El programa de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Central, desde su fundación en el año 1983, se ha transformado en un campo académico que va junto con las exigencias del entorno, convirtiéndose en un referente en Colombia.
Cerca de 4.000 egresados de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Central son reconocidos en el ámbito nacional e internacional, quienes se desempeñan en organizaciones públicas y privadas; en roles de comunicación interna, externa y digital; al igual que en diversos medios como periodistas, editores, directores, entre otros.
Por: Violeta López Camargo
El oficio del periodismo en Colombia se celebra dos veces al año, el 9 de febrero y el 4 de agosto. El 9 de febrero de 1791, se fundó el papel periódico de Santafé de Bogotá y, el 4 de agosto de 1794, Antonio Nariño publicó la primera traducción de los derechos del hombre y del ciudadano, por lo que no es coincidencia la fecha en la que se fundó este programa en la Universidad.
El programa de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Central nació el 4 de agosto de 1983 y, durante estos 40 años, ha tenido como director a Rafael Santos Calderón, Fernando Barrero Chaves, Alfredo Ortega, Jorge Manrique, María Teresa Hernán, Luisa Fernanda Vallejo Cruz, Martha Lucía Mejía y Alejandra Quintero.
Entre el año 1992 y 1993, existió un circuito cerrado de televisión en el que se transmitía, directamente en los televisores de la cafetería, la emisión de medio día del noticiero Noti-Central, realizado por los estudiantes en ese entonces.
Uno de los profesores actuales, Álvaro Mauricio Barreto Sánchez, llegó al programa de Comunicación en el año 2000, cuando Alfredo Ortega era el director del programa. Para ese tiempo, la carrera ya había dejado de ser solo la parte periodística de formación de los empíricos en profesionales y se manejaba el énfasis en comunicación organizacional.
El programa inició con un marcado énfasis en el periodismo para responder a la necesidad de los medios, como la mayoría de los programas en el país. Teóricamente, la comunicación organizacional es reciente, ya que surgió en 1973 y llegó a la Universidad Central entre 1993 y 1995. Desde allí, se dio apertura al énfasis en periodismo y comunicación organizacional, decisión que fue implementada por los programas de periodismo en varias universidades al ser esta una tendencia nacional e internacional que duró hasta los años 1999 y 2000.
En estos mismos dos años, la universidad y el programa en particular se dieron cuenta que los énfasis profesionales limitaban la vida del egresado; por tanto, tomaron la decisión de que la formación del programa de Comunicación Social y Periodismo sería integral con enfoque político y social. Esta importante decisión se pudo llevar a cabo gracias a que, en el proceso de formulación de los programas, la universidad tomó como metodología las demandas sociales, culturales y políticas de una población y, sobre esta base, se construyó la propuesta de la formación actual.
De 2001 a 2003, el programa recibió el registro calificado y, en estos años, hubo varios proyectos que empezaron con el nuevo siglo. Uno de estos fue el Correo de las Nieves, que era un periódico impreso para la localidad; la Agencia Central de Noticias (ACN), que pasó de hacer trasmisión de TV en directo desde Noti-Central a tener medios más actualizados; y nació el periódico interno de la Universidad, Aula y Asfalto, que salía cada semana y logró la celebración de las 50 ediciones, era un proyecto creado por estudiantes de periodismo donde algunos se encargaban de la distribución y otros, como el actual profesor Jorge Palomino, se encargaban de la traducción en lenguaje claro para la comunidad estudiantil.
En el 2003, el programa dio un tránsito al pasar de los planes 1048, 1049, 1050 y 1051 a los planes 4009 y 4010, homologación que se hizo efectiva hasta cuarto semestre. Para ese momento, María Teresa Hernán era la directora y, en el 2005, el programa contaba con 770 estudiantes. A partir de este momento, ACN resurgió de manera digital y tenía como programa Aula y Asfalto, y una sección académica en la que se hablaba sobre el programa; este fue el nuevo espacio donde los estudiantes empezaron a publicar sus historias e investigaciones, y a adquirir experiencia en actividades profesionales.
Entre 2009 y 2011, cuando el programa solicitó por primera vez la acreditación de alta calidad, los profesores y directivos del programa realizaron toda una recuperación de este, debido a que se habían perdido líneas de profundización e investigación; ante esto, varios docentes acercaron el programa a tendencias nacionales e internacionales en diferentes frentes, y se empezó a hablar de territorio y comunicación con Ana Alejandra Lichilín y Sandra Oses.
En 2014 y 2015, el programa tuvo nuevos ajustes; se pensó en las Tecnologías de la información y la Comunicación (TIC), no como instrumentos, sino como una línea de profundización desde los desarrollos tecnológicos y digitales. Esta pedagogía se situó como el Maestro Jesús Martín Barbero mencionaba: “que lo tecnológico no se convierta en el centro de nuestra reflexión, el centro de nuestra reflexión es la comunicación”.
Hace dos años, Comunicación social y Periodismo regresó a la sede centro; fue un gran reto, pero a la vez una gran dificultad, ya que la pandemia de Covid–19 cerró las puertas del nuevo edificio que se preparaba para recibir a la comunidad centralista. En el 2021, Alejandra Quintero tomó el puesto de directora del programa y, en el 2022, hubo una reorganización institucional. El programa de Comunicación Social y Periodismo pasó de ser un programa a ser la Escuela de Comunicación Estratégica y Publicidad y se presentó el nuevo programa de Diseño de Experiencias interactivas de la escuela ante el Ministerio de Educación.
En este año, se está pensando en nuevos retos que atribuyen a las competencias que se desean desarrollar en los futuros profesionales en el ámbito de la estrategia, no solo en la comunicación organizacional, sino que también en el periodismo. Se piensa en el uso de los lenguajes, no solo desde la herramienta digital, sino el cómo transmitir mensajes que impacten con las audiencias; y se piensa en la construcción de ciudadanías, porque es importante tener presente que no se es comunicador con el hecho de solo producir y publicar mensajes, sino porque se trabaja en un contexto social en el que se trabaja constantemente con personas. Esta es la gran diferencia de lo que no puede hacer la tecnología.
Actualmente, en la Escuela de Comunicación Estratégica y Publicidad, ACN se transforma y se potencializa a Concéntrika Medios, está la agencia de publicidad (AGO), el semillero de investigación Por–No–Amores el cual está cumpliendo 10 años, el semillero Publicidad, Sociedad y Consumo, el semillero Imagos que tiene como proyecto la investigación ¿de quién es esta tierra?, el programa de Retina Bifocal-Retina Bisonora, y en las últimas semanas nació el nuevo grupo E-lite.