La música es el pan de cada día en el Transmilenio, pues en las ocasiones que hemos usado esta plataforma somos testigos de todas las personas que suben allí con la intención de mostrar su talento con un micrófono, un parlante o un instrumento musical, ya sea para rebuscarse el día a día ganando dinero, en algunos casos para subsistir, alimentarse o conseguir un techo, o simplemente lo hacen con el propósito de amenizar el transcurso de viaje de los usuarios que tomaron alguna ruta para llegar a sus trabajos, lugar de estudio o a sus hogares. Aquellos artistas demuestran la gran creatividad e invención que le agregan a sus puestas para dinamizar lo que ya se ve diariamente, tratando de incentivar el arte y la cultura ciudadana, algunos recibiendo recompensa monetaria y otros aplausos, sonrisas o en el peor de los casos la indiferencia total, por esta razón encontramos importante analizar y escuchar los relatos de los talentos en este transporte, que en ocasiones han causado un gran impacto social al llevar las muestras allí, de los cuales existen casos de éxitos que se apoyan y así mismo surgen y se den a conocer, a pesar de los obstáculos a los que cotidianamente se exponen, desde el rechazo hasta la acción de autoridades, encontrando en este espacio varias perspectivas; sin dejar atrás que esto se destaca como campo de entretenimiento, implementando la cultura por medio del arte.
Por: Alejandra Cano – Solery Piñeros – Melanny Santana
Decidimos darnos a la tarea de en nuestros trayectos cotidianos poner especial atención a los artistas que la ciudad pusiera en nuestro ruta en Transmilenio, de algunos notamos el esfuerzo de su trayectoria, tratamos de calcular un aproximado de los recorridos que tienen o deciden hacer a diario, qué tipo de instrumentos cargan y a la cantidad de personas que se exponen todos los días, claro que existen algunos que ni siquiera muestran interés por escucharlos, intentamos descifrar si existe alguna recompensa a todo lo que ellos realizan, en este dragón rojo gigante, llamado Transmilenio, un medio de interacción constante con el otro, donde se encuentran personas de todo tipo, también ocurren un sin fin de situaciones, algunas desfavorables que nos hacen sentir inseguros y desconfiados todo el tiempo, así mismo se presta para la indiferencia y la apatía, pues la mayoría de personas que usamos el transporte público salimos de estudiar o del trabajo muy cansados, es así como muchos preferimos dormir un poco o despejar la mente escuchando música con unos audífonos. Pero si le prestamos atención a los detalles, en este caso a los músicos que se suben a mostrar su talento nos daremos cuenta que le dan un ambiente diferente al Transmilenio, una muestra de cultura qué tal vez todos los días ignoramos al estar inmersos en nuestro mundo.
Encontramos preciso contarles una de las sorpresas que nos dio nuestra amada Bogotá y su sistema de transporte; una de nosotras se encontraba en lo que es su ruta frecuente de camino a las afueras de la ciudad, trayendo consigo la carga de un largo día de trabajos, entregas y el contacto forzado con miles de personas en un espacio limitado dentro del vagón, con la idea constante de poder llegar por fin a su destino, el transporte se detiene en la estación Avenida 39, se sube un muchacho con el ya conocido parlante terciado y su micrófono inalámbrico, su apariencia era semejante a la de muchos raperos que se suben al sistema, aunque su particular forma de hablar daba pequeños indicios de su procedencia, que más tarde encontramos a través de sus redes sociales, era un hombre grande y robusto, de tez oscura y con trenzas y una gorra plana en su cabeza, entra y se acomoda en medio de la multitud que viaja en las horas pico de los días entre semana, saluda y procede a iniciar su show sobre ruedas, tan pronto este hombre inicia el beat en su parlante, captó la atención de algunas personas debido a lo familiar que resultaba el ritmo en cuestión, era un mezcla de dancehall y rap, géneros que han tomado fuerza en los últimos años, nuestro artista empieza a cantar y es inmediato como muchos notaron la calidad de su voz y la fluidez con la que rapeaba y cantaba, además de tener un estilo muy original, cualquiera podría pensar que este hombre evidentemente tenía talento para este ritmo, a diferencia de los otros artistas con este en el rostro de la gente se notaba la atención y en algunos casos sorpresa, con la que miraban a este talentoso señor, acaba el show y justo antes de bajarse en la siguiente parada, el hombre menciona que podía buscarlo a través de sus redes sociales como Doggy Fresh, se retira sin pedir dinero alguno, inquietando a muchos que tenían la intención de entregarle dinero; debido a la multitud de personas y la incomodidad no tuvimos la oportunidad de poder pedir su contacto, pero nos dimos la labor de averiguar más sobre aquel talentoso rapero.
En la investigación encontramos que efectivamente su nombre artístico era Doggy Fresh, nació en Cartagena de indias y actualmente vive en Bogotá, es un rapero que ha participado en una de las competencias de rap más importantes a nivel Latinoamérica y de habla hispana, la Batalla de Red Bull argentina en la edición 2013, cuenta con canciones propias con videos musicales en su canal de Youtube desde hace 5 años, y ya suma más de 900 suscriptores, algunas de ellas cuentan con cerca de 28.000 visitas; encontramos también que cuenta con su música en la plataforma de música Spotify con cerca de 209 oyentes mensuales; en Tik Tok encontramos que muchos videos virales de Doogy en compañía de otros raperos como Seleckta, que se dedican a cantar dentro del sistema y terminan siendo impulsados por videos virales que los usuarios suben a redes sociales compartiendo su talento, logrando más de 8.000 reacciones. Todo esto nos llevó a pensar en cómo un artista como él, que ya lleva un proceso de años y arduo trabajo, termina cantando en este medio, llamado Transmilenio.
Este episodio nos abrió muchísimo más la perspectiva al tipo de personas que podemos llegar a encontrar en este medio, desde personas con poca experiencia y experticia hasta artistas como él, aún tenemos incógnitas que estamos en el proceso de investigar y encontrar. Sabemos que muchos de estos artistas en ámbito de querer mostrar su talento musical también merecen ser tomadas en cuenta como sujetos en nuestro contexto cultural, por tal razón el hecho de subirse en un medio de transporte no los hace menos importantes, por el contrario nos dan la oportunidad de conocer la otra cara de la cultura de nuestra ciudad, somos partidarios de que a muchos de ellos sería ideal darles mayor reconocimiento, puede que a veces no sea necesario un aporte económico, quizás a veces solo es cuestión de escuchar lo que la ciudad tiene por cantar.