Para nadie es un secreto que el mundo en que vivimos actualmente está trayendo consigo múltiples cambios en el día a día, a los cuales personas, empresas y marcas hemos tenido que acoplarnos de manera muy rápida y eficaz.
En Nueva Zelanda saben resaltar los atributos de su país; visitando New Zeland tendrás experiencias únicas.
Un claro ejemplo de estos cambios ha sido la forma en que las personas están consumiendo. Con la actual pandemia que el mundo afronta, el consumo en línea se ha incrementado de una manera exponencial llevando a muchos usuarios a retarse y a confiar en comprar algo que no están viendo ni tocando. Es allí donde las marcas tienen que crear canales y estrategias que generen confianza al usuario mostrándoles que pueden comprar desde sus casas como lo hacían en las tiendas físicas.
El marketing experiencial es una gran herramienta que consiste (como bien lo dice su nombre) en crear experiencias memorables en el usuario, involucrando sus sentidos para poder llegar a ellos de una forma más creativa e inigualable generando un vinculo marca-consumidor.
“El ser humano necesita la tensión emocional para decidir, las decisiones son un acto emocional”
SEMrush Blog
Un gran ejemplo de marketing experiencial es sin duda Coca-Cola y su campaña “El cajero de la felicidad” que sin duda todo los hemos visto y sino acá te lo compartimos.
Coca-Cola logró conectar a sus clientes por medio de un cajero donde les regalaba dinero con el fin de que compartieran un pedacito de felicidad con otra persona, pues les ponía un reto diferente a cada persona que aceptara el reto.
Desde el momento en que recibían el dinero hasta el momento en que iban y cumplían su reto, estaban involucrados todos los sentimientos del usuario haciéndolos sentir únicos y que seguro seria algo que nunca iban a olvidar, pues no todos los días recibes dinero gratis.
Crea experiencias en millones de usuarios y tú serás único entre ellos.
Puede que el dolor envejezca más que el tiempo, pero este no se acaba; día tras día, te recuerda aquella historia que poco a poco va quedando empolvada. La tristeza y el dolor son protagonistas, de aquel recuerdo que se mantiene vivo en el cuerpo y en la memoria de uno de los sobrevivientes del atentado en Chita, Boyacá.
Hace 17 años, Carlos Andrés Albarracín Quiroga, con tan solo 21 años, era Cabo del Ejército Nacional, tenía al mando alrededor de 70 soldados, los cuales debían resguardar aquel pueblo atemorizado, por las distintas amenazas del frente 45 de las Farc, aquel pueblo sin centros de salud, sin ambulancias y sin seguridad pública.
La moral no puede bajar nunca, cuenta Carlos Andrés; a pesar de que el lugar de tránsito estuviera minado, que las reservas de comida se estaban acabando, que nadie del pueblo les quería vender por miedo a lo que pudiese suceder, y que las dificultades iban en constante ascenso, nunca se bajó la moral.
¿Qué tan amenazado estaba el pueblo para no poder venderle alimentos a un grupo de uniformados que solo querían protegerlos?, mucho, tanto así que el alcalde de ese entonces, Rodulfo de Jesús Gómez Centina, tuvo que huir a Socha. ¿Cuál podría ser la suerte de aquellos chitanos ajenos a una guerra sin cuartel?
Era 10 de septiembre de 2003, día de mercado, donde algunos campesinos bajaron con caballos, mulas y burros para vender sus productos agrícolas. A Carlos Andrés, le correspondía hacer el control militar de área con los 16 soldados a su mando, para ganarse la confianza de las personas del pueblo.
Pasado el mediodía, con un sol escondido entre las nubes, se encontraban cerca al parque principal cuando estalló un caballo bomba. La onda explosiva los alcanzó, todos cayeron al suelo, pero encima de Carlos Andrés quedó su compañero, “el chispas”, quien llevaba el radio de comunicaciones.
En un abrir y cerrar de ojos, la cuadra, conocida como La Cadena, quedó totalmente destruida. Carlos Andrés despertó luego de haber quedado inconsciente, se dio cuenta que el radio había atravesado al “chispas”, hasta quedar incrustado en su tórax, causándole una muerte fulminante.
¿Qué se puede hacer en esos momentos de dolor?, miras a tu alrededor y solo ves caos, no hay cuerpos completos, no sabes cuál extremidad es de quién. Es un horror que te atormenta, ¿cómo le dirás a esas madres esperanzadas de volver a ver a sus hijos, que no pudiste protegerlos, que no queda nada de ellos?
Carlos Andrés solo tenía una preocupación, sus muchachos, sus hermanos de la patria. A pesar de que sus extremidades estaban sangrando, el desasosiego le inundaba la cabeza. Con un dolor inimaginable se levantó y comenzó a recogerlos en bolsas de basura, mientras esperaba un apoyo para evacuarlos.
La espera era insoportable, algunos pueblos aledaños enviaron ambulancias para los chitanos heridos; en ese momento, Carlos Andrés vio la oportunidad de movilizar lo que quedaba de su tropa para salvarlos, pero no podía arriesgarse a que quedaran en manos de los subversivos. Nos convertiremos en un blanco fácil, pensó.
Finalmente, un apoyo aéreo los recogió para trasladarlos al Hospital Militar; durante el recorrido hacia Bogotá, Carlos Andrés recibió los primeros auxilios donde se percató que todo su cuerpo estaba lleno de esquirlas (fragmentos delgados que se desprende de un artefacto al estallar), y que su brazo izquierdo estaba pendiendo de dos tendones.
Al llegar al hospital, quedó inconsciente por la pérdida excesiva de sangre. Pareciera que este oscuro episodio se terminara ahí, pero la verdad, es el comienzo de una constante lucha.
Estuvo internado en el pabellón de psiquiatría para borrar esos episodios de horror, en los que murieron 8 civiles, entre ellos un niño, y 5 soldados; pero ¿cómo olvidarlo cuando aún tienes esquirlas en tus pulmones?
Ya no había tiempo para gritar más versos quejumbrosos, su proceso de recuperación ha sido largo, ha estado en constantes tratamientos y cirugías para corregir los tendones y ajustar la prótesis interna que tiene en el codo. Sin contar que tiene marcapasos, ya que la explosión le quemó el nodo del corazón.
Sin duda, la vida militar te llena de distintos acontecimientos dolorosos e inolvidables, pero no hay nada más triste que ver la muerte de aquellos hermanos de la patria y personas ajenas a una guerra desmedida, que devoraba todo a su paso. Explica el hoy, sargento en retiro, Carlos Andrés Albarracín.
Como última palabra, los invito a que conozcan el testimonio en la voz de su protagonista, Carlos Andrés Albarracín Quiroga, en el siguiente audio.
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Hace algún tiempo se pensaba que consumir era una práctica inconsciente, masiva y automática, hoy poetas, caricaturistas, antropólogos, administradores y periodistas se suman al campo publicitario para entender el potencial que conecta la estrategia, la marca; los valores, la espiritualidad y la responsabilidad social empresarial. Esto es lo que corrobora la manera en que los genios del negocio reaccionan frente a la pandemia. Las marcas se vuelcan hacia la sensibilidad de las audiencias y en medios virtuales, se convierten en poesía para reconocer que, tras esta larga espera en el encierro, muchas motivaciones han cambiado.
Bajo esta perspectiva, La Universidad Central, piensa en el quehacer de un publicista como un estratega integral. Esto quiere decir que no solo es consciente del mensaje, sino de los medios, las audiencias y competencia para posicionar una campaña. Este año Mentes Lab mueve a los estudiantes a enfrentarse con casos y clientes reales. Figuras de la publicidad en Colombia, como Isabel Pérez Alcántara, Gerente de Mercadeo de Helados Popsy; Jhon Montenegro, Gerente de Mercadeo de la Bolsa de Valores de Colombia; Víctor Osorio, Andrés Rojas Cuervo de Ariadna; entre otros líderes de la industria, hablarán de cómo reaccionan las marcas y la manera en que la publicidad asimila la nueva normalidad. Un truco de precisión que le atañe a las industrias creativas y a sus protagonistas.
El proyecto de investigación-creación AparecerES: constelaciones etnográficas de lo Afro que lideran los docentes Carlos Rojas del Departamento de Publicidad y Claudia Gordillo del Departamento de Comunicación Social y Periodismo ha sido invitado a participar en la Semana por la Paz en su versión 2020. Este proyecto trabaja con la organización social Hombres y Mujeres de Triana en Buenaventura que tiene por objetivo construir las memorias visuales de la guerra desde la fotografía y las historias de sobrevivencia.
En esta oportunidad el proyecto se ha articulado con los colectivos Food of War y Whatching You Lab con el objetivo de incentivar la reflexión, la participación y la movilización de diversos individuos y comunidades frente a los procesos de construcción y fortalecimiento de la paz desde diversos ámbitos mediante el colectivo Fragmentos Nebulosos.
Para dicho propósito se han organizado dos eventos:
El Viernes 11 de septiembre a las 9:00 a.m. por el Facebook institucional de la Universidad Central tendremos el Conversatorio Fragmentos Nebulosos para conversar en relación a la pregunta ¿cómo devolver a la comunidad en región lo que nos ha aportado para producir creativamente? Los invitados sonLucia González comisionada de la Comisión de la Verdad, Jesús Abad Colorado fotoperiodista, Julián Santana director de Whatching You Lab, Óscar Castañeda e Iván Barros del colectivo Food of War y Claudia Gordillo directora del proyecto AparecerES: constelaciones etnográficas de lo afro.
El domingo 13 de septiembre a las 10:00 a.m. por el canal de Youtube institucional de la Universidad Central tendremosla Bordatón por la paz donde las comunidades de Buenaventura, Chocó, Cauca y Bogotá bordarán en simultánea desde sus regiones un texto poético, consolidación de las historias de resistencia y sobrevivencia que las comunidades afro de nuestro país construyen en lo cotidiano. En las actividades participarán el colectivo literario la Cuarta Raya del Tigre, el programa Rockmanía y Sintopía Radio, liderados por estudiantes y docentes de la Universidad Central. Aliste tela, hilo, aguja y júntese en esta red de bordado afro en la Semana por la Paz.
Los y las invitamos a seguir el proyecto: Instagram @apareceres, y a contactarnos en apareceres@ucentral.edu.co