomada por Lucas Lara Guerrero
Desafíos y Barreras de Género
El periodismo en Colombia ha sido una herramienta fundamental para la democracia, pero también ha servido como un escenario para la ruptura de las barreras de género. Las mujeres en este ámbito han tenido que enfrentar obstáculos significativos, como la exclusión de los espacios informativos y la persistente estereotipificación, que las presenta como figuras meramente estéticas y no intelectuales dentro de los medios.
Además, persisten la desigualdad salarial y la falta de escucha debido al simple hecho de ser mujer, como señala Laila Abu Vergara, cofundadora y directora de proyectos de Vorágine, en el podcast La Liga contra el Silencio. Esta visión reduccionista ha limitado históricamente el reconocimiento del talento y la capacidad de las mujeres en el periodismo.
Sin embargo, a pesar de la exclusión histórica, el género femenino ha demostrado una gran capacidad de resistencia y reinvención, desarrollando nuevas formas de ejercer la profesión. Este proceso ha permitido la apertura de nuevas perspectivas, dando voz a un contrapoder que cuestiona las estructuras tradicionales y ofrece una mirada crítica desde la revolución de ser mujer en una sociedad concebida y construida para el hombre.

Fotografía tomada por Sara Rivera Cely
Esta transformación no solo ha sido un acto de resistencia, sino también una afirmación de la capacidad intelectual, ética y profesional de las mujeres, que hoy son protagonistas indiscutibles en la narración de la historia.
Con una sólida formación académica y un enfoque en ética y justicia social, las mujeres de nuestra escuela están construyendo un periodismo más inclusivo y consciente de los desafíos de género. Su compromiso con la verdad y su capacidad crítica siguen siendo esenciales, manteniendo el ejemplo de quienes abrieron caminos en tiempos difíciles. Hoy, ellas son las voces que cuestionan las estructuras de poder y ofrecen una mirada renovada al panorama mediático del país.