Problema sobre las tablas ¿Pandemia o negocio? La apuesta donde siempre hay un mismo perdedor

POR: Sebastián Páez, Mayra Bermúdez y Laura Gómez

Para nadie es un secreto que, la mayoría de las veces, el proceso burocrático hace que los tratamientos se vuelvan tediosos, tardados y muchas veces innecesarios, logrando pérdidas de tiempo y dinero. El sector del entretenimiento y, específicamente hablando, el teatro no es la excepción a dicho problema.

Hemos realizado un proceso de análisis de la industria de teatro y danzas escénicas en la ciudad de Bogotá; en donde realizamos entrevistas a personas del medio, desde el ministerio de cultura (Mincultura), hasta los actores representativos del medio y los principiantes, para así crear una visión más interna y minuciosa de su realidad.

A continuación, presentaremos la cadena de valor que se genera para crear una obra de teatro y de esta manera contextualizar un poco sobre lo que viene ocurriendo:

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Como vemos en la imagen, en primer lugar, nos encontramos con la escala de color gris en donde encontramos todo lo relacionado con el tema presupuestal. Es aquí donde se encuentran los medios y recursos para generar una producción.

En este punto económico, es necesario que cada uno de los organizadores de una producción reciban la visita de una consultora de Mincultura, pues el gobierno ofrece a cada una de estas producciones un estudio para determinar el aporte económico que puede hacer el estado a dicha obra. Ahora bien, entre los datos encontrados en nuestra investigación evidenciamos que, el gobierno con la economía naranja realizó una inversión por 6.5 billones de pesos para la activación de este sector después de la pandemia. Esto con el fin de apoyar los pequeños y medianos empresarios del sector que se vieron afectados de una manera sobrenatural a consecuencias de la falta de público y las restricciones que se realizaron durante el primer año del COVID-19. Pero entonces… ¿Dónde está el dinero?

Estos empresarios y personajes del medio, reclaman que los medios económicos que supuestamente el gobierno acordó brindarles, nunca llegaron, sino por el contrario, se entregó a “grandes corporaciones” dedicadas al medio, haciendo que teatros como: El Teatro Borrero, tuviera que colocar en sus puertas el aviso de se vende.

Es importante entender que después de la muerte de Fanny Mikey el sector del teatro se vio atropellado y de cierta manera monopolizada, en donde, como se pudo ver en el último festival internacional de teatro, su financiación dependía más de sectores privados que de los públicos, lo que llevó a que no hubiese teatro callejero y la mayoría de las presentaciones se realizará en los principales teatros de la ciudad.

A raíz de esto, podemos decir ¡Encontramos el problema! Recordemos que el sector privado es quien lleva la financiación de estos eventos y maneja los dineros públicos. Como Bancolombia con la inyección a la economía naranja, esto lleva a que las pequeñas organizaciones teatrales entren a negociación y en competencia por un espacio en los teatros que este sector desee financiar, obviamente van a ganar aquellas producciones extranjeras o con actores y actrices reconocidos dejando de lado a aquellas personas que están iniciando en este medio.

Ahora, hacemos la invitación directa, a todos los interesados en mantener el nombre del teatro arriba, que se apoye el sector desde la visualización hasta el aporte económico de las obras en todo su sentido. No solamente de las que vemos la publicidad o los actores más conocidos, sino de las que desde la cuna han decidido mantener el nombre del teatro en alto y no solo a las que decidieron dedicarse a obtener beneficios económicos y convirtieron el arte en un negocio más.

Desde nuestras casas podemos empezar a buscar, revisar fechas, revisar los valores de estas y poder apreciar el verdadero arte que no se oculta tras la producción de una pantalla, sino que parte y nace desde la originalidad, el talento, el profesionalismo y la dedicación de sus partícipes en cada uno de los tiempos dedicados a este arte. Hagámoslo de corazón y como diría el dicho “POR AMOR AL
ARTE”, para la sostenibilidad de este y evitar a toda costa la extinción del mismo.

Para cerrar, ¿Crees qué el problema fue la pandemia o la privatización de la cultura?

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