Videojuegos: un deporte y una profesión

Sí, los videojuegos han dejado de ser un simple pasatiempo para convertirse en un medio rentable, no solo para los desarrolladores sino para los jugadores. Muy probablemente, la idea suene tonta y es normal que así parezca, la mayoría de las personas no conocen de esta posibilidad y algunas de ellas reaccionan de forma burlona o aversiva, ya que para ellos los videojuegos no son más que eso, un juego.

Existen básicamente dos formas de trabajar como jugador: la primera es, a través de los “lets-play”, los cuales consisten en conseguir gente que le guste verte jugar X videojuego, esto se puede hacer por medio de YouTube y de Twitch, cuya principal diferencia está en que YouTube es una gran biblioteca de videos, mientras que Twitch es un catálogo enorme de personas haciendo cosas en vivo.

La segunda forma, es como pro-gamer, que equivale casi a ser un jugador profesional de fútbol, baloncesto, tenis, etc. Requiere disciplina, mucho tiempo dedicado y muchos otros factores, porque como en los deportes tradicionales, no siempre tener pasión y dedicación es garantía de llegar a ser profesional.

¿En los pro-gamers se basan los e-sports. El ámbito profesional de los videojuegos ha tenido un enorme crecimiento en los últimos años, debido a una sinergia exclusiva de los mismos. Pongamos como ejemplo el futbol, para jugar un partido similar en condiciones al profesional se necesita de 22 jugadores 3 árbitros y un balón (dejando de lado suplentes y uniforme) mientras no se reúnan esos requisitos no será un juego en igualdad de condiciones al profesional, manteniendo proporciones de habilidad y profesionalismo. En contraposición, están los videojuegos que cualquier persona con la consola adecuada puede jugar y cada copia tiene los mismos personajes, escenarios y estadísticas. En este segundo caso, la única diferencia, es la habilidad propia del jugador. Y esa es la razón por la que los e-sports han crecido tanto; porque sus pre-requisitos de entrada son súper sencillos, cosa que todos puedan entrar, pero llegar a la cima es más difícil, como cualquier deporte. Esto también influencia a los lets-play, ya que estos suelen ser tenidos en cuenta gracias a dos motivos básicos; por entretenimiento o para estudiar. El primero, es aquel que se juega por entretener y divertirse, se centra en la experiencia y en la exploración del juego, más que en enseñar cómo llevar a cabo ciertas mecánicas o técnicas. Se concentra en juegos que tienen mayor flexibilidad a la hora de abordarlos como Sandbox (que son videojuegos de mundo abierto, donde el jugador tiene libertad de cómo y cuándo afrontar los elementos de la historia mientras explora el mundo) permitiendo así que, aunque sea el mismo juego existan diferencias entre lets-players y el espectador a la hora de jugar el mismo título.

El segundo, es aquel que hace “tutoriales”, el cual se enfoca en explicar los aspectos del juego mecánicamente (es decir, las distancias y valores específicos de habilidades de los personajes dentro de un juego, la distancia de un salto, la fuerza de un golpe, los frames de una acción, etc.) a estos se recurre cuando se quiere aprender sobre un determinado juego / personaje, ellos son inherentes a los juegos competitivos; tomaré como ejemplo league of legends, donde existen alrededor de 139 campeones, cada uno con 4 habilidades especiales y un ataque por defecto, adicionalmente, existen aproximadamente 247 objetos, de los cuales solo se pueden comprar 6 por partida y no todos sirven a todos los personajes. Te haces a la idea de lo complicada que se pone la cosa para una sola persona al intentar aprender todo eso, ¿verdad? precisamente por eso existe esta segunda rama de lets-play, para que puedas aprender lo que te interesa sobre el personaje sin necesidad de buscar en foros llenos de información repetida y poco explicativa, en lugar de eso, verás una serie de videos que muestran la acción de lo que quieres aprender y te ayudarán a replicar e interiorizar más fácilmente ese conocimiento.

