Ser mujer no es tarea fácil. Soy mujer y por eso lo digo, la violencia contra nosotras ha incrementado o tal vez se ha visualizado más que antes. Durante toda mi vida crecí creyendo que la violencia sexual ha de ser justificada, básicamente las féminas tenemos la culpa. Hace unos días ocurrió el caso de Hilary Castro, la joven de 17 años abusada en una estación de Transmilenio en Bogotá. Como era de esperarse, el tema causó conmoción; para ese entonces al llegar a casa hablamos al respecto, en lugar de enfatizar en el hecho desgarrador se cuestionó su vestimenta y alguien allí presente dijo “por vestirse como se visten les pasa lo que les pasa”. Inmediatamente pensé, si no hubiera sido Hilary y en su lugar hubiese sido yo, ¿En vez de buscar justicia reprocharían mi vestimenta? ¿Qué llevabas puesto? Ha de ser denigrante que te pregunten esto después de ser violentada.
Por: Valery Portal
¿Una víctima de abuso sexual puede ser responsable del delito que se cometió sobre ella? No.
Como mujeres tenemos miedo, vivimos con pavor, sentimos terror por el mero hecho de ser mujeres, tememos el abuso, la agresión sexual y la violencia de género. Ya nada ni nadie puede considerarse seguro. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 35% de las mujeres en todo el mundo, o más de un tercio de la población mundial, han experimentado alguna forma de violencia sexual. Definitivamente no es algo nuevo, es una problemática a nivel mundial e insisto, nuestra manera de vestir no nos hace culpables. La superviviente Amanda Nguyen, directora ejecutiva y fundadora de Rise, participante de la exposición en la sede de la ONU ¿Qué llevabas puesto? donde se mostraba la ropa que las víctimas vestían en el momento de sufrir un ataque sexual y pretendía confrontar la culpabilización a la que se somete las mujeres, subrayó que “lo que llevábamos puesto en el momento de nuestro ataque no era una invitación a la violencia (…) no provocó el ataque y es irrelevante”.
Determinar si tengo o no la culpa como mujer ha sido todo un proceso, “no le busque males al cuerpo”, “dese a respetar”, “¡tápese!, son solo unos de los muchos comentarios que he podido escuchar pese a mi indumentaria. Cuando usas ropa “inadecuada” y te miran, se refieren a ti de manera obscena, te tocan o desgraciadamente sufres un abuso sexual llegas a considerar que la sociedad tiene razón y como mujer tienes la culpa, pero no; en el momento que te ocurre todo lo anterior vistiendo de manera “correcta” o “aceptable” entiendes que el error no está en ti.
Lo que cubre mi cuerpo no es una invitación a nada. Solo el consentimiento lo es.
Las agresiones sexuales no son solo cosas de mujeres, a diario se violentan hombres, niños, niñas y bebes indefensos, a todos ellos ha de preguntárseles ¿Que llevaban puesto? El solo hecho de pensarlo es ignominioso, absurdo.
Una víctima de abuso sexual no es responsable del delito que se cometió sobre su humanidad, nos dicen que hacer para no ser agredidas en lugar de decir que no se debe agredir. Lo que cubre nuestro cuerpo es irrelevante y absolutamente nada justifica una agresión sexual.