Por: Karol Chala
Que una mujer exija justicia frente a una agresión sexual pero que no busque que su agresor reciba repercusiones judiciales, es una opción posible y completamente válida.
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En la actualidad, un gran apoyo para mitigar las violencias sexuales hacia las mujeres en diferentes lugares del mundo, se ha desarrollado a través de las redes sociales. El activismo que surge a partir de diferentes colectivos y grupos conformados por usuarios de plataformas digitales, permite la denuncia social a partir de la publicación de fotos, videos y audios que permiten apoyar el testimonio de la víctima.
Las denuncias públicas emitidas a través de redes sociales, también se denominan bajo el concepto de ‘’Escrache’’, nombre que surge en territorios como Argentina, España, Paraguay, Uruguay y Venezuela para las manifestaciones en la que un grupo de activistas se dirige al domicilio, lugar de trabajo, lugar público o a un espacio en específico, sin ningún representante de autoridad o policía, con el único fin de lograr llamar la atención de los presentes, para que se reconozca por sus cometidos al sujeto que es leído como trabajador, familiar, amigo, jefe o docente, también, como agresor.
Teniendo en cuenta que la mayoría de procesos jurídicos llevados a través de instituciones públicas, se encuentran con un gran vacío de garantías que se terminan materializando en investigaciones extensas y revictimizantes para la mujer; el escrache tiene como objetivo diferentes variables alejadas de una justicia punitiva y de cualquier repercusión sobre el victimario vinculada con el Estado.
A través de las denuncias por redes sociales, se apoya a la víctima al creer en su relato, al desarrollar la reproducción y reposteo de la publicación y finalmente, a través de la creación de espacios de vinculación y charlas entre mujeres para la prevención de futuras agresiones.
Conozca los tipos de agresiones sexuales que se perpetúan contra las mujeres
Según el último boletín presentado por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (INMLCF), de un total de 1449 casos de exámenes médicos realizados por agresiones sexuales, 1108 casos corresponden a ataques contra mujeres que se encontraban desplazándose de un lugar a otro, entre determinadas localidades de la ciudad de Bogotá, mientras que 123 casos corresponden a ataques contra mujeres que no brindaron una información en específica del lugar en el cual se desarrolló el hecho.
Precedido de los ataques a mujeres en espacios de desplazamiento, las actividades relacionadas con la asistencia a eventos culturales, de entretenimiento y/o deportivos consolidan la segunda tasa más alta de delitos sexuales con un total de 76 casos en donde 59 corresponden a mujeres pertenecientes a las localidades de la ciudad de Bogotá y en donde 4 casos no presentan la información suficiente para vincularlos a una localidad en específico.
Conozca cómo se pueden desarrollar los tipos de agresiones sexuales en espacios públicos
El escrache permite evidenciar a través de registro multimedia características físicas o de vestimenta del agresor para poder prevenir a otras mujeres sobre una posible agresión y en los casos en donde no se tenga la opción de registrar la escena, el Escrache permite de igual forma crear alertas a través de la recolección de horarios, rutas y espacios en los que pueden estar en riesgo otras mujeres o para pedir el refuerzo de seguridad por parte de personal especializado.
Cuando no se realizan las denuncias de agresión sexual a través de mecanismos o instituciones asignadas por el Estado y Distrito, muchas veces se pone en duda la legalidad del proceso, pues en gran parte de casos, las víctimas son amenazadas con ser denunciadas por injuria o calumnia como contra respuesta a la publicación del hecho. Para mitigar aquel miedo, la Corte Constitucional a través del pronunciamiento en la Sentencia T-275 de 2021, ratifica el respaldo y legitimidad hacia los escraches y el ciber-activismo en relación con las denuncias públicas de las Violencias basadas en género.
‘’151. De otro lado, la Sala considera que la denuncia llevada a cabo por los colectivos feministas se encontraba protegida por el derecho fundamental a la libertad de expresión. En efecto, la publicación de acusaciones de presuntos actos de acoso y/o abuso en contra de menores constituye un ejercicio prima facie legítimo de la libertad de información y de la importante labor de “ciberactivismo feminista” que los colectivos llevan a cabo por medio de las redes sociales, la cual es objeto de protección constitucional reforzada. La Sala reitera que la Constitución protege el derecho de las mujeres a unirse y crear foros de denuncia colectivos en las redes sociales que tengan por propósito brindar espacios seguros para combatir los actos de discriminación en su contra. El Estado y la sociedad deben proteger el uso las redes sociales con estos propósitos, puesto que estas son un instrumento fundamental para que las mujeres puedan visibilizar la violencia, acoso o abuso de los que son víctimas y constituyen una válvula de escape ante la insuficiencia o ineficacia de los mecanismos institucionales de denuncia.’’
Conozca más acerca del enfoque de género
Los escraches se pueden realizar a partir de las cuentas personales de las víctimas o conocidos, también, de forma anónima o a través de colectivos feministas que garantizan la protección de identidad y acompañamiento del proceso.
La universidad Central, al igual que varias universidades de la ciudad, poseen cuentas de Instagram administradas por colectivos y estudiantes con perspectiva de género que permiten la publicación y reproducción de sus denuncias.
Más información de los colectivos de escrache que permiten denunciar agresiones sexuales