Ahora hablemos de tamaños, tomaré nuevamente a league of legends como ejemplo: este apareció en 2009. Para julio de 2012 era el juego más popular de PC en América y Europa. En enero de 2014, 65 millones de personas jugaban al mes, 25 millones al día y 7.5 millones en horas pico.

Sin embargo, league of legends, no es el único juego competitivo que existe, así que voy a dar una pequeña lista de géneros y títulos acompañados de una pequeña descripción para cada género:

  • Mova: juegos de 5 vs 5 utilizando habilidades especiales con una perspectiva cenital.
    • League of legends
    • Dota 2
  • Fps: juegos de disparos en primera persona, tiene varias modalidades y el tamaño de sus equipos puede variar según el juego.
    • Counterstrike
    • Overwatch
  • Peleas: juegos de 1 vs 1 donde cada participante controla hasta un máximo de 3 personajes turnando sus tiempos en pantalla con el fin de eliminar los de su rival.
    • Smash
    • Street fighter
  • Cartas: supongo que viste yu-gi-oh, bueno básicamente es eso; aun así, haré la salvedad. Consiste en conseguir cartas con ataque, defensa y habilidades especiales con el fin de vencer a tu oponente.
    • Hearthstone
    • Clash royale
  • Speed run: consiste en terminar un juego lo más rápido posible y se compite por tablas de tiempo mediante el uso de fallas en el juego, cumpliendo ciertos requisitos que varían según el juego y el torneo. Casi cualquier juego con modo historia puede ser utilizado en un Speed run, pero normalmente se usan los clásicos como Mario Bross, Metroid o The legend of zelda.

El escenario competitivo ha tenido tal crecimiento que Worlds (la final de league of legends del 2017) registró un total de 75 millones de vistas (75.546.408 vistas). Para hacernos a la idea, la cantidad de personas que vio la final de la NBA ese mismo año, fue en promedio de 19,6 millones de espectadores. Lo que implica, que la final de league of legends fue vista 3.82 veces más que la de la NBA, la cual, antes era el segundo evento deportivo más importante del año, siendo superado por el Súper Bowl que en el 2017 registró un total de 111.3 millones de espectadores.

Y este boom de la escena competitiva ha creado opiniones divididas por parte de las personas del común y de la prensa, ya que no consideran creíble que un videojuego sea un deporte, y que además sea casi tan grande como el Súper Bowl que es el evento deportivo anual más grande del mundo sin contar el mundial de futbol (el cual, para Brasil 2014 tuvo un total de 1.013 millones de espectadores) así como también existen personas que no solo apoyan sino que están interesadas en formar parte de dicho fenómeno.

Al final de cuentas es una discusión que ya se ha visto, el hecho de no requerir un gran esfuerzo físico, lo deslegitima como deporte pese a que requiere de entrenadores, nutricionistas, analistas, equipos, managers, sponsors y un sinfín de aspectos también necesarios en los deportes tradicionales. Tal como sucedió en antaño con el deporte ciencia: el ajedrez.

Pero no es la primera vez que vemos algo así, a lo largo de la historia, encontramos que algo considerado pasajero se convierte en un enorme monstruo, el teléfono celular, internet, Facebook, WhatsApp, Netflix, entre otros. El punto, es que, con estas tecnologías aparecen oficios no conocidos hasta ahora y aparentemente nuevos deportes.

Drones, Tecnología Supersónica del tamaño de un Smartphone.

Actualmente hemos visto la gran popularidad que poseen los famosos vehículos no tripulados (VANT), comúnmente llamados drones. Esta tecnología, en los últimos años ha tenido un crecimiento exponencial en cuanto a su desarrollo, innovación y potencial de alcance, no solo en términos de su capacidad de vuelo, sino también en cuanto a las funciones que puede llegar a desarrollar. Si bien, en un principio los drones nacieron en un entorno militar, con el fin de explorar territorios y realizar operaciones de forma autónoma, su función actual va mucho más allá de eso, entrando a las esferas del entretenimiento, la fotografía e incluso el salvamento, los primeros auxilios, entre otros.

