Por Juan Camilo Alfonso Márquez
Como estudiante, como colombiano y como ser humano, me es imposible ser ajeno al momento que vive el país. El paro nacional del 2021 es algo sin precedentes y me siento privilegiado por vivir este momento en mis 20s.
Vengo haciendo un largo recorrido sobre la temática del ajedrez en mis trabajos de universidad, sin embargo ¿Cómo puedo hablar de ajedrez en estos momentos?
No lo sé, simplemente no sale.
El juego de la política es sumamente feroz y parafraseando el dicho de los indígenas Nasa en Colombia, el indio por la plata se corrompe. El poder ciega y eso es una constante en la historia.
Veo como tratan de colocar en una condición de igualdad a los protestantes y a la fuerza pública. Esto como un intento de justificar la violencia desmedida por parte de un personal preparado y armado para combatir.
Esto solo muestra los pobres intentos de un gobierno sin fundamentos teóricos ni prácticos para legitimar sus discursos anacrónicos e insuficientes.
Pero hay un tema que me toca profundamente, y es lo desarticulado que están las celebridades colombianas con la situación actual.
No me resulta nada nuevo que los artistas y deportistas le den la espalda al país.
La tibieza es peligrosa.
La tibieza es complaciente.
La tibieza es cómplice.
Frases como “espero que se mejoren las cosas”, “pido mucho por ustedes”, “repudio la violencia”. Son frases que dentro del contexto de las masacres en Colombia esconden, de cierta manera, una complicidad al no apuntar directamente a las causas objetivas de lo que generan las protestas.
Es cómplice por su silencio.
Todo acto es político. Este es un concepto sumamente trabajado por diversas posturas del feminismo y del post-estructuralismo.
En el artículo del doctor en filosofía Guillermo Zapata “LA CONDICIÓN POLÍTICA EN HANNAH ARENDT”, en donde analiza los aportes filosóficos sobre el concepto de la política de esta importante autora.
Lo podemos resumir en que según Arendt: “Lo político revela la calidad de la existencia humana (…)Toda acción política es acción libre que resulta de la implicación entre discurso y acción”
Y las decisiones políticas se manifiestan en las pequeñas cosas, en informarse o no hacerlo, en pronunciarse y en la forma de hacerlo.
Cada quien evidencia sus tendencias en esos pequeños actos.
No me malentiendan. No es reducir los discursos a un dualismo maniqueísta entre buenos y malos. Existen muchas narrativas más allá del enfrentamiento del sol y la luna.
Lo que sucede es que cuando están sucediendo crímenes de estado, respuestas que no señalen directamente a los perpetuadores, es estar de su parte.
Esto es bastante peligroso, ya que se disfraza de altruismo barato, en donde no busca incomodar a nadie, que maquilla las cosas y que no se sale de su zona de confort.
El arte es bello, es bello porque incluye la crueldad. NO se queda con lo bonito, con lo que quieres ver ni con lo que te gustaría.
Pero para muchas celebridades, su acto de cobardía les salió mal. En un país que necesita voceros, su papel les quedó muy grande.
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