Por Juan Camilo Alfonso Márquez
Para poder explicarles los beneficios del ajedrez, es necesario sentar los vínculos entre este deporte y nosotros como ciudadanos.
Como nos explica el Instituto de cultura, recreación y deporte:
“El ajedrez llegó a América después del descubrimiento y el arribo de los colonizadores europeos (…) La historia dice que a mediados de los años 40, se reúne en Bogotá, un selecto grupo de aficionados al ajedrez para crear la asociación colombiana de ajedrez, actualmente Fecodaz.”
Con este ejercicio de memoria, podemos analizar su intervención actualmente.
Existe algo que se conoce como ajedrez terapéutico y social, que es la implementación del pensamiento estratégico. En palabras del ajedrecista y experto en comunicación Leontxo García: “Lo que más me apasiona del ajedrez, es su enorme utilidad como herramienta pedagógica”
“Autocontrol, disciplina, adaptación”.
Son aspectos que el experto enfatiza sobre su implementación dentro del engranaje social.
Tras la salida de las serie de Netflix “Gambito de dama”, el ajedrez pasó a la esfera de conocimiento público, mostrándose como un candidato para catalizar problemas en época de pandemia.
“La venta de libros de estrategia ajedrecística ha subido un 600% en Estados Unidos.” Según datos obtenidos de INFOBAE, por medio de la consultora NPD.
Este efecto ha llegado a suelo colombiano, en donde normalmente el ajedrez, no es tenido en cuenta. “El ajedrez es una herramienta a la que se le debería dar más importancia” aseguró el representante de Fecodaz Luis Pérez, para una entrevista de El Tiempo.
“Queremos que el Gobierno Nacional vea que es una herramienta económica, práctica y de alto valor educativo, y así podamos desde la Federación estructurar un programa completo para acercarnos a los chicos.”
Para situar y problematizar el ajedrez como herramienta social en Colombia, es necesario tener en cuenta el entramado complejo que se ha gestado dentro de la cultura. En general, los colombianos han estado permeados por actores de la violencia, en donde se sigue replicando tanto a micro como a macro escalas.
La violencia urbana, aquella que mantiene el poder por medio de la coerción en las metrópolis, se nutre por medio de pequeños actos como la intolerancia en las vías, ya sea como peatón, conductor/conductora de automóvil, moto o bicicletas,, entre muchas otras.
Violencia rural, estructural, etc. Existe un sin fin de dinámicas y de espacios que poseen un modo particular de vivirse en Latinoamérica y específicamente en Colombia.
Una forma de ejercer resistencia a estas situaciones es el aspecto cultural. El deporte es cultura, y es mucho mejor aún cuando este tipo de cultura, afecta positivamente a quienes lo practican.
El ajedrez es bueno para quienes lo practican, no obstante, a la hora de hablar de los habitantes colombianos, este asunto se torna en una visión más política. Un país que es afectado por la violencia, debe poseer formas integrales y holísticas para subvertir esa situación.
El ajedrez como terapia, afecta los datos de otras áreas como la salud mental, seguridad, convivencia, salud física. Cuando se invierte en el deporte en general, no solo se beneficia ese sector, sino que transgrede a campos mucho más amplios y necesarios.
El ajedrez es político, al afectar la vida pública, íntima y privada de quienes lo practican con una intensidad adecuada.
El artículo 476, numeral 29 del estatuto tributario, excluye el IVA a los servicios de promoción y fomento de deporte por los clubes deportivos.
Sin embargo, con el proyecto de la nueva reforma, esta exclusión se eliminaría. Lo cual afectaría el surgimiento y mantenimiento de clubes deportivos, y entre ellos los de ajedrez.
A esto se le suma, la poca cantidad de personas que están yendo a los clubes de ajedrez por el tema de la aglomeración y aislamiento intermitente.
Si el proyecto de la reforma tributaria se consolida como ley, esto representará un retroceso para el ajedrez en Colombia.
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