Alfredo Ortiz es el fundador del museo de la chicha, donde se realiza una labor que busca traspasar el conocimiento de la historia de la chicha, un espacio donde se bebe la chicha como lo hacían los muiscas, ubicada en el centro de Bogotá, y más específicamente en el chorro de quevedo que busca recordar parte de nuestras tradiciones.
En el recorrido habló de el significado ancestral y técnico de la chica, pues muchas veces no se tiene en cuenta ese tema, de lo cuál dijo: “…La chicha, el zuque y el guarapo son fermentos, que técnicamente y científicamente, ¿Qué es un fermento?.Es un vinagre…son muy probióticos, regeneran flora, regenera colon, activa el sistema endocrino, activa el sistema inmunológico, elimina los radicales libres y es antioxidante”.
¿Cómo fue el inicio de la prohibición de la chicha?
En 1900 se empieza la envidia, la intriga, el chisme, la negación y la satanización, satanizan la bebida sagrada, que la chicha engendra, sabiendo que la cerveza es otro fermento, las cárceles se llenaron de gente que tomaba chicha.
¿Considera que la chicha en su momento sí pudo haber sido considerada una bebida embrutecedora?
“Sí y no. No, porque no embrutece aunque todos los excesos son dañinos, la comida, el sexo, todos los excesos son viciosos… La ultraderecha y el gobierno aprovechó el tema del bogotazo para satanizarla”.
¿Cuáles fueron las consecuencias de la prohibición de la chicha?
“La consecuencia pues fue siempre fuerte y económica, pero más que económica fue algo muy psicológico y también como metiéndose con el arraigo de nuestra historia ¿No? Claro, porque sesgaron una bebida que es ancestral, artesanal, andina y muisca, bebida que está intrínseca en nuestra memoria genética…”
¿Qué deberíamos hacer los jóvenes para apropiarnos más de lo autóctono?
“… Que realmente lean y que descubran quiénes somos y de dónde venimos, ¿Si? Y dónde estamos parados porque, claro, esa indolencia es muy fuerte, entonces los invito a que investiguen… porque en últimas la sangre es roja y el hueso es blanco, es decir toda la especie humana somos la misma marca atravesando el río…”
Finalmente, Alfredo nos dejó un amplio panorama de lo que era la chicha, y sus problemas sociales, una historia poco contada.