Este constante crecimiento en Colombia, según la Aeronáutica Civil, entidad encargada de la normativa en drones, se ha visto evidenciado en el uso promedio de unas 2000 a 6000 unidades al año, cifras que se pronostican para el 2018 serán superadas. Adicional a esto, la industria tecnológica proyecta una ganancia de 100 billones de dólares para el 2020, en donde la principal rentabilidad provendrá del sector recreativo.

Así, es necesario que la industria se acople a los requerimientos del futuro, enfocando el desarrollo de estos drones, ya no solo en aquellos aparatos de gran tamaño y de cortas capacidades de vuelo, pues las grandes industrias chinas junto a la NASA, han sabido leer la proyección de estos aparatos y explorado este campo buscando fusionar la optimización del tamaño y de una mayor potencia.

Un claro ejemplo del avance de esta tecnología, es el dron Ptera, un modelo de avión no tripulado desarrollado por la NASA, el cual no solo permite una recolección de múltiples datos, sino que rompe los estándares de los vuelos subsónicos tradicionales, al contar con la capacidad de doblar sus alas en pleno vuelo. Esto no gracias a algún mecanismo hidráulico tradicional interno, sino que lo realiza de forma autónoma al percibir un cambio de temperatura, doblando sus alas a un máximo de 70 grados. Así, este nuevo dron permite abrir el camino al desarrollo comercial de los vuelos supersónicos, altamente beneficiados por esta nueva forma de adaptación en pleno vuelo.

Podríamos decir que los materiales pesados y limitantes se dejan a un lado, para dar paso a una independencia completa de uso, la cual plantea a futuro la posibilidad de vuelos en dron a niveles supersónicos en cualquier atmósfera climática, al transformar sus alas con un material de memoria térmica y ofrecer mayor manejabilidad de los aparatos. Pero esto, no solo se limitaría a vehículos no tripulados, sino que también llegaría a los medios comerciales, reduciendo a niveles inimaginables los tiempos de viaje tradicionales.

Ahora, no nos centramos únicamente en un gran avance en cuanto a velocidad y desarrollo de esta nueva capacidad de adaptación, sino que el tamaño de estos drones se ha reducido notablemente, sin afectar su potencia. Así, la reconocida firma China DJI, se ha centrado en este punto, con la creación del dron Mavic Air, el cual es capaz de plegarse sobre sí mismo hasta tal punto de adoptar el tamaño de un Smartphone. Se nos plantea entonces la posibilidad de llevar en nuestro bolsillo, un dron con una cámara de 12 megapíxeles y video 4K de hasta 30 fotogramas por segundo, el cual, si bien es de un tamaño reducido, cuenta con un sistema detector de obstáculos, una capacidad de vuelo y ventilación mayor a aquellos drones tradicionales.

El avance tecnológico y la optimización de esta nueva generación de drones, abre las puertas a múltiples posibilidades de uso, en donde se fusiona la adaptación y la transformación en pleno vuelo casi ficticia e irreal de estos drones en cualquier clima, junto a la reducción de tamaño y portabilidad. Así, esta tecnología ha roto los estándares para los cuales tradicionalmente fue creada y nos plantea su posible uso para todo tipo de actividades en cualquier momento y espacio.

Un claro ejemplo de esta nueva adaptación, es la implementación de una pequeña flota de 7 drones capaces de sumergirse 130 kilómetros bajo hielo, en busca de recolección de información sobre el deshielo de la Antártida, así, tareas inalcanzables para el hombre podrán ser realizadas por estos drones pequeños y potentes.

Ahora, se dijo que esta optimización creada por la NASA a futuro permitirá a estos drones volar a velocidades supersónicas y si se propone el implantar estos mecanismos junto a los tamaños reducidos y plegables se podría decir que prácticamente podríamos tener en una mano y en nuestro bolsillo un dron capaz de realizar vuelos a kilómetros de distancia y en minutos. Entonces, su capacidad y funcionalidad tendrían millones de oportunidades inimaginables, al integrar un sistema de rastreo entre dueño y dron, junto a la captura 360 grados de una visión en 3D y slow motion.

