Por: Gabriela Gutiérrez, Ánderson Novoa, Juan Fajardo, Alisson Quitián y Camila Ramos
La movilización social como ejercicio de los cuerpos en resistencia; como evidencia del entendimiento y la critica de los fenómenos sociales coetáneos; como empatía con lo otro, lo tangible en otros cuerpos, esa alteridad diversa, esa diferente; la digna rabia, la lucha de los de a pie, la voz de los “vulnerables”, las “minorías”, los “nini”, “las machorras”, los “delincuentes”, las “maricas”, los “indios”, los “vagos”. Como hecho incendiario que construye desde el acto más revolucionario, el amor.
El presente es la cristalización de lo que hoy parece anacrónico pero que continua vigente en la esperanza para la reivindicación de los Derechos, y la lucha popular, esa materializada en el billete de más baja denominación, donde el “Caudillo del Pueblo” estaba retratado y en el cual también se citan las palabras que retumbaban hace más de 73 años, “El pueblo es superior a sus dirigentes” y hoy devuelven la fe.
(Creado en el Marco del Paro Nacional Colombiano Indefinido, iniciado a partir del 28 de abril “28 A”)