Escrito por: Luisa Fernanda López Robayo (llopezr6@ucentral.edu.co)
El 13 de agosto de 1999, en un semáforo de Quinta Paredes, en la ciudad de Bogotá, a plena luz del día, apagaron la luz y la esperanza de un hombre, que a través de la sátira logró, logró inundar de verdad y justicia al pueblo colombiano.
Se trata de Jaime Hernando Garzón Forero, un hombre de 38 años, con la trayectoria de abogado, periodista, político y pedagogo, luchó contra la corrupción e injusticias que vivía el país en aquella época.
Garzón, se interesó por las diferentes situaciones que atravesaba el país en los años 80 ‘s, mientras estudiaba ciencias políticas en la Universidad Nacional de Colombia, su discurso se basó en la paz y la prosperidad del pueblo.
Involucrado en los temas sociales, Garzón es nombrado como alcalde menor de Sumapaz en el año 1988. Donde gestiono temas de educación y proyectos de energía eléctrica para aquellos corregimientos; aunque su puesto solo duró un año, trabajó de manera ardua y construyó el primer centro de salud del lugar.
Su incursión en los medios de comunicación comenzó en el año 1990 con el programa Zoociedad siendo su contenido humorístico- político, su toque personal fue la imitación a personajes reales de la sociedad colombiana; además, hizo parte de proyectos como: ¡Quack! el noticiero y Lechuza donde interpretó a Heriberto de la calle, su personaje más importante.
Su papel como gestor de paz fue de vital importancia en el conflicto armado que vivió el país, pues actuó como intermediario y logró la liberación de 9 personas que habían sido secuestradas por las FARC el 23 de marzo de 1998.
Sin embargo, los sueños de Jaime, como de la comunidad que creía en sus ideales, se derrumbaron aquel 13 de agosto de 1999 tras el homicidio que enlutó a Colombia. Hoy, su rostro y frases son sinónimo de lucha y motivación para aquellos que desean un cambio, su legado es tan grande que aún retumba su nombre en universidades, hogares y en las mismas calles.
Han pasado 23 años desde la muerte del humorista, periodista y uno de los líderes sociales más reconocidos a nivel nacional. El pueblo sigue clamando justicia y mientras eso sucede, no dejaremos que sus ideales de cambio y sus imponentes discursos mueran en el olvido.
Aquel hombre que le abrió los ojos a más de uno y nos llenó de valor para luchar por nuestra patria, permanecerá en nosotros, hasta que la dignidad se vuelva costumbre y recuerden: “Si ustedes los jóvenes no asumen la dirección de su propio país, nadie va a venir a salvarlo” (Jaime Garzón,1997).