El contar con un mecanismo capaz de doblar metal y materiales realmente pesados y densos mientras estos están en pleno uso, como las alas de un avión; no se limita a ser el puente para los vuelos supersónicos, sino que también se plantea su uso en otros posibles medios de transporte, como barcos y automóviles, en donde esta tecnología no solo representa un gran avance para la industria, sino que también optimiza costos y rentabilidad en términos comerciales, al mover más, en menos tiempo.

Photo by Jonas Jacobbsson on Unsplash 

La posibilidad del ciudadano común y corriente de acceder a una tecnología como esta no es muy lejana, ya que esta firma China ya ha lanzado al mercado este dron plegable a un costo de USD $799, aproximadamente 2.397.000 COP. Entonces, es realmente viable que en un futuro sea totalmente accesible tener un el bolsillo un dron de gran capacidad que pueda usarse para lo que se desee sin importar las condiciones del entorno, así como puede ser llevado en el bolsillo de un explorador, puede sumergirse en aguas congeladas y alcanzar velocidades de 70 km/h.

Finalmente diríamos que los drones se están transformando y adaptando de forma irreal para realizar casi cualquier tarea, ya no solo militar, de vigilancia o de video, sino que posiblemente se conviertan en un elemento fundamental de nuestro diario vivir, que llevaremos en el bolsillo de nuestro pantalón, casi como un celular, al que podremos acceder en cualquier lugar, momento y espacio, capaz de realizar múltiples funciones en tan solo segundos, en donde la fusión de la optimización del tamaño y la transformación en pleno vuelo permiten acceder a drones supersónicos totalmente portátiles y potentes.

Laura di que sí

¡Laura di que sí!


¿Qué habrá contestado Laura? era la pregunta que por estos días se hacían los habitantes de Bogotá y quienes en general habían replicado  a través de las redes sociales el fenómeno de la curiosa valla ubicada en la calle 100 con autopista norte que contenía la inusual propuesta: Laura ¿quieres casarte conmigo? firmada por J.P.  

Unos días más tarde, por la red social Twitter, una mujer, con el nombre de Laura Molano, a quien supuestamente se le había dirigido la propuesta y que incluso no trinaba desde diciembre del 2017, apareció rechazándola a través de la misma red y reprochando los comentarios que en su contra hicieron algunos de los usuarios por su respuesta: “No entiendo tantos insultos, amo a mi novio, pero tomé una decisión. No me quiero casar y qué.”  

Hasta ahora nada se sabe de la reacción de J.P. ante la negativa de Laura o de lo que realmente se trata este fenómeno viralizado y compartido a través de las redes sociales y de los medios de comunicación, o si es, como algunos supondrán, una campaña publicitaria. Sin embargo, lo que sí se ha dado, es que algunas marcas presentes en el mercado colombiano han convertido esa ola de comentarios y viralidad generada a su alrededor en una oportunidad estratégica para atraer a sus consumidores.

Tal es el caso de Archie´s, ChocoCono de Cream Helado y Redd’s, quienes no pudieron dejar pasar la ocasión para darle un impulso al posicionamiento de sus marcas, asociándolas al nombre y a los acontecimientos sucedidos a la protagonista de esta historia que aún tiene muchos cabos sin resolver, pero que generó una tendencia que indudablemente captó la atención de los públicos y se convirtió en un escenario perfecto para la creatividad de estas marcas y sus estrategas.  

Archie´s, el famoso restaurante italiano aprovechó la iniciativa para otorgar un 20% de descuento en los productos de la carta y bebidas a consumidoras que con su documento de identidad comprueben que se llaman “Laura”.    

Tomada de Facebook

Por otro lado ChocoCono de Cream Helado, público en su Fan Page de Facebook, un montaje en el que le da una idea a J.P. que tal vez logre  convencer a Laura “Gástele un ChocoCono y verá que le dice que sí”, afirma la publicación que ha sido 88 veces compartida y a la que reaccionaron 618 personas, en su mayoría con me gusta, me encanta o me divierte.      

