Tras años de dolor por la guerra, habitantes y visitantes de la comuna 13 se sienten satisfechos por la labor de Casa Kolacho, un colectivo de jóvenes que ha renovado la imagen del sector y la capital antioqueña.
Realizado por: David Beltrán – Ingrid Ruiz
Casa Kolacho se consolida cada vez más como un espacio destinado a la integración de jóvenes a través del grafiti, y la cultura del Hip Hop. La casa está situada en la carrera 98 con calle 43 del barrio San Javier en Medellín, este lugar funciona como escuela de grafiti, fotografía, producción audiovisual, canto, baile y tornamecismo.
En la casa se reúnen personas de todas las edades, la mayoría de ellos son integrantes de la propia comuna 13 y con gran sorpresa, cuenta con la participación de extranjeros, cautivados por el color, y el arte del grafiti. La gran apuesta del grupo está dirigida hacia a la reconstrucción del tejido social de la ciudad y las periferias que han sido golpeadas por la violencia, la drogadicción, y trata de menores.
En diferentes escenarios, el grafiti se ha consagrado como una expresión cultural y simbólica, de ahí nació la idea de crear recorridos que orienten a nuevos espacios que involucren a nacionales y extranjeros cautivados por el dibujo con aerosoles. El graffitour, es un recorrido histórico, estético y político narrado en la comuna 13. En el trayecto se cuentan las historias del conflicto y la violencia pero también se muestra la esperanza y el optimismo de una comunidad que recuerda cómo las paredes dibujan y reconstruyen su historia.
El recorrido
Hacia las tres de la tarde comienza el recorrido dirigido por integrantes de Casa Kolacho, ellos le muestran a todos los espectadores fotos y videos de lo que era el antes de la Comuna y lo que es ahora con las intervenciones artísticas y culturales.
‘Kábala’, así es conocido Dairo Hidalgo, rapero y gestor cultural encargado de dar instrucción al recorrido por los grafitis de la comuna 13, dice: “Este es un lugar que le da la bienvenida a todo el mundo; nosotros nos tomamos el atrevimiento de adecuar este espacio para reunirnos y compartir ideas”. Pacho, otro de los integrantes y líderes del proyecto también manifestó, que todos los voluntarios trabajan por igual para sacar adelante la iniciativa buscando abrir nuevos programas que vinculen a más jóvenes de la comuna.
El Graffitour ha mejorado la economía para los habitantes de la Comuna 13 debido al gran número de visitantes que acuden diariamente al lugar.
No solo las paredes del sector se encuentran pintadas, también las casas y los techos tienen color y dibujos realizados por varios voluntarios de Casa Kolacho. Mariposas de colores, flores y hongos; dos niños abrazados, como posando para una foto; una pareja de amantes se besan, los ojos cerrados. Incluso los techos de zinc de las casas de ladrillo son obras de arte. En ellos abundan pájaros, mariposas y flores.
Los golpes de la guerra
Entre el 2001 y 2004, la Comuna 13 recibió más de 20 operaciones por parte de los Paramilitares y Ejército Colombiano, operativos e invasiones que fueron a sangre y fuego. Algunas de las operaciones fueron: Amanecer, Contrafuego, Potestad, otoño 1 y 2, y la más sangrienta de todas la Orión, que duró casi 5 días a punta de ametralladora, helicóptero y bombas. La intención del gobierno de Álvaro Uribe Vélez era acabar con la estructura del frente 37 de las Farc, a ninguno de ellos les importó la población civil, las casas, las escuelas, La iglesia.
Se presenta Andrés, rapero y líder de Kolacho, él decidió hacer resistencia a la guerra con el arte. “Acá cuento nuestras historias, nuestras vivencias. Lo cuento tal a como lo sentimos, a como lo vivimos”.
El pretexto: en toda la Comuna existían trincheras de la guerrilla, más hacia lo alto del cerro había campamentos llenos de armamento y droga que eran eje de circulación para Antioquia y Córdoba. Cinco días en los que más de tres mil efectivos del Estado y paramilitares del Bloque Cacique Nutibara asesinaran a personas señaladas de pertenecer a las Farc, pero también acabando con la vida de muchos inocentes. Con esos ataques se va la guerrilla, pero el paramilitarismo queda y se retira oficialmente hasta el año 2008.
La cancha de las ejecuciones
Para Andrés, hace 15 años no era extraño salir a la cancha a jugar y ver hombres con las manos atadas, con una mirada agonizante y clamando: “me van a asesinar”. O observar a los Paramilitares jugando en la cancha principal del barrio con la cabeza de alguien que habían decapitado en plena vía pública o, parque principal, “Con la participación de un gran número de jóvenes y personas del barrio, hemos logrado sacar adelante la cancha principal del barrio; ahora es un lugar de fiesta siendo este, el lugar de encuentro y unión para todos nosotros” afirmó el artista.
Había personas denunciando su dolor en las paredes de la Comuna
Un nuevo comienzo
Combatir la guerra a través del arte permitió transformar los espacios de la comunidad, las sonrisas aparecen en cada esquina, y el lugar es un sitio turístico para la ciudad del valle de aburrá. “La idea es que jóvenes y niños, seamos embajadores del posconflicto y la paz, un lugar donde cada vez surgen nuevas propuestas y movimientos sociales“, dice Kábala.
El objetivo esencial del Graffitour es eliminar los prejuicios que tenían hacia la comuna 13, aún trabajamos en eso. “Queremos que conozcan nuestro territorio, nuestras historias, nuestra identidad; que conozcan lo que hemos vivido, lo que hemos sufrido; pero también lo que hemos gozado, lo bueno y lo malo”, agrega Andrés y hace énfasis en que esa experiencia de primera mano es la que los miembros de Casa Kolacho desean que tengan los visitantes.
“Hoy Toda la comunidad nos respeta porque saben que somos constructores de paz. Los grafitis, el baile, el juego, y el canto, todo hace parte de un cambio que nació desde aquellos que quisieron llegar tarde a la guerra. El objetivo es claro y con un solo rumbo: “lograr que lo único que muera en el occidente sea el sol” afirmó, Andrés. ¿Valdrá la pena que nos visiten y conozcan el graffitour? y así finalizó el recorrido en medio de aplausos.
Llegar a la Comuna trece es encontrarse con un mundo lleno de arte, color e ilusión. Es insólito creer como una ciudad tan golpeada por el conflicto, ahora se encuentre tejida por el arte y la sana convivencia. La paz llegó hace quince años a la Comuna 13 cuando en 2002, un par de jóvenes que casi envejecen con la guerra y sus desgracias, optaron el arte, el amor y la vida, por encima de abrazar el dolor y la misma guerra.