Quijotadas. El niño de Las Cruces

Por Javier Correa Correa

Pies ligeros no es un personaje de Walt Disney, y hasta se creería que ni siquiera es una ficción. Es tan real que podría usarse la manida frase de que los hechos superan la ficción. Mariela es otro dulce, tímido y berraco personaje de la novela El niño de Las Cruces, de Gerardo Aldana García, quien entrevistó a muchas personas en Colombia y en el exilio para armar, como en un rompecabezas, la historia inconclusa de la guerra en nuestro país.

Quijotadas
Gerardo Aldana García

El autor, huilense, muestra la agreste geografía de Las Cruces, que se supone que es esa zona donde se abren tres cordilleras que serpentean hasta llegar al norte, en las cuales se redactan comunicados “desde las montañas de Colombia”.

La historia transcurre en las estribaciones de un pueblo de gente amable, de esa que siembra lo que llaman productos de pancoger y que de un día a otro se ve envuelta en torbellinos que chupan vidas, sin que se sepa a ciencia cierta quién da las órdenes de condenar o dejar vivir, con las trágicas consecuencias que esto trae, como cuando en los coliseos de la “cuna de la civilización” tipejos vestidos con sábanas e investidos del poder que les otorgaba el ego alzaban o bajaban el dedo gordo de la mano mientras las tribunas celebraban sin importar cuál fuera la decisión.

Froilán es el seudónimo de uno de los que sube o deja caer el dedo gordo, ya no en la bota italiana, sino en la bota militar de una organización guerrillera que pareciera reclamar para sí el orgullo de ser la que más viola los derechos humanos, mientras del otro lado también piden ser reconocidos como protagonistas de ese perverso papel. El torbellino que absorbe.

En el ojo ciego del torbellino, los civiles tratan de sobrevivir y para hacerlo se apoyan en el argumento de que no han hecho nada malo y que, si lo han hecho, es porque han sido forzados por un bando u otro. A veces, casi siempre, se ignora de dónde procede el retumbar de las explosiones que anuncian la muerte.

En el ojo que ve el panorama pleno, un sexagenario llamado Don Eulogio –ambas palabras con mayúscula– es obligado a prestar sus servicios de sanador de enfermos, de heridos, de quienes sin tener conciencia de ello reproducen la dinámica de la guerra.

Ay, Colombia, cómo es de difícil sacudirse de esa dinámica que hace trizas la vida, que hace trizas la paz. Al que le caiga el guante, que se lo chante. En 169 páginas, Gerardo Aldana García ensambla las historias que se entrecruzan y de las que es imposible abstraerse, pues los hechos se van sucediendo con el mismo vértigo que nos ha atrapado durante décadas y del que, como en la novela, esperamos reponernos.

No para hacer una película tipo Hollywood de improbable final feliz, sino para reescribir la historia, de aquí en adelante, para que Pies ligeros, Mariela, Froilán, Don Eulogio y muchos más que comparten nombres y anécdotas puedan, algún día, contar sus vidas a un amanuense feliz.

Video lanzamiento del libro en la Biblioteca Departamental Olegario Rivera

Título: El niño de Las Cruces.
Autor: Gerardo Aldana García.
Editorial: Altazor Editores. Neiva, Huila.
Primera edición: 2023.
169 páginas.

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