Tomada de Facebook

 

El último que ha tenido impacto sobre la acción ha sido la marca Redds, la cual desplegó toda una estrategia alrededor del concepto “sin amarguras, sin etiquetas” de la que hace parte la frase “no me quiero casar ¿y qué?”, haciendo referencia al respeto y la tolerancia, a las acciones y decisiones de todas las personas, de las que sí Laura hace parte, le dirá que no a la propuesta de J.P.  

Cabe resaltar que hoy la valla ubicada en la autopista con calle 100 fué reemplazada por una de Redd`s en la que se da respuesta a la propuesta y en la que deja ver que ésta acción táctica fue idea de la marca, la cual está generando su despliegue en los medios sociales. Campaña Sin Etiquetas de Redd`s

Tomada de Facebook

De esta manera, se puede evidenciar cómo una tendencia que propicia una estrategia se podría dar en cualquier momento, se esté preparado o no para aprovecharla, y que lo importante es buscar rápidamente adaptarse a la ola, para conectar emocionalmente a los consumidores y así lograr aumentar la visibilidad y el posicionamiento de las marcas, sea de quien sea el concepto que originó la tendencia.   

Bibliografía:

http://bit.ly/2H1FAAB 

http://bit.ly/2oPULFN

http://bit.ly/2HVlSrr

Por: Viviana Gómez

Café Pastelería La Florida, un lugar mágico para compartir (Especial Ruta del Café #4)

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Desde 1936 la Pastelería La Florida funciona en Bogotá, es un lugar en donde se puede disfrutar de un buen chocolate y un buen café, también, sus paredes cuentan historias ya que en cada una de ellas cuelgan fotografías de la Bogotá antigua, de la Bogotá colonial.

En los últimos 20 años ha sufrido diferentes cambios, uno de ellos fue el cambio de edificio, esto ocurrió en el año 2000 debido a que la pastelería se encontraba en el segundo piso del edificio donde es actualmente Arturo Calle.

Su actual dueña Elsa Martínez cuenta con nostalgia todos los cambios que ha tenido, debido a que La Florida estuvo a punto de desaparecer; pero gracias a un extranjero quien conocía a Eduardo Martínez junto al antiguo dueño de La Florida, llegaron a un acuerdo y la pastelería pasó a ocupar el edificio de la carrera séptima con calle 21 donde actualmente se encuentra ubicada.

Elsa Martínez desde muy joven se ha vinculado a la pastelería, pues su padre fue el segundo dueño de La Florida. Para ella este lugar es su casa porque Eduardo Martínez le dejó un gran legado familiar, ella comenta que “Mi padre era un hombre trabajador y desde niña me gusta venir y ayudar, es mi hogar, es mi vida, la pastelería ha cambiado en los últimos años. Me da miedo que desaparezca pues los jóvenes no vienen con mucha frecuencia”.

La Pastelería La Florida es una de las más importantes de Bogotá, teniendo en cuenta que es considerada patrimonio cultural de la ciudad. Además, si quiere descansar del ajetreo de la ciudad, la pastelería es una buena opción para sentarse y tomar unas buenas onces santafereñas.

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Elsa Martínez es la representante legal de la pastelería La Florida, quien nos cuenta que caracteriza a este lugar.

 

Oscar Guido, es el panadero de esta pastelería, él lleva trabajando 36 años en este lugar.

Una forma diferente de conocer la Pastelería La Florida, sólo déjese llevar y disfrute de los sonidos del café.

La pastelería La Florida es un lugar mágico, maravilloso y único, desde que ingresa al establecimiento el olor del café y el chocolate predomina en todo el ambiente. Esta pastelería ha sido testigo de los grandes acontecimientos bogotanos, como la fatídica tarde del 9 de abril de 1948.

En este lugar usted podrá conocer los dos salones, en los que podrá disfrutar unas buenas onces santafereñas, un café o un chocolate que son los más apetecidos de la pastelería porque son sabores únicos e inigualables.

El lugar es acogedor y su ambiente es familiar. Déjese llevar por este magnífico lugar, acérquese y tenga la oportunidad de disfrutar uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad. Además, el lugar es perfecto para reconocer Bogotá, probar sus sabores tradicionales y recordar la historia.