El fútbol colombiano se ha caracterizado durante muchos años por su carácter pasional, lo cual proviene también de esa cultura latinoamericana que, a diferencia del fútbol europeo y sus hinchadas más serenas y organizadas, desboca locura y festejo exacerbado. Países como Argentina, Brasil o Uruguay son representantes de la locura dentro de las tribunas y Colombia no se ha quedado atrás; sin embargo, la locura y pasión en el territorio cafetero, se ha salido un poco de control a lo largo de este año.
Por: Jorge Iván González Moreno
En el año 2023, la violencia dentro del fútbol colombiano se ha hecho presente como una gran preocupación para muchos sectores de este deporte. Los dirigentes, los clubes de fútbol, los jugadores, los prestadores de los recintos deportivos e, incluso, los mismos fanáticos, están mostrando su desconcierto sobre el comportamiento de una parte de las hinchadas de los clubes colombianos, especialmente de los equipos más representativos del país.
Aquí repasamos algunos de los hechos más destacados:
Agresión de hincha del Deportes Tolima a Daniel Cataño, jugador de Millonarios:
El 12 de febrero, en el partido correspondiente a la jornada 4 de la Liga BetPlay Dimayor entre Deportes Tolima y Millonarios, un hincha del conjunto ‘Pijao’ ingresó al terreno de juego para después agredir al volante ‘Albiazul’ Daniel Cataño, lo cual provocó la respuesta del jugador a la agresión y la posterior suspensión del partido, sancionando más adelante a Daniel con 3 partidos sin jugar, mientras que al hincha Alejandro Montenegro fue multado con 20 millones de pesos y un veto del estadio durante 3 años.
Hinchas de Millonarios apedrean los buses de los hinchas del Independiente Medellín:
El 8 de abril, Millonarios e Independiente Medellín se enfrentaron por la jornada 12. Fue después del compromiso, el cual terminó en victoria para los ‘Embajadores’ por 2 a 1, que los hinchas del equipo local invadieron la Carrera 30 para buscar a las personas que fueron a apoyar al Medellín. Los “amantes del fútbol” vandalizaron los buses que transportaban a los fanáticos del equipo ‘Poderoso’, lanzando piedras y objetos contundentes a las ventanas de las personas que se dirigían de regreso a la capital antioqueña.
Desmanes de “Los del Sur” en el Atanasio Girardot:
El 16 de abril, solo una semana después de lo que ocurrió en El Campín de Bogotá, hinchas de Atlético Nacional, específicamente integrantes de la barra ‘Los del Sur’ se enfrentaron a la policía de Medellín y al ESMAD a pocos minutos de que comenzara el compromiso contra el América de Cali, válido por la fecha 14 de la liga. La relación entre la hinchada ‘Verdolaga’ y Atlético Nacional terminó de romperse y el club decidió retirar todos los beneficios económicos y deportivos que le otorgaba a los participantes de las barras.
Violencia en el estadio Palogrande de Manizales tras crisis del Once Caldas:
Dos días después, el 18 de abril, los hinchas de Once Caldas invadieron el estadio Palogrande después de que su equipo cayera por 2 a 1 contra Alianza Petrolera, un encuentro importante, pues ambos clubes se encuentran en una situación delicada de cara a los puestos de descenso. Al finalizar el compromiso, varios seguidores saltaron al campo a intentar agredir a los jugadores del club de Manizales por los malos resultados.
Aquí solo hay una pequeña muestra de los acontecimientos más recientes del FPC en cuanto a la violencia que se vive en los distintos complejos deportivos. Ante esto, el presidente de Millonarios, Enrique Camacho, propuso en días recientes que volvieran las mallas a los estadios para procurar por la seguridad de los eventos futbolísticos; por otra parte, el presidente del club ‘Embajador’ hizo un llamado al Gobierno Nacional y a las administradoras locales para buscar estrategias en la protección de la integridad de los que participan en la fiesta del fútbol.
Es innegable el hecho de que la liga colombiana no ha mostrado una evolución significativa en velar por un buen espectáculo en los estadios del FPC. Sin embargo, el panorama durante este año ha sido significativamente más grave, por lo que es imprescindible generar soluciones que disminuyan la violencia dentro del fútbol, un deporte que debe ser sinónimo de alegría y de recreación para los colombianos.