El fundador del taekwondo en Colombia: 54 años de tradición

Por: Daniela Espitia

El taekwondo es una disciplina coreana con gran acogida en nuestro país, convirtiéndose en uno de los 8 deportes que tendrán representación colombiana en los juegos olímpicos de Tokio 2021; por lo que este deporte y su desarrollo se convierte en un foco importante de investigación en nuestro país. 

Nuestros deportistas de taekwondo recibieron glorias en diversas competencias de talla mundial, como Oscar Muñoz que ha logrado la única medalla de bronce olímpica para Colombia en Londres 2012, o Jhormary Rojas quien es la única deportista de para- taekwondo en ostentar 5 campeonatos mundiales. 

Por medio de este reportaje ahondaremos en los inicios del taekwondo en nuestra nación: ¿Cómo llegó este deporte desde tan lejos a Colombia? y ¿Cómo las tradiciones coreanas permearon el recorrido deportivo en esta región? 

La historia se remonta a 54 años atrás, cuando se institucionalizó el Taekwondo en nuestra nación, a través de un convenio entre la Universidad de América en Bogotá y el gobierno de Corea, junto con la llegada del maestro Kyong Deuk Lee al país.

El maestro Kyong Duk Lee es una leyenda de este deporte, llegó a Bogotá en 1967 y fundó la primera academia de taekwondo en Colombia. Hoy, a sus 85 años es un referente para diferentes generaciones.

Niños, jóvenes y adultos de diferentes regiones del país recibieron sus enseñanzas. Empezó con 4 pupilos en la sala de su casa y hoy en día son más de 150.000 practicantes aproximadamente, que descienden de aquellas primeras clases. 

Dentro del proceso realizado por este entrenador, cinturón negro en Colombia y en el mundo, recibió grandes reconocimientos como la Cruz de Boyacá, entregada por el presidente Juan Manuel Santos.

Desde su llegada al territorio nacional, Kyong Duk Lee enfrentó retos para enseñar taekwondo pues no era una práctica reconocida; de modo que tuvo que asociar su nombre al de karate coreano, ya que aquí el karate en esa época sí era distinguido.

Aprendió español en la Universidad de América de Bogotá y se adaptó a los cambios culturales que genera vivir en un nuevo lugar. Sin embargo, el clima capitalino fue un factor fundamental para que el taekwondoka quisiera quedarse. Él comenta que en Corea las estaciones son muy fuertes y que aquí en Bogotá todo el año es templado.

Actualmente, el maestro Kyong Duk Lee vive en el barrio Cedritos en la localidad de Usaquén. En su casa se encuentra la Fundación Cultural Colombo-coreana, y además funciona una academia de taekwondo, a la que asisten diversidad de deportistas interesados en aprender de esta disciplina en manos del reconocido entrenador.

Para el maestro Kyong, el taekwondo es un deporte que exige disciplina. Por ejemplo, explica que el primer acto que se realiza es un saludo a las banderas, además, menciona que el respeto a los dirigentes es esencial, promoviendo una cultura de respeto.

El deporte en este caso, se erige como un canal que permite heredar prácticas y costumbres de otros países. Parte de la cultura coreana fue transmitida a los colombianos, por medio de estos lazos que ha construido el taekwondo. 

Para Jev Lee, uno de los alumnos de Kyong, la mejor enseñanza que su maestro le ha podido compartir es sentir el taekwondo como una familia. Además, menciona que siente  a Corea en su sangre y en su vida.

De este país asiatico se permeó con toda su tradición, aprendiendo sobre el respeto hacia los mayores como uno de los factores más importantes dentro de su cultura.

En el aspecto deportivo comenta que se debe saludar a los compañeros, hacer una reverencia al instructor antes de empezar el entrenamiento, recitar los principios básicos, meditar un minuto sentado con las piernas cruzadas, hacer reverencia al instructor, a la bandera cuando ha terminado la clase y cuando se sale del Do Yang.

Para la vida diaria, la cortesía, autocontrol, integridad, perseverancia y el espíritu indomable son valores que los practicantes del taekwondo colombianos heredaron de la experiencia coreana. 

Del mismo modo, el maestro Kyong agradece vivir en nuestro país por la bondad de su gente, las puertas que aquí se abrieron para su vida y de todos los triunfos que aquí logró.

Al principio no fue fácil para él alejarse de su entorno y estilo de vida, sin embargo se enamoró de Colombia, de comer un buen mondongo, de dar un paseo por la Candelaria y de enseñar a miles de estudiantes colombianos, que hoy lo reconocen con altísimo respeto como el gran fundador del taekwondo en nuestros país.

A continuación encontrarás un video con un mensaje pronunciado por el Maestro Kyong Duk Lee en el marco del campeonato “Gran Maestro Kyong Duk Lee” en Bogotá hace 4 años: 

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