La selva del Darién es la ruta de escape que tienen miles de personas para cumplir el sueño americano. Sí, atravesar una selva densa, peligrosa y azotada por grupos armados al margen de la ley que pueden llegar a ser mortales, es el vejamen que tienen que pasar los migrantes para llegar a Estados Unidos. Mujeres, niños y hombres exponen sus vidas diariamente para seguir su camino hacia la ‘vida próspera’ que promete el ideal capitalista del ‘Tio Sam’.
Por: Esteba Jurado Pedraza Instagram: @teban9615
Según la OIM -Organización Internacional para las Migraciones- 102.000 personas, la mayoría de origen venezolano, han cruzado el Darién ubicado en la frontera entre Panamá y Colombia. Posterior al recorrido, llegan a Costa Rica y después esperan llegar hasta la frontera entre Estados Unidos y México, donde tienen la esperanza de pasar a suelo norteamericano y recibir desde ayudas sociales hasta alguna concesión para poder quedarse en ese país.
Pero ¿por qué miles de migrantes se ven obligados a exponer su integridad física y mental para acomodarse en otro país? Precisamente por el catálogo de ‘ilegales’. Esa referencia que se le da a los migrantes que no cuentan con los papeles o requisitos necesarios para estar sin problemas con la ley. Ese precepto repercute en deportaciones y, lamentablemente, en tratos que rayan en contra de los DDHH y que no salvaguardan la dignidad de los migrantes en esa condición.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 13.2 reconoce la migración y no la detalla como actividad no legal. Ese adjetivo proviene de un conjunto de acciones y perjuicios que son xenófobos. La xenofobia finalmente es el problema mayor. Encerrar en jaulas a niños pequeños y apartarlos de sus familias por el hecho de haber pasado la frontera sin visa, solamente legitima los discursos de odio y fascistas.
Estados Unidos es un país hecho con base en la fuerza de trabajo extranjera. Varias ciudades estadounidenses tienen una mezcla racial y cultural de todo el mundo. De cierta manera son potencia gracias a la migración, ¿por qué dan ese trato inhumano? Igualmente pasa con la Unión Europea que no reciben a los refugiados y desplazados por las guerras en África y el Medio Oriente, y son conflictos bélicos precisamente animados por europeos. Los dejan a su suerte.
Sumado a eso, esos discursos xenofóbicos que provienen de los mandatarios políticos alimentan la xenofobia de su respectiva sociedad. Los migrantes terminan con la culpa del crecimiento de índices como inseguridad y desempleo, cuando los problemas sociales son propios de un sistema desigual y capitalista, lejos de la justicia social.
Así bien, el migrante solo tiene una concepción; ellos y ellas son seres humanos que merecen un trato digno. Las fronteras han dividido y estratificado el mundo, lo que ha causado genocidios y dramas humanitarios. Tener una política migratoria que garantice el buen trato a quien se acoge a estas, es menester para los gobiernos de todos los continentes. Esa debe ser la meta global.