Por: Jorge Andrés Pedroza Camacho. jpedrozac1@ucentral.edu.co
“Linix”
Lina María Palacios Peña es de esas mujeres a las cuales se les nota el carácter a la hora de hablar, es un poco tímida pero siempre mantiene una energía positiva que invita a la gente a seguir queriendo saber más sobre su vida. Se define como una persona creativa que no para de sacar ideas alocadas en cualquiera de los aspectos de su vida, es el ejemplo perfecto de que el talento es algo con lo que se nace y que en caso de juntarlo con un poco de disciplina, se puede ser alguien imparable.

Logo de Voces en Juego
Un cambio necesario
Es jugadora del equipo de microfútbol de la universidad y aunque es muy buena en esa disciplina, el deporte que la vio nacer esa entrega está muy lejos de los balones en una cancha de cemento o madera. Lina practicó durante mucho tiempo bicicross, un deporte en el cual cada segundo vale oro y en el que un mal arranque puede significar la pérdida de meses de entrenamiento; tal vez de ahí parte la precisión que aplica en cada pase que da en la cancha.
Las caídas aparatosas y la falta de conciencia a la hora de experimentarlas fueron el motivo para que después de muchos años entregando amor y tiempo a la bicicleta decidiera alejarse de ella, por el bien y la tranquilidad de su familia y de su cuerpo. Sin embargo, al estar tan acostumbrada a la adrenalina se vio obligada a buscar algo más con lo cual pudiera expresarla, una tarea difícil para alguien que ya había construido una carrera en otra disciplina.
El encuentro con su verdadera pasión
Desde muy niña le llamó la atención el fútbol, pero fue su llegada a la universidad la que le dio ese empujón para finalmente preguntar en la universidad si existía alguna oportunidad de practicarlo. Por cosas del destino, en la universidad la disciplina más cercana en el deporte femenino es el microfútbol, algo que no le disgustaba, pues como buena muchacha de barrio creció entre torneos nocturnos entre semana en los cuales veía a gente jugarse la vida por una simple victoria.
El colegio fue otro de esos lugares donde el microfútbol había hecho pequeñas apariciones en su vida y aunque en los torneos que se realizaban entre salones nunca la incluyeron, ella no escatimó entrega a la hora de tener esa oportunidad que por tanto tiempo le había sido esquiva. Le puso amor y mucha disciplina a la esférica, a esa cancha sobre pavimento en la que asiste dos veces por semana para mejorar sus habilidades y después de 6 meses notó que tal vez el micro se había convertido en una parte muy importante de su día a día.

Compilación de fotos de Lina Palacios
Una derrota, un amor
Fue cuestión de un semestre en el cual aprendió características técnicas del deporte, un posicionamiento correcto dentro de la cancha y la forma en la que se manejan las revoluciones de un partido, para que Lina consiguiera esa anhelada final de ASCUN con el equipo. Salieron subcampeonas, una derrota amarga que seguramente terminó amarrándola a este deporte el resto de su vida, porque si en las victorias crece el ego, en las derrotas lo hace el amor.
El microfútbol sin duda es una de esas disciplinas donde no importa el género, la orientación sexual de las personas o su capacidad adquisitiva, es el espacio perfecto para demostrar en un rectángulo que hasta con los zapatos más baratos posibles el talento se hace notar. Lina solo necesitó seis meses para manifestar esa chispa creativa que le ha caracterizado toda la vida encima del pavimento, esa misma que la llevó a estudiar publicidad donde encuentra la oportunidad perfecta para plasmar y aterrizar todas esas ideas que le quedan volando después de los partidos.
Cuestión de oportunidades
Actualmente Lina se encuentra disputando una nueva edición de ASCUN con el equipo de la Universidad, y aunque apenas va comenzando, algo en su corazón le dice que esta es la oportunidad de sacar esa espinita del subcampeonato y poder conseguir esa anhelada victoria que le ha sido esquiva durante dos años, sin duda un pensamiento ganador envidiable que seguramente hace que su camino por el deporte sea tan exitoso.
Si disfrutó esta primera parte de la crónica, lo invitamos a seguir el recorrido completo, desde sus inicios en el deporte con una bicicleta en la pista del parque San Andrés en el noroccidente de la ciudad hasta su papel fundamental en el subcampeonato de ASCUN obtenido por el equipo femenino de microfútbol. Todo contado por ella misma, con ese estilo único que la caracteriza, en el tercer episodio de Voces en Juego. Un relato de disciplina que vale la pena escuchar de principio a fin.

Foto tomada por Sarai Sofia Angarita Parra –
Pieza fotográfica tomada durante la grabación de voces en juego
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