Por lcespedesf@ucentral.edu.co
Eclipse total

Como si el sol brillara por primera vez para mi
ahí fue donde te conocí.
Era un día soleado
como una tarde de verano.
Los días eran maravillosos
y aún más las noches,
cuando la luna irradiaba una luz tan única
como la que podía encontrar en tus ojos.
Tu y yo éramos la luna y el sol.
Éramos un eclipse constante.
Perteneciamos el uno al otro
y nos complementabamos de formas que jamás entenderíamos.
Empezamos nuestras historia de amor,
nuestro camino de incertidumbre
y en ese instante todo pareció tener sentido.
Nuestro amor se convirtió en lo más bello y puro que pude conocer.
Éramos perfectamente imperfectos.
Interlude

Construimos un planeta de amor y deseo
Un planeta tranquilo y sin regímenes corruptos
Uno donde solo existía una regla
Ser felices juntos
El deseo se hizo más presente
El amor incremento
Tu y yo eramos un evento astronómico sobrenatural
Creando recuerdos que tallariamos en nuestras mentes
Pero los días comenzaron a ser grises
Pequeñas tormentas llegaron
Tormentas que se convirtieron en huracanes
Huracanes destructivos que deshicieron lo que habíamos creado
Las dudas comenzaron
El amor ya no era suficiente
Ahora también existía el dolor
Ya nada podía cambiar nuestro inevitable destino
Nuestro planeta Venus
Colisionó con neptuno
La calidez se fue apagando
Siendo reemplazada por un helado invierno.
Eterno atardecer

Los dos sabíamos que se acercaba el final.
No lo queríamos aceptar,
pensábamos que se podría arreglar
y esperabamos que fuera así.
Pero la espera se volvió eterna
y el momento de tomar una decisión llegó.
Nos estábamos lastimando
y ya ni siquiera nuestro amor nos podía salvar.
Desearía que te quedaras.
Desearía que nos escogieras.
Desearía que lucharas.
Desearía…desearía tanto…
Ahora viviré en un eterno atardecer
solo tendré tus recuerdos,
guardaré tu amor
y me refugiaré en lo que queda del planeta que creamos juntos.


