Por Maria Alejandra Montenegro Garavito
Solo gracias a una historia que me contó mi padre en el que relataba como mi abuelo se levantaba muy temprano para llevarme al jardín cuando yo tenía apenas un año y algunos meses, en aquella historia él cuenta que esa imagen jamás se le podrá olvidar, en la que estaba mi abuelo un adulto mayor, y yo, una bebé que vestía un gorro rojo.
Dicha historia suena bastante normal, sin embargo, debido a muchos prejuicios sociales, que se puede desarrollar con una simple pregunta: ¿Qué hace una niña con un viejo?, y pues en ocasiones es bastante justificable debido a los casos de abusos sexuales a niños, niñas y adolescentes, pues solo hace falta ver la tasa de abusos sexuales que, según el Instituto De Bienestar Familiar (ICBF) “entre enero y noviembre de 2022, el ICBF abrió 17.834 procesos de restablecimiento de derechos por violencia sexual, 5.130 de esos casos ocurrieron en Bogotá” esta cifra es bastante alarmante.
Otro de los prejuicios que se tiene de dicha relación, son los coloquialmente llamados sugar daddy ‘s que son hombres adultos mayores con un gran poder adquisitivo, quienes además mantienen una relación sentimental con una mujer mucho menor y en ocasiones pueden ser adolescentes que aún no cumplen su mayoría de edad.
En este caso me gustaría hacer énfasis en el primer prejuicio que realmente es un miedo latente, ya que nuestros niños, niñas y adolescentes están en peligro, a pesar de eso considero que debemos reconocer la importancia de la protección infantil creando herramientas, estrategias y elementos efectivos, es lo más importante, pero también es necesario subrayar que no todos los adultos mayores representan un peligro.
A menudo nos dejamos guiar por nuestros prejuicios y, aunque es cierto que esto es lo que forma nuestro criterio, igual debemos cuestionar eso y no dejarnos llevar por las apariencias, para no generar incomodidad, tal vez a un abuelito que va a llevar a su nieta al jardín.
Para concluir, quiero hacer un llamado al fortalecimiento de las relaciones generacionales, que muchas veces olvidamos, a lo mejor, por el afán del día, desvalorizando aquel amor puro que nos brindan estos seres llenos de experiencia.
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Artículo producto de ejercicios académicos. No es oficial de la Universidad y las afirmaciones u opiniones emitidas a través de ellos no representan necesariamente a la